Acá estamos, en aislamiento. Pero con directives de escuelas pidiendo cumplir horario e incoherencias parecidas. Yo no voy a ninguna de mis tres. Que me descuenten. O que hagan lo que quieran. Si ni reglamentación clara hay y sentido común menos.
Mientras, preceptores y docentes armando grupas de wasap a lo loco y bombardeando.
Yo siento como si no fuera yo la que contesta los mensajes, la que ya debería estar jubilada (qué genial hubiera sido lo del 1ero de abril), la que tiene que ocuparse de la locura ajena fuera de la rutina de ocuparse de la locura ajena, con mis propios miedos e inestabilidades pero dejénsé de joder y hagamos algo bueno.
La parte de quedarme en casa me encanta. Igual la lluvia suma mucho a la rarez.
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