Hace mucho que tenía ganas de ver esta peli, por Lucrecia Martel, por Di Benedetto cuya novela leí maravillada a los 18 años, por el libro de Selva Almada sobre la filmación. Todas mis expectativas hermosamente cubiertas y superadas. No me esperaba la música muy hermosa, casi alegre en medio de tanta tristeza, tanta desolación, tanto sinsentido, tanta mugre y mezquindad de conquistador español que no ve dónde está, que violenta e invade, imagina, espera, sin entender nada. Qué bello el río y los verdes y las pieles llenas de barro feliz al lado de la pobreza, la peste, las pelucas y la burocracia ridícula de les europees. Ya me voy a releer la novela.
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