Ayer me compré por quince pe un librito embrujado que lleva el título de esta entrada y se presenta como algo entre lo turístico y lo histórico arqueológico del Fondo de Cultura económica. Su fecha de edición coincide con el momento en que yo era un embrión de tres meses en el vientre materno.
Hoy yo no soy yo: ya me hizo empezar dos historias con ciudades mayas y textos ancestrales tallados en piedra.
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