Estoy tan fascinada con mis nuevos talleres!!!! Mi profe de guitarra flamenca, Nico Vinazza, es un grande. Me encanta el entusiasmo con que me enseña, supera hasta mi capacidad de novedad, de enganchar una cosa con otra, de descansar de los ejercicios de estiramiento de dedos y técnicas exóticas con unas letras de sevillana. Me encanta ir a lo de su abuela en esa casona en Flores y que ella nos pase el mate y el vaso de soda y vea la novela mientras hacemos la clase.
Cuando me pongo teórica y melanco, pienso en cómo me falta a mí eso de tener el vieje incondicional, me encanta escuchar que él le dice que va a dar otra clase y vuelve para ir al Coto, o que se compartan los puchos. Pienso en que siempre se me viene a la cabeza que con Gustavo hubiéramos podido compartir la música y la guitarra. Y al rato me doy cuenta que no, que todo esto está en mí pero no en él, que él eligió otras cosas o no eligió una teta y se adapta a lo que le queda cómodo y nunca va a entender que una mujer es algo más que comer y dormir, que hasta un amigo es algo más que comer y arrancar el auto, que su vida es tan pequeñita que es al pedo que lo lastime mostrándole lo genial que es la mía, que tengo que eliminar mi culpa y dejarlo atrás.
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