En sexto grado me llevaron a conocer a Juan L. Ortiz junto a chicos de otras escuelas. Habíamos estudiado un poema de memoria: " Corría el río en mí con sus ramajes/ era yo un río en el anochecer/ y suspiraban en mí los árboles.." La casa, sobre la barranca del Paraná, estaba orientada de tal manera que desde su lugar de trabajo se podía ver la isla en toda su extensión, la costa de Santa Fe. El poeta era un viejito flaco, encorvado. Nos hizo pasar a la cocina y nos convidó galletitas dulces. En el jardín cultivaba papas y zanahorias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario