domingo, 2 de octubre de 2011
Al contrario que las hembras de los animales
"El herrero y Florens se contorcionaban y, al contrario que las hembras de los animales de la granja en celo, la muchacha no permanecía quieta bajo el peso y la acometida del macho. Lo que Dolor veía más allá, en la hierba que crecía bajo un nogal, no era la silenciosa sumisión a las lentas acciones detrás de un montón de leña o a la apresurada en un banco de iglesia que Dolor conocía. En este caso la hembra se estiraba, clavaba los talones y movía la cabeza a derecha e izquierda, una y otra vez. Era una danza. Florens se dio vuelta y se puso encima de él. El herrero la alzó contra el tronco del nogal; ella apoyó la cabeza en su hombro. Una danza. Horizontal ahora, luego vertical."
Una bendición. Toni Morrison.
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Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
que sonríe cómplice de amor...
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