Me desperté con los primeros versos en la cabeza y a medida que fui cantando seguían saliendo. No me acuerdo exactamente de dónde me viene.
Se va se va la barca
se va Se va el vapor
Mañana por la mañana
también se va mi amor.
Me levanto tempranito
y voy a orillas del mar
a preguntarle a las olas
si han visto a mi amor pasar.
Las olas me responden
que sí lo han visto pasar
todo vestido de blanco
y con un ramito de azar.
Pienso en las historias de la guerra y esa generación de mujeres separadas de sus hombres, esa herencia de dolor que está ahí no más y que otras abuelas habrán procesado por el lado de la fuerza y la resistencia pero las mías bien tristes las dos. Cada una en situaciones diferentes pero ninguna me dio mucha alegría ni confianza.
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