martes, 15 de enero de 2019
Encuentros fortuitos o la magia de la vida cervantofeminista
Ayer, justo cuando ya tenía mi artículo sobre las brujas de El coloquio de los perros listo para ser enviado a revista académica, justo cuando estaba haciendo la revisión final formal, me aparece en los datos biobibliográficos de Monique Wittig (a quién cito en todos mis escritos desde su El pensamiento heterosexual y el Borrador para un diccionario de las mantes, de quien estoy leyendo Las guerrilleras) que ella escribió una reformulación del Quijote en formato teatral en la que caballero y escudero son dos mujeres: El camino sin fin. ¡Y cómo nadie me avisó!!!!!! Realmente el cervantismo necesita un poco de permeabilidad. Y yo quiero conseguir ya esa obra en francés o su traducción.
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Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
que sonríe cómplice de amor...
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