Me traje de Mar de ajó un dulce de calabaza al whisky y un chupney de cebolla, ananá y aceitunas verdes que me regaó Belu. También paramos en la ruta (que cosa sencilla que nunca había hecho en toda mi vida a contramano je) y compré dos lomganizas que llevo ahora para la picada del cumple de Magda, una miel para Rafa que no agradece pero lastra, unos zapañños en almibar y unas bereanjenas en escabeche.
Lo único que me prometí dejar de comer es pan. Que ya es mucho.
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