viernes, 12 de agosto de 2011

Y éste



Setenta acrílico treinta lana
Viola Di Grado / Héroes Modernos

Traducción de Albert Fuentes

Desde la muerte de su padre, bajo un invierno en Leeds que no termina, Camelia, la joven protagonista del debut literario de Viola Di Grado, avanza con pasos silenciosos por un mundo ajeno y cerrado. Mundo del consumo definitivo y de las conductas estereotipadas, donde la libertad se cifra en un cubo de basura, como enigma, o en la locura de una madre que perdió al marido y la razón en un mismo día. En ese día de invierno Camelia aprende que en la lengua, y en la prosa de la novela, en la ironía de un texto que vuelve obsesivamente sobre sí mismo, descansan las únicas reservas de esperanza. Italiana transplantada de niña más allá de los Alpes, vive en un mundo de bárbaros septentrionales, hurga en los residuos de nuestro tiempo, en los cubos de la basura, en los libros, y persigue la voz perdida con el exeunt de los progenitores, uno muerto, otro ido... Busca también en su propio cuerpo, en la resistencia al hambre, en la resistencia de la conciencia al desvarío, en la levedad, como un trapero que construye nuevas realidades con los cascotes de las antiguas. En su mundo adolescente, la ropa, la moda, las compras, los vestidos, los sueños, todo se presenta desfigurado, roto, informe, un pret à porter de la desesperanza. Pero Camelia confía en que Hades devolverá a Proserpina, en que a esa tierra fría, inhóspita y estéril volverá la primavera de una vida libre. Con una prosa de un lirismo glacial, como un cuchillo que corta el hielo, Viola Di Grado cincela el camino de regreso de la esperanza a la tierra, una tierra pequeña, ya no total ni utópica. Elaboración del duelo y camino hacia una estancia donde vivir entero.

Premio Rapallo-Carige Opera Prima 2011

Premio Campiello Opera Prima 2011

Finalista del prestigioso Premio Strega 2011

«Una muy loable opera prima. Si hay justicia en este mundo, arrasará en todos los premios.» giovanni pacchiano, Il Sole 24 Ore

«Poético y sorprendente, escrito con un lenguaje incisivo, potente y carnal. Este libro es la revelación del año.» silvana mazzocchi, La Repubblica

«Una formidable prueba de escritura.» giulio ferroni, Alias- Il Manifesto

«Una novela que sorprende por la escritura, que recuerda a la fuerza narrativa de Kitano en Dolls, sumergida en una bañera de agua, helada por la poesía de Björk.» gian paolo serino, La Repubblica delle Donne

«Novela cruda y cruel, sustentada por una escritura que sabe impregnarse de delirio, gracias a un certero dominio del instrumento expresivo.» ermanno paccagnini, Il Corriere sella Sera

«Una fábula plagada de sombras y sangre, abandonos e incomprensiones. Una novela sobre una Alicia alejada del País de las maravillas que intenta ocultar su infelicidad con palabras, con caracteres, con alfabetos y con el descubrimiento de idiomas que pueden expresar el dolor de vivir y, al mismo tiempo, un arrollador deseo de felicidad.» francesco longo, Il Riformista

«Un deslumbrante debut narrativo.» francesca matteoni, Nazione Indiana

«No son sólo la trama y el final (sorprendente) los puntos fuertes de esta novela. Es el hecho de que este libro sea el debut de una chica de veintitrés años, que sabe escribir y nos hace descender a las profundas oscuridades del corazón, donde hasta la locura y las obsesiones son contagiosas.» Marie Claire

«Viola Di Grado sólo tiene veintitrés años pero va muy en serio. Demuestra la habilidad de un malabarista loco con las palabras. Dark como Amélie Nothomb, provocadora como Elena Ferrante. Le auguramos el mismo éxito.» Elle

«Me atrevo a apostar por Viola Di Grado. Por su talento y por sus libros, empezando por éste, con el que debuta con tan sólo veintitrés años. Pensando que lo escribió cuando todavía era una adolescente, sorprende por su madurez desde las primeras líneas.» pietro chieli, Gioia

«No cabe duda de que nos acostumbraremos pronto a escuchar hablar mucho de Viola Di Grado.» giovanni dozzini, Europa

«Un debut noir y rítmico que sorprende a cada frase.» lisa corva, Il Piccolo

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...