El flamenco me ha entrao y me ha llenao la via toda.
Y no crean que es porque ella baila (o bailaba) flamenco que yo la quería o que, por ella, quería al flamenco. Son dos cosas separadas. Puedo olvidarme de ella pero no del flamenco. Ni llegar a olvidarlo o detestarlo porque ella ya no me interese. Mu poquita cosa, ella. Y el flamenco siempre estuvo en mí como curiosidad, como cuerpa reprimida, como castañuela infantil mal agarrada y revoleada por madre para que no joda. Es mío. Y ya nunca ninguna mina ni ninguna madre me lo va a quitá.
Hoy clase inicial, por drive, con profe nueva y por tientos. Ya me mandé a cantar la primer copla aunque la consigna era verso por verso. Ya mandé el audio a la grupa donde no conozco a naide. Pa enamorá, lo mío. Ya me aplaudieron las cumpas desconocidas. Ya me dije la profe que hay tres versos (de nueve) que "son un poco diferentes". Je. Cómo me quiere la gente con arte. (Y vos cagate)
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