Decididamente lo mío es más bloguear que viajar pero a veces hacemos una excepción. Desplazarme de un lugar a otro arrancando mi culo de lugares que amo o que todavía no terminé de conocer bien me causa una angustia terrible. Cuando voy a España por primera vez o cuando estoy en mi cama.
Bloguear repara el miedo a lo efímero, a lo que no puede retenerse ni detenerse.
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