Me traje de allá esta fotocopia de la reseña del Congreso en el que estábamos pensando que igual la iba a encontrar on line cuando quisiera, pero no, aparece incompleta y sin fotos de mis cervantistas preferidos.
ABC CULTURA
Todos los países del mundo tienen su lugar de la Mancha
El décimo congreso internacional de la Asociación de Cervantistas reúne en la UCM a 120 investigadores de 22 nacionalidades
Bruno Pardo Porto
Actualizado:
07/09/2018 12:06h
Primera semana de septiembre del ya gastado verano de 2018 en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). En ese tiempo en el que Ciudad Universitaria parece una llanura manchega, en el que hay más profesores que alumnos, sorprende el edificio D de facultad de Filología, que amanece lleno de investigadores. Un cartel los delata: «X Congreso Internacional de la Asociación de Cervantistas». Hay 120 inscritos. De India, de Italia, de Serbia. Y así hasta contar 22 países. Todo por culpa del Quijote. El sol pega fuerte, ni se espera la lluvia. No hacen falta las bacías, a pesar de todo.
El sarao se repite cada tres años, aunque es la primera vez que se apea en la capital. El objetivo es el de siempre: hacer una radiografía a nivel mundial de los estudios cervantinos, ver qué se está investigando, dónde y cómo, principalmente. «Es que hay muchísima actividad académica sobre Cervantes, mucha más que sobre Shakespeare», asevera José Manuel Lucía Megías, catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid y presidente del comité local organizador. En esta edición, explica, se está viendo que lo que más se analiza es la recepción de las obras del alcalaíno a lo largo y ancho del globo, su huella en las diferentes culturas, su viaje interminable. Y aunque cada vez se revalorizan más libros como el «Persiles» o las «Novelas ejemplares», el Quijote sigue siendo el rey. Ya dijo Carpentier que era el mejor embajador de España.
El viaje a India
Vibha Maurya leyó por primera vez el Quijote gracias a la traducción inglesa que sus padres guardaban en casa. Más tarde, cuando estudiaba filología hispánica, comenzó a bucear en todo lo que rodeaba al hidalgo. Hoy es catedrática de estudios hispánicos en la Universidad de Delhi y responsable de la primera traducción directa del castellano al hindi de la obra maestra de Cervantes. En India, cuenta, es un texto fundamental para los estudios literarios. «Es la primera novela moderna», subraya. Y no solo se estudia, sino que también se representa en el cine, el teatro e, incluso, la danza. Quizás sea porque se relaciona muy bien con algunos héroes de la tradición oral (el género del «quissa» o «daastan»), protagonistas de un sinfín de peripecias fantásticas. «Se le compara mucho con Amir Hamza, cuyas aventuras fueron publicadas en 46 tomos», recuerda.
En el mundo eslavo, cada etnia ha acogido e interpretado a Cervantes conforme a su sensibilidad, su historia y su cultura. El personaje se ha vestido con muchos trajes, y ha impregnado a un sinfín de creadores, sobre todo escritores, además de instalarse en el imaginario colectivo. «Los serbios nos hemos identificado con él muy a menudo. De hecho, se habla del quijotismo de los serbios por el sentimiento trágico de nuestro destino histórico, por las incesantes guerras de liberación, por la resistencia épica y por la negación a rendirse, todos sentimientos tan cervantinos», sostiene Jasna Stojanovic, catedrática de Literatura Española en la Universidad de Belgrado.
Cruzando el charco, en Hispanoamérica, su figura también ha sido releída conforme a la sensibilidad de un lugar y de una historia determinada (y revolucionaria). «Simón Bolívar decía que en la historia del mundo había tres grandes majaderos: Jesucristo, Don Quijote y él mismo. El Quijote, en esta constelación mental, es el garante de un proceso revolucionario aún cuando puedan temerse, en las batallas a emprender, las asimetrías de poderes en juego. Es aquel que no teme enfrentarse a gigantes», expone Juan Diego Vila, doctor en Literatura Española en la Universidad de Buenos Aires. Allí es una historia que se reescribe: lo hizo Borges y lo hace ahora Carlos Gamerro. «Forma parte del canon educativo argentino desde la secundaria. Cualquier ciudadano medianamente formado lo conoce», apostilla.
«Brasil está enamorado del Quijote, pero el amor es más grande que la lectura. Su figura la encuentras en ferias de artesanía y en poesía populares, pero no se le lee tanto», reconoce María Augusta da Costa, profesora de Literatura Española en la Universidad de São Paulo. No recuerda cuántas veces ha leído la novela –«dejé de contar en la quinta, hace mucho tiempo»–, pero sí el flechazo que sintió cuando se acercó por primera vez a ella. Consiguió que abandonase su idea de estudiar a Machado de Assis para centrarse en Cervantes. Ahora lleva más de cuarenta años dedicada al tema. «Mi interés es formar lectores del Quijote, grupos de investigación», remata.
Una lectura romántica
Lo mismo intenta Jessica Castro, de la Universidad de Chile. «Aquí el personaje es muy conocido en la cultura popular, aunque hay pocos investigadores cervantistas. Aún estamos en una etapa embrionaria. En la universidad intentamos dotar a los alumnos de un contexto para la lectura, les ofrecemos las claves interpretativas», afirma. Como en Brasil, agrega, el personaje tiene una carga muy romántica, aunque desde un punto de vista individual más que político: «Es el idealista que se cae mil veces y continúa, el que quiere traer al presente una edad de oro que ya pasó».
Donde sí existe una gran «industria» del cervantismo es en Estados Unidos. El Quijote se estudia en casi todos los programas de literatura, pues forma parte del canon. Pero es que además cada vez hay más investigadores que abordan su obra, que elaboran estudios con una gran repercusión gracias a una obviedad: la extensión del inglés. «Lo cierto es que tienen un gran peso. Es un ámbito donde los estudios cervantinos están creciendo e innovando mucho», resume Isabel Lozano Renieblas, presidenta de la Asociación de Cervantistas y catedrática de Literatura Española en el Dartmouth College de Hanover (New Hampshire). El congreso constata (otra vez) que los estudios no se agotan, que la lectura de Cervantes es inagotable y universal. «Es una obra tan abierta que se presta a todo». También a llevar a más de un centenar de personas a la universidad. En septiembre.
Tomado de https://www.abc.es/cultura/libros/abci-todos-paises-mundo-tienen-lugar-macha-201809060356_noticia.html
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