Re-ponerma, re-construirme, encontrar el eje, los ejes de mi carreta, lo que sea. La cosa es que venía menopáusica mal, depre de la de matar pelotudes, odiando las instituciones en las que me veo obligada a trabajar y estudiar, mirando sin entender a las personas que parecen odiarme por el solo hecho de circular, de existir, de no aceptar sus entongues y manipuleos.
Y este viernes me levanté de buen humor y me patié el traste hasta Perú al 300 y estuve todo el día de wordshop que es lo mismo que una jornada o un día de congreso pero parece que podés participar más y tiene más onda y menos cartón corrugado. Escuché a la genia de Marie Louise Pratt ahí no más a dos sillas de mí y renové mi admiración hacia ella desde su Ojos imperiales y ahora con explicación sobre el Antropoceno, el fin de la humanidad y los modos de vivir este final. Escuché al genio de Giorgi y renové mi admiración hacia él desde su Formas comunes y ahora su lectura de Petróleo donde el pozo extractivo habla, canta y se niega al capitalismo y los trabajadores devienen mujer para derrumbar los modelos explotadores (una pena que no se haya usado la palabra Patriarcado). Escuché a la genia de Paola Cortés Roca que desde el seminario que cursé con ella en Puán y ahora con una serie de fotografías sobre lo poshumano y lo posnatural me hizo pensar en cómo esta conexión entre teoría, literatura, política y vida es la que quiero para mi trabajo como lectora, escritora, crítica e investigadora.
El sábado, para sumar cuerpo y amor a estas manifestaciones universales y amorosamente utópicas, me fui a una clase nueva de flamenco en San Telmo que viene a ser el culo del mundo si no vivís en caba o no tenés auto que vaya por autopista y baje directo en avenida Huergo. Tardé dos horas y media en llegar, bondi, tren, subte, subte, caminar siete cuadras, pero valío mucho la pena: divina la profe Macarena y el lugar y las cumpas nuevas que aprendían rápido y los modos de meter mano y tacón y palma y compás, todo en una hora. De ahí me encontré con la Sil y nos fuimos a bañar a su casa y de ahí a verlo a Lea presentar su disco y a Mailén tocar Bramhs en una feria feminija y cantar sus canciones por primera vez en público ampliado. Muy geniales ambos.
Y lo pongo todo en la misma entrada para que quede todo unido y se sienta el golpe de amor en la pecha y el aura de luz (noooooo, luzzzzzz noooooo) que dura y dura.
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