Siempre me gustó hacer regalos. Me encanta la sorpresa, me encanta estar días y días pensando en esa persona, eligiendole cositas que creo que la harán feliz. Cuando mis hijes eran chiques, la malaria incentivaba la creatividad. Ahora, con un manguito de más soy una tromba, con permiso de mi nueri para comprar en su nombre y guita del abuelo ortiva que no sabe elegir, me la pasé todo el mes de juguetería en bicicletería, en cotillón, en todopordospesos, en Chino, en lo que sea hasta que encontré lo que quería. Y faltan fotos del disfraz y la ropa y las sandalias.
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