domingo, 18 de septiembre de 2022

Ser normal y no escribir

 Yo podría asumir mi papel de jubilada, de abuela, de vecina nueva y dedicarme a cuidar todo esto y lo otro, o atender, o hasta disfrutarlo simplemente. Charlar amistosamente con parientes de sangre y políticos, amigues viejes y nueves, gente de la vereda, de la magia cotidiana. Creo que sería muy feliz y exitosa. ¿A qué obligarme al arte? Las "putas inquietudes", les decían mis viejes. ¿A qué agregar a la vida un plus de deseo y entusiasmo que causa angustia y preguntas existenciales? ¿A qué acusarme de que tendría que estar escribiendo mi novela, mi ponencia o mis poemas si no es imprescindible? ¿O sí?

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...