EL CRIMEN PERFECTO 2
Desde hace un par de años quienes camina!is por la centrica calle Belgrano de San Salvador de Jujuy debemos sufrir pasar por una instalación que muestra como un hombre blanco, de ojos celestes, desarmado, con la camisa abierta es alcanzado por un balazo de un mazorquero, montado, con fiereza en el feo rostro, maldad en su gesto. Un disparo a quemarropa. El asesinato de un blanco por un moreno. Como si fuese un caso contemporáneo de inseguridad.
Varias veces pensé en escribir algo en facebook sobre este engendro racista, mentiroso y falaz. Pero, como dicen los jóvenes de este siglo, "me dio paja" pelearme con "procesores/as profesistas" que adoran las versiones falsas y aporteñadas de la historia. No se trata de que haya una única versión del pasado, pero hay límites para las versiones y el entendimiento. Las versiones de la muerte del General Juan Lavalle son varias, las más probables son el suicidio o el asesinato por gente cercana. La versión canónica, que nos contaban en la escuela, que el balazo había atravesado la puerta de unas tres pulgadas de espesor o había entrado por el agujero de la cerradura ya era difícil de creer en la tierna infancia. Y ahora esta instalación inventa otra, adecuada al lugar, una larga vereda.
O sea hubo un crimen (casi) perfecto de los hechos históricos, que confirman otra vez la victoria de Buenos Aires sobre la Argentina en Pavón (la madre de todas las derrotas).
Pero resulta que ocurrió lo impredecible, que hizo evidente lo absurdo de la situación. En los festejos de inicio de año tres personas se subieron encima de la escultura y se sacaron fotos, muy divertidos ellos según las imágenes difundidas. Seguro que no los animó ninguna vindicación histórica, imagino que simplemente son hijos de la época que desprecian lo público, que creen que porque pueden, pueden (así de tautológico es el poder hoy en día). Y provocaron el horror de unos cuantos y la intervención de la Justicia Correccional, la misma que debería haber intervenido antes para retirar el engendro e iniciar acciones por malgasto de fondos públicos para inventar una historia disparatada.
Otro caso de crimen (casi) perfecto que las apariencias del culto egocéntrico (puedo porque puedo) echó a perder.
Varias veces pensé en escribir algo en facebook sobre este engendro racista, mentiroso y falaz. Pero, como dicen los jóvenes de este siglo, "me dio paja" pelearme con "procesores/as profesistas" que adoran las versiones falsas y aporteñadas de la historia. No se trata de que haya una única versión del pasado, pero hay límites para las versiones y el entendimiento. Las versiones de la muerte del General Juan Lavalle son varias, las más probables son el suicidio o el asesinato por gente cercana. La versión canónica, que nos contaban en la escuela, que el balazo había atravesado la puerta de unas tres pulgadas de espesor o había entrado por el agujero de la cerradura ya era difícil de creer en la tierna infancia. Y ahora esta instalación inventa otra, adecuada al lugar, una larga vereda.
O sea hubo un crimen (casi) perfecto de los hechos históricos, que confirman otra vez la victoria de Buenos Aires sobre la Argentina en Pavón (la madre de todas las derrotas).
Pero resulta que ocurrió lo impredecible, que hizo evidente lo absurdo de la situación. En los festejos de inicio de año tres personas se subieron encima de la escultura y se sacaron fotos, muy divertidos ellos según las imágenes difundidas. Seguro que no los animó ninguna vindicación histórica, imagino que simplemente son hijos de la época que desprecian lo público, que creen que porque pueden, pueden (así de tautológico es el poder hoy en día). Y provocaron el horror de unos cuantos y la intervención de la Justicia Correccional, la misma que debería haber intervenido antes para retirar el engendro e iniciar acciones por malgasto de fondos públicos para inventar una historia disparatada.
Otro caso de crimen (casi) perfecto que las apariencias del culto egocéntrico (puedo porque puedo) echó a perder.
O sea hubo un crimen (casi) perfecto de los hechos históricos, que confirman otra vez la victoria de Buenos Aires sobre la Argentina en Pavón (la madre de todas las derrotas).
Pero resulta que ocurrió lo impredecible, que hizo evidente lo absurdo de la situación. En los festejos de inicio de año tres personas se subieron encima de la escultura y se sacaron fotos, muy divertidos ellos según las imágenes difundidas. Seguro que no los animó ninguna vindicación histórica, imagino que simplemente son hijos de la época que desprecian lo público, que creen que porque pueden, pueden (así de tautológico es el poder hoy en día). Y provocaron el horror de unos cuantos y la intervención de la Justicia Correccional, la misma que debería haber intervenido antes para retirar el engendro e iniciar acciones por malgasto de fondos públicos para inventar una historia disparatada.
Otro caso de crimen (casi) perfecto que las apariencias del culto egocéntrico (puedo porque puedo) echó a perder.
Esculturas hiperrealistas recrean la muerte de Lavalle
Estas esculturas hiperrealistas están ubicadas en la vereda de la Biblioteca Popular y muestran el momento en el que el General Lavalle es alcanzado por un disparo de un miembro de la partida Federal.
Sobre la calle Belgrano a la altura de la Biblioteca Popular de Jujuy se montó una instalación urbana de esculturas hiperrealistas que recrean la muerte del General Lavalle, a metros de donde sucedió el hecho, el actual Museo Histórico Lavalle.
El director de arte de la obra, Marcelo Pont, manifestó que “la instalación urbana de "La Muerte de Lavalle" es conceptualmente un fotograma en 3D de la historia. El instante en que el mazorquero dispara en medio de la noche sin saber que ha matado a Lavalle y éste sorprendido en el momento en que la bala impacta en su pecho”.
Marcelo Pont Vergés es un reconocido director de arte, diseñador de producción, escenógrafo y dibujante. Antes de llevar a cabo un proyecto realiza una investigación a fondo para que el resultado sea lo más próximo a lo que se quiera contar.
Sobre la obra expresó: “no es un homenaje, es el retrato de una situación histórica que sucedió a metros de donde está el monumento, es un recordatorio de la violencia insensata que signó nuestra política y que se dirimió en decapitaciones, fusilamientos y escarnios públicos sin llegar a una solución definitiva. Por otra parte es un estímulo a investigar profundamente esta historia y entender los orígenes de las guerras fratricidas a las que se opusieron San Martín, Belgrano o Güemes”.
Luego de terminado el proyecto en papel, se pasó a la realización de las esculturas, que quedaron a cargo de Fernando Pugliese, artista plástico, creador numerosas esculturas hiperrealistas como las de Tierra Santa, el Papa Francisco, Maradona, Messi, Néstor Kirchner, Spinetta, Sandro, Carlitos Balá, Pappo entre muchas otras obras que realiza a escala 1.1 (escala fiel a sus dimensiones).
Entre las obras que realizó para nuestra provincia se encuentra la del General Belgrano ubicada en la Plazoleta del Bicentenario y la de la Virgen de Luján en la Municipalidad de San Salvador.
En una entrevista Pugliese declaró: “a mí no me interesa imprimirle mi personalidad a la obra, no intento que se vea mi interpretación del personaje, trato de que la figura responda a la realidad concreta”.
Los materiales que utiliza son materiales resistentes a las inclemencias climáticas, principalmente arcilla, resina epoxi y fibra de vidrio. Pugliese explica que sus esculturas hiperrealistas tienen como objetivo sacar a la gente de su cotidianeidad y de la rutina para que se acerquen, se saquen fotos o simplemente las contemplen.
Esta instalación urbana generó asombro y admiración por el pueblo jujeño, que ahora ve plasmado en concreto lo que antes solo recreaba en su mente.
El director de arte de la obra, Marcelo Pont, manifestó que “la instalación urbana de "La Muerte de Lavalle" es conceptualmente un fotograma en 3D de la historia. El instante en que el mazorquero dispara en medio de la noche sin saber que ha matado a Lavalle y éste sorprendido en el momento en que la bala impacta en su pecho”.
Marcelo Pont Vergés es un reconocido director de arte, diseñador de producción, escenógrafo y dibujante. Antes de llevar a cabo un proyecto realiza una investigación a fondo para que el resultado sea lo más próximo a lo que se quiera contar.
Sobre la obra expresó: “no es un homenaje, es el retrato de una situación histórica que sucedió a metros de donde está el monumento, es un recordatorio de la violencia insensata que signó nuestra política y que se dirimió en decapitaciones, fusilamientos y escarnios públicos sin llegar a una solución definitiva. Por otra parte es un estímulo a investigar profundamente esta historia y entender los orígenes de las guerras fratricidas a las que se opusieron San Martín, Belgrano o Güemes”.
Luego de terminado el proyecto en papel, se pasó a la realización de las esculturas, que quedaron a cargo de Fernando Pugliese, artista plástico, creador numerosas esculturas hiperrealistas como las de Tierra Santa, el Papa Francisco, Maradona, Messi, Néstor Kirchner, Spinetta, Sandro, Carlitos Balá, Pappo entre muchas otras obras que realiza a escala 1.1 (escala fiel a sus dimensiones).
Entre las obras que realizó para nuestra provincia se encuentra la del General Belgrano ubicada en la Plazoleta del Bicentenario y la de la Virgen de Luján en la Municipalidad de San Salvador.
En una entrevista Pugliese declaró: “a mí no me interesa imprimirle mi personalidad a la obra, no intento que se vea mi interpretación del personaje, trato de que la figura responda a la realidad concreta”.
Los materiales que utiliza son materiales resistentes a las inclemencias climáticas, principalmente arcilla, resina epoxi y fibra de vidrio. Pugliese explica que sus esculturas hiperrealistas tienen como objetivo sacar a la gente de su cotidianeidad y de la rutina para que se acerquen, se saquen fotos o simplemente las contemplen.
Esta instalación urbana generó asombro y admiración por el pueblo jujeño, que ahora ve plasmado en concreto lo que antes solo recreaba en su mente.
Un poco de historia
En la madrugada del 9 de octubre de 1841, una partida de Federales dispara en un confuso episodio al jefe Unitario más buscado por Rosas, el General Lavalle.
Nadie se encontraba con él en el momento en que le impactó la bala, de modo que hasta la fecha el hecho sigue rodeado de misterios y conjeturas.
La versión clásica es que el disparo atravesó la puerta e hizo impacto en la cabeza del general, quien en esos momentos se acercaba al zaguán.
Otra versión sostiene que Lavalle, en realidad, abrió la puerta para enfrentar a los tiradores, y que lo alcanzó el disparo hecho al azar por uno de ellos.
El secretario del General Lavalle, Félix Frías en su histórica declaración narra que en los últimos días el General se mostraba de muy buen humor: "Esta alegría tan extraña en momentos tan críticos, era para mí el anuncio de una grandísima desgracia”.
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