
Los astros y las insondables profundidades del cosmos han hablado, Aries. Una energía antigua y primigenia se agita en tu interior, como el rugido de una bestia que nunca debería haber despertado. Esta semana sentirás la irresistible necesidad de avanzar sin frenos, de abrir portales donde solo debería haber muros y de desafiar a entidades que ni siquiera los antiguos se atrevieron a nombrar. Cuidado con los impulsos descontrolados: no todo lo que brilla en la oscuridad es un premio, a veces solo es el reflejo de un ojo que te observa... y que parpadea. Sin embargo, no temas, pues el caos no solo destruye, también crea. En tu arrebato de osadía podrías encontrar una revelación insólita, un conocimiento prohibido que, bien utilizado, abrirá caminos de grandeza. Así que ruge, Aries, pero recuerda: hasta los dioses olvidados saben que hay momentos para actuar... y otros para correr.
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