A todo esto, te estarás preguntando dónde quedó mi ex que siempre se cruza y se descruza y todes sabemos que una vida genial no puede estar completa sin chogue. Pues sí, no. Digo: puede estar muy completa y no hay chongue de ningún color. Mi ex giró y giró a mi alrededor arreglando auto y apareciendo todos los días en la vereda para afanar wifi que no había pagado en la casa de su viejo y no respondió a ninguna de mis invitaciones a salir juntos o hacer algo interesante. Su plan era metérseme por donde siempre porque su padre volvía de Brasil y a él le gusta la casa del padre cuando el padre no está y se le complica cuando vuelve el viejo con o sin mujer.
La cosa es que antes de las fiestas ya empezó con su vieja cantinela de "me voy de viaje". Puff, ¿no se da cuenta cómo aburre? Dijo ochenta veces, delante mío, de nuestres hijes, de quien sea, que le había salido "un trabajo" en Córdoba. Nadie le creyó porque ya sabemos lo del pastorcito mentiroso y yo temblé porque, para él, "trabajo" puede ser cualquier truchada. Me siguió mandando mensajitos raros (una vez se confundió de conversación y me dijo que creía que estaba hablando con su hermana, me le cagué de risa, le dejé claro que no tenía que explicarme nada y que me parecía raro que me saludara así porque sí). Siguió intentando aflojarme con servicio al auto, con vender el dodge, con cortar el pasto, con proyectos para hacer en mi casa (arregló una canilla que perdía y ahora no pierde pero tampoco sale agua).
Cuando nada funcionó dijo que el mismo "trabajo" de Córdoba quería que pintara algo en capital. Y él te dice "me pidieron que pinte", "estoy en villa urquiza" y mucho no especifica pero yo sé que si no cuenta bien es porque no está orgulloso de lo que hace y esconde algo. Menefrega. Dice él que se fue a Córdoba antes de navidad y volvió para año nuevo. Yo no le creo nada. Lo vi en casa de mis consuegros el 31 y en el cumple de Magda. Ahora no me contestó un par de mensajes que le mandé con fotos de esos días y no se sabe en qué anda.
A veces pienso en por qué pienso en él. Anoche hasta soñé algo semi erótico: me acuerdo de estar enredada con sus piernas y ver a mi mamá que nos criticaba. Después me digo que no es tan malo pensar en él de vez en cuando, pensar qué estará haciendo y por qué es tan idiota. Y no culparme tanto de haberme equivocado tanto con él, haber esperado tanto, que no es malo tener esperanzas o haberlas tenido y que refleten un par de segundos y no le hago daño a nadie, ni siquiera a mí misma.
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