jueves, 18 de febrero de 2021

Mónica Ojeda, la violencia y la crueldad

 Dice la escritora en "Escrituras extremas: Hacia una poética del deseo" que su tema central es, por ahora, la violencia pero no solamente la violencia de un cuerpo dañando a otros cuerpos sino también, según Simone Weil, la violencia como "exceso de fuerza".


Recomienda como marco teórico para leerla un ensayo titulado "La Ilíada o el poema de la fuerza" y un libro de Magui Nelson y la literatura de la crueldad que no pesqué exactamente pero ya estoy buscando.



Detalle de la obra ‘Torture of Women’, de Nancy Spero, citada en el ensayo ‘El arte de la crueldad’, de Maggie Nelson. /WMagazín

El arte de la crueldad: atracción y descubrimiento entre la repulsión y el placer

"El mal está en el ojo del espectador', escribió Hegel. ¿Y la crueldad?". Maggie Nelson analiza en un libro las obras del último siglo situadas en la frontera del arte, la estética, la ética, la moral, el "buen gusto" y su verdadera función cuando recurre a la crueldad

Presentación WMagazín «El mal está en el ojo del espectador’, escribió Hegel. ¿Y la crueldad? ¿Existe tal cosa como un espejismo de la crueldad? ¿O es la aprehensión de crueldad una de esas cosas en las que no debemos convencernos, ni convencer a otros, de parar?», escribe Maggie Nelson (Estados Unidos, 1973) en El arte de la crueldad. Un ajuste de cuentas, publicado en Tres Puntos Ediciones. Un ensayo que enriquece la mirada crítica sobre el arte con reflexiones interesantes que invitan  a ver el mundo desde otras esquinas. La obra ensancha la propia vida, las sensibilidades, la percepción de la belleza y la fealdad en discusión con los sentidos y la razón.

WMagazín publica la introducción a este libro escrita por la propia autora, una de las ensayistas más interesantes del momento y ganadora del Premio Nacional del Círculo de Críticos de su país por el ensayo Los argonautas. En El arte de la crueldad, de 2011, Nelson convoca ética, moral, cultura, mirada, percepción, intención, verdad, realidad, simulacro, belleza, fealdad, gusto… Maggie Nelson crea un espacio sobre la ambivalencia, la incertidumbre, la repulsión, el placer… Lo perturbador de la vida y lo creado en ella por los seres humanos con la etiqueta de arte.

Por El arte de la crueldad desfilan nombres que van desde las pinturas de Francis Bacon hasta la poesía de Sylvia Plath, desde el teatro de Antonin Artaud hasta las instalaciones de Santiago Sierra o Ana Mendieta, desde la franquicia de Saw hasta las performances de Yoko Ono o Marina Abramovic, desde el cine de Michael Haneke al de Tarantino y tantas otras obras cinematográficas. En este sutil recorrido de Maggie Nelson «a través del paisaje artístico ofrece un modelo de cómo unas férreas convicciones éticas se pueden conjugar con una defensa igualmente vigorosa del arte que pone a prueba los límites del ‘buen gusto’, el tabú y lo tolerable», explica la editorial.

¿El arte, el gusto y el placer puestos de vuelta y media? No. Es una invitación a ver más allá de lo que vemos y a interpretar más allá de lo que trasciende en los medios y por los prescriptores. La ensayista estadounidense establece un diálogo transversal entre artistas, obras y público. Pone delante de los lectores una colisión de la estética, el gusto y la razón, según cada uno hasta situar al espectador al borde de abismo.

«En línea con la tradición de Susan Sontag y Elaine Scarry, Maggie Nelson se ha convertido en una de las principales críticas culturales con este ensayo sobre las representaciones de la crueldad y la violencia en el arte», recuerda la editorial Tres Puntos.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...