martes, 13 de abril de 2021

El cauce y la encauzadora, el dique, la inundación

 Suelo descubrir en mí, a veces, no me pidan frecuencias ni causas valederas, un resquicio de odio puro puro que sublevan algunas personas en particular, algunas situaciones repetidas, algunas injusticias generalizadas. Lo siento nacer y amenazar con el desborde, a mi odio pequeño y filoso. Lo llevo, no digamos que amorosamente, pero sí con cuidado y tesón, hacia espacios de mí misma y de mi ecosistema donde no pueda hacer daño, donde sus oleajes se confundan con aguas sanadoras.

Así escribo, leo, blogueo, investigo, tejo, anoto ideas, puteo a quien me molesta, mando a la mierda

a quien vengo hace años perdonando, hago versos, planto gajitos, tomo mate. Y el odio se diluye.

No hay comentarios:

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...