Ayer le dejé el asiento a un señor muy mayor en el metro aunque él andaba mucho mejor que yo. Se puso muy contento y me dijo que ojala dios me lo recompense con muchos hijos. Le dije que no, gracias, que ya tengo tres, pero que le aceptaba muchos nietos. Me dijo que claro, pues sí, que "a esta edad" son la alegría de la vida.
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