Mijita me dice si le llevo con el auto al profesorado a las 8 de la noche unos cuadros enormes que está haciendo y no puede llevar en la moto. Le digo si no quiere venir a buscar el auto y llevárselo como los lunes anteriores. Es un kilombo venir con la moto y cambiar de máquina. Le digo que le llevo todo ahora, a las dos de la tarde, porque hoy terminan mis dos seminarios virtuales a las 17 y a las 19 hs y no quiero faltar. Tampoco me hace gracia entrar en san miguel a esa hora ni esperarla para volver con los tablones. Pero quiero ayudarla y me encanta que me pida.
Me dice que venga con todo a las 17. 30 así no le corto la siesta. Le digo que banque que ya ya ya le caigo y después me vuelvo en bondi tranqui para llegar a las 17 a mi casa y seminarios. Me pongo las sandalias y un buso. Meto dos cuadros enormes, dos medianos y uno chiquito más una pila de tapas de cuadernos Vasalissa que habíamos hecho acá y dejado entre mis libros tipo prensa. Llego volando y feliz, le dejo todo, le chusmeo novedades, le recorro la casita nueva que ya ha acomodado.
Salgo caminando del medio del monte donde vive. Sé que no hay bondis cerca pero voy buscando Gaspar Campos. Ninguna de las calles llega, todas cortadas. Me mando por Santa Ana-Flaubert. Llego hasta la esquina de Azcuénaga (¿10 cuadras caminé?) y veo la parada del 448. Sé que va a la estación de José C. Paz pero no se bien por dónde. Lo espero, subo y le digo al chofer que no sé dónde bajo, que voy a JCP. Me dice que da "un par de vueltas" pero llega hasta la estación. Bueno, genial. El transporte público está muy sucio y el público es más tumba y ruidoso que en mi ex Obligado. Me siento feliz, tranquila, me río del atrevido que cuenta su vida sexual a los gritos pasillo de por medio. El recorrido fue más extenso de lo planeado pero llegamos. Compré pan y facturas en un panadería donde me preguntaron, como hace mucho no me preguntaba, si quería felipes o mignoncitos. Camino 12 cuadras más hasta mi casa. Cuando entro son las 17.04.
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