lunes, 5 de mayo de 2025

Las valquirias

 


Puede ser un garabato de texto que dice "iLISTA PARA LA BATALLA (Y PARA LA PORTADADE DE LA REVISTA) A PORTADORA DEL DESTINO. NO DISPONIBLE EN LENCERÍA"
¿Eran las valquirias guerreras rubias en bikini de metal?
Spoiler: no. Eran figuras mitológicas, no personajes salidos de un videojuego con presupuesto en aceite corporal y armadura tamaño sujetador push-up.
La imagen pop de la valquiria es un cóctel tóxico de erotismo barato, cosplay de convención y testosterona mal digerida. Rubia, pechugona, armada hasta los dientes y vestida como si el invierno escandinavo fuera una leyenda urbana. Esta fantasía tiene más que ver con las portadas de discos de heavy metal, los cómics pulp de los años 70 y los delirios de diseñadores de videojuegos que con las fuentes originales (Orchard, 1997; Simek, 2007).
En la mitología nórdica, las valquirias (valkyrjur, “las que eligen a los caídos”) eran seres divinos al servicio de Odín, encargadas de seleccionar qué guerreros morían en batalla y cuáles eran dignos del Valhalla. No eran ninjas en tanga ni chicas pin-up con casco y lanza: eran una especie de comité de bienvenida de ultratumba con funciones espirituales, no bélicas (Larrington, 2014).
En las Eddas y las sagas, las valquirias aparecen como figuras ominosas, psicopompas que cabalgan entre mundos. Portan lanzas, cálices, a veces plumas, pero lo suyo no era patear traseros, sino señalar destinos. Su presencia implicaba muerte inminente, no escenas de acción coreografiadas por Hollywood (Ström, 1954).
Pero claro, luego vino Wagner con su Cabalgata de las Valquirias y les puso alas, cascos con cuernos y un sistema de sonido operático que hizo que medio mundo las imaginara como amazonas nórdicas con voz de soprano y presencia de tanque de guerra. De ahí a los cómics, los videojuegos, las figuritas, y las influencers con colgantes de “valquiria empoderada” hay un paso (Price, 2020).
¿Y la arqueología? Mucho más sobria. Sí, hay tumbas de mujeres con armas, como la célebre guerrera de Birka, pero nadie grabó “valquiria” en su epitafio. Confundir a una figura mitológica con una tumba real es como decir que alguien enterrado con un sable láser era un Jedi de verdad (Jesch, 1991).
La espiritualidad nórdica es otro cantar. Las valquirias eran símbolos del destino, del honor, de la gloria en batalla. No eran “chicas de batalla divinas”, sino engranajes del orden cósmico que conecta Midgard con Asgard. No buscaban likes ni seguidores: buscaban guerreros dignos de la eternidad (Price, 2020; Ström, 1954).
Resumen: Las valquirias no eran guerreras en bikini, ni modelos de escote con lanza, ni personajes de anime con casco y actitud. Eran manifestaciones mitológicas del destino guerrero. Todo lo demás es marketing disfrazado de espiritualidad. Y sí, eso incluye los tatuajes, las películas, y los collares de Etsy.
Fuentes (libres de lencería vikinga):
– Orchard, A. (1997). Dictionary of Norse Myth and Legend.
– Simek, R. (2007). Dictionary of Northern Mythology.
– Larrington, C. (Trans.). (2014). The Poetic Edda. Oxford University Press.
– Price, N. (2020). Children of Ash and Elm.
– Jesch, J. (1991). Women in the Viking Age.
– Ström, F. (1954). Diser, nornor, valkyrjor: Fruktbarhetskult och sakralt kungadöme i Norden.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...