Qué placer más desconocido la libertad! Dormir, comer, leer, escuchar música, tocar la guitarra, escribir, pensar maldades, pagar deudas, chusmear a les vecines, sacar fotos de los perros y de las plantas, estirar los dedos de los pies, escribir mi diario y mi bloga, no contestar mensajes boludos, hacer gajitos, cambiar de lugar dos pajaritos de madera, enredar el ojo de poeta en la pared nueva, colgar unos tejidos... Y recién son las 4 y media de la tarde.
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