En un solo día me encontré con variados problemas linguísticos con la nieta:
1. Se subo sola a la sillita para comer los fideos que le preparé. Me dice "manteca". Le digo que ya le puse, que está derretida. Me repite "manteca". Le repito la explicación. "Manteca", me grita harta y sacude la sillita tratando de acercarla al borde de la mesa. No era "manteca" sino "más cerca".
2. Me trae el bebote desnudo. Le digo que está en culo. "Tulo", repite y pienso en la irresponsabilidad de la abuela que enseña boludeces mientras papi y mami enderezan. Le digo que me traiga el pañal para ponerle o si usa bombacha ya el bebé como ella. Me dice: "yo momacha". Le digo que sí, que ella usa bombacha y no pañal porque es una nena grande. "Yo nena titita", le aclara a la awela desubicada con los tamaños.
3. Me pide agua. Le digo que la mamadera con agua está en la pieza. Me dice: "No, vaso pon". Me hago la canchera porque mami me dijo que "pom" es "se cayó" o "se rompió". Claro, le digo, vaso no porque se rompe. Me repite "vaso pon". La tranquilizo con que voy a traerle la mamadera y que no se preocupe por el vaso". La pobre debe recurrir al viejo truco del señalamiento con el dedo: Quería en el "vaso poni" que es de ella y no se rompe y nada que ver awela lo que vos entendés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario