Juanita y Silvina se fueron al río...
Por Daniel Link para Perfil
Las fotos de la Sra. Viale y las de su marido, ambos desnudos en planos frontales y en situación de ensayar actos reproductivos (o bien, masturbándose él en la cama de la abuela de ella) revelaron una cierta imprecisión semántica: “Manguera” tanto puede ser la del bombero o, como en este caso, la del portero que, a la mañana, asea la vereda. Pero no es esto a lo que quería referirme.
Mejor parado queda, en cierto aspecto, el novio de la Srta. Silvina Luna, en el video que se distribuyó la semana pasada, sobre todo porque tres patas contribuyen al equilibrio mejor que dos. En un viaje a Napa Valley, el muchacho (previsiblemente) se aburrió de tanta cava y decidió salir a arar la zanja al costado del camino. En la secuencia impresiona, más allá del estado físico de los novios y el aturdimiento etílico de la Srta. Luna, la obediencia de la Mujer (con mayúsculas, porque se trata de una figura) a los dictados del Hombre. “Sacate esto, mostrá lo otro, andá para allá, arrodillate, callate y seguí chupando”, dice él. Y después, para mejor coronar su hazaña rutera, con una total inobservancia de las reglas de cortesía en la materia (no sólo en lo que al placer del partenaire se refiere, sino incluso a su comodidad física), satisface su lujuria en lo que duran diez topetazos y derrama su simiente ante portas, sobre los fértiles viñedos californianos (único pedido de la Srta. Luna al que responde). La violencia misógina del acto (su animalidad irreflexiva) quita el aliento. Pero no es esto a lo que quería referirme.
Las imágenes privadas de la Sra. Viale y la Srta. Luna fueron robadas (ellas dicen) de dispositivos de almacenamiento en los que se encontraban. ¿Cómo las personas públicas (pienso en el Sr. Piazza) pueden ser tan irresponsables con materiales tan sensibles? No es esto lo que quería preguntarme.
Desde que las imágenes digitales constituyen el pan nuestro de cada día, nos parece inconcebible (¿para qué?) el intercambio de fluidos corporales sin su registro. Sobre esta compulsión (pavor a lo Real) habría que desarrollar una meditación. Veremos qué se me ocurre.
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