martes, 31 de diciembre de 2019

Un ejemplo de mi amistad con Siri

En la página 197 de su novela Recuerdos del futuro, me hace entender por qué nos joden tanto algunas actitudes de mierda, pequeñas frases o miraditas o gestos sin valor, que no deberían molestar a nadie, de gente que debería hacernos sentir bien, que , si la apurás, te dice que te quiere y te lo demuestra pero, en medio de cualquier cosa, tiene actitudes de desprecio, de minusvalía que, ahora entiendo gracias a Siri, joden tanto porque no son propias de una persona ni de una vez sino que nos han sido taladradas concienzudamente millones de veces durante toda nuestra vida. En su caso, se remiten al cuento de su padre médico diciéndole "Vas a ser una buena enfermera" cuando ella se interesa en el trabajo que hace él. En mi caso, siempre tocan modos del abandono y de la invisibilidad: gente que debería matarse por estar al lado mío, por compartir mi vida, y , en vez de eso, se avergüenza de mí y me esquiva.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...