«... este país misterioso y simple,
elemental como el fuego y como el agua,
por momentos melodioso o crepitante,
poseído casi todo el tiempo por estallidos de furia
o por las depresiones del desconsuelo.
Un país condenado al suplicio de la esperanza,
con su gente que vive como en castigo
en uno de los más hermosos
y apacibles lugares de la tierra;
de esos que se llevan su lugar a otro lugar
y se esconden en un recodo de la historia».
AUGUSTO ROA BASTOS, Una isla rodeada de tierra.
1 comentario:
Wou! No sé si ví antes una descripción del propio terrunio tan llena de amor. Qué he estado haciendo durante todo este tiempo que no he leído a este señor?
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