lunes, 7 de diciembre de 2015

Pequeñas Amandas IV

Al final me quedé con las ganas de armar en la terraza. Porque son todes unes ortivas: una que tenía frío con el vientito, otra que había mucho ruido o que se iban a escuchar de abajo las cochinadas que leemos, otro que daba mucho el sol. Todas mentiras: una sombra divina debajo del árbol, una temperatura ideal a las 6 dela tarde, el sonido del tren de domingo, la música de abajo levemente. Me dejé convencer porque no había enchufes, nada más. AH, y porque logré que habilitaran y emprolijaran uno de los balcones y porque, cuando se fueron todes, me di el gusto de sentarme afuera con las chicas a tomar algo.


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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...