Elvio Romero. Los innombrables (1959-1973)
Muerte de Perurimá, cuentero, enredado en su lengua...
...Y entonces se fue yendo,
y se fue yéndosele se le fue
el párpado cayendo,
y se le fue la boca,
y se le fue yendo el habla,
yéndose en sombras, yéndosele
los pasos fuésele yendo el tiempo
y yéndosele
se le fue el silencio.
¡Las viejas cuentan
cosas increíbles!
Que trampero y tramposo,
Perurimá acababa
enredado en su lengua,
con la ojera en la oreja,
la oreja por la ojera,
clueco en el recoveco
de su lengua cuentera;
que a su voz se enredaba
dicharachero, ojoso,
la ceja como un fleco
menguante que no mengua,
el cuerpo de mandioca
contorsionado, seco,
el ojo como arveja
que mira el labio mudo,
demudado el saludo
que fritaba en la boca.
...Y se engullía el aire,
frotando con su voz el aire, trotando
el eco con su voz, trotándosele
y frotando la lengua herida y rota,
rota al trotarle por la boca
la lengua, trotándosele la lengua
rota sobre la boca,
engulléndose el eco
al frotársele el aire sobre la boca
trotando sobre la lengua.
...tragaba la fatiga,
rasguñándose las pestañas,
destiñéndose el habla hablando,
virando el ojo en ajo,
en lodo el lado
resabio de su labio,
tragándose la voz, atragantándosele
el habla en la garganta
(lampiña lengua luna)
tragándose la luna, fatigándosele
la voz se fatigaba,
y se le fue yendo el habla,
fuésele yendo el tiempo,
y se le fue yéndosele se le fue
el párpado cayendo
y se le fue cayendo el silencio...
¡Las viejas cuentan
cosas increíbles!
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