sábado, 22 de septiembre de 2018
Tengo una bailaora entre las tetas
Intenté ayer estrenarme este prendedor divino que me traje de Granada (y una verde para Magda y una blanca para Sil). Pero la Sil me dijo que no fuera patética y, a falta de hilo y aguja, me hizo comprar dos alfileres de gancho (y dos curitas para ella) en el kiosco de acá en la esquina, me hizo sacar el vestido en el baño de Bok donde hacemos el taller de feminismos y me acomodó el escote sin bailaora.
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Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
que sonríe cómplice de amor...
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