Consejos y citas célebres del Dr. O. Xímoron
(De "Guía para pescadores")
Que la poesía te moleste, como el guisante debajo del colchón de la princesa.
Escribí en voz baja, leé en voz alta. Sé honesto: Eso que leés, ¿respira igual que eso que escribiste?
Si escribís un poema acerca de lo que es un poema, no lo escribas. Escribí un poema.
Si el poema es un manifiesto, mejor escribí un poema cumpliendo las reglas del manifiesto.
El único remedio contra el lugar común es la lectura. Leer contamina. La contaminación genera anticuerpos contra las cosas demasiado dichas, lugares comunes que le dicen.
"La paradoja es la lógica de lo esencial", y quizá, la ilógica de lo prescindible.
No coma si hay espacio. Coma donde no lo hay.
Si escribe en verso, que se note porqué escribe en verso.
Si se olvidó de decir algo, no lo diga al final, y menos después de una coma.
Si el verso no es autónomo, paga en otros versos el impuesto de su sentido.
En el poema, no se queje si se queja.
Un poema debería ser algo así como una pirámide al derecho en cuanto al sentido (un vértice pequeño y una ancha y divergente base polisémica), y una pirámide al revés (un embudo, si le gusta) en cuanto a tensión.
La proscripción del adjetivo es un ejercicio de pura libertad.
Es hora de dejar en paz a las palomas y a todo otro pájaro. En una lata oxidada también hay poesía.
No explique al final lo que muy bien dijo con imágenes al principio.
Registro de sonido, registro de sentido: dos vías no siempre paralelas.
No sólo con palabras literarias se construye un poema.
La poesía no son palabras lindas, sino el tratamiento de una imagen. Forúnculo también es una palabra poética.
Nombrar aquello de lo que se habla, es no nombrar.
William Blacke decía algo así como: "El pensamiento que no cambia es como el agua estancada: engendra los reptiles del espíritu".
Todos los abismos son desmesurados, porque son del tamaño de nuestro fondo. Ergo, el abismo es un punto de partida, no de llegada.
La tentación de explicar al final lo que tan bien sugerimos al principio.
Que no nos venza la tentación de decir lo que queremos decir.
El cosmos está acá, en esa semilla de tomate que tenés sobre la mesa, Y esa semilla de tomate es sólo tuya. Yo tengo la mía.
Insisto: la única casa que me interesa, es la que no tiene ventanas. Las otras son todas iguales.
Si no leés el cuento del rey que se paseaba desnudo pensando que vestía un gran traje, jamás entenderás una crítica literaria.
El escritor es como es como un ministro de economía, lo que arregla por un lado, lo desarregla por el otro.
El arte no es conceptual (dice mi amigo “E”).
Tomado del blog de Walter Iannelli http://sanpaku-sanpaku.blogspot.com/2011/05/consejos-y-citas-celebres-del-dr-o.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario