Este blog arrancó en el 2008 porque no quería geder a nadie hablando de mi mamá muerta. Después derivó y se ramificó pero es bueno recordar que bloguear empezó por una falta de palabras y de oídos, una autocensura que devino hipérbole de exteriorización.
El 21 mi mamá hubiera cumplido 75 años y nunca llegó a confesar ni los 60 (murió con 62). Todo el tiempo pienso qué pensaría de esto o lo otro. Pero mi mayor duda es si, ya las dos aewlas, hubiéramos logrado hablar francamente de algo. Nunca lo hicimos. Aprendí a entender en terapia y mediando su discurso para quitarle la violencia y el resquemor con que me lo dirigía.
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