He estado bastante enojada y bajón como todos los noviembres escolares pero más por hormonas menopáusicas que no se aquietan y desilusiones con gente que no me quiere como me merezco (¿ya dije esto alguna vez?) Nada nuevo bajo el sol pero me enorgullezco de no naturalizar ni acostumbrarme al desamor y las relaciones huecas o mediocres.
La escuela, decididamente, ha quedado fuera de mi horizonte de expectativas y/o pasiones. El amor de pareja es algo que para mí se niega o se afirma en el pasado y está muy bien que así sea. La amistad es algo para lo cual soy muy jodida, dicen, aunque yo me crea tan sencillita y buena gente. El amor de ecosistema, entre nosotres, les biches que parí, que crié y que me parieron y me criaron y sus ramificaciones amorosas, es conflictivo porque crece y muta, me hace llorar de emoción, de impotencia y de soledad, me hace reir de orgullo, de posibilidades creativas y de rueda que abraza.
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