Dice en feis Felix Bruzzone
Mi clienta rubia no llamó más. A veces pienso en ella. Me echó cuando le aumenté un 50%. Hacía dos años que no le aumentaba. Su marido estaba sin trabajo y ella lloraba. No soy de los que consuelan rubias, nunca tuve una novia rubia, pero acepté no aumentarle, todo ese tiempo, hasta que la situación no dio para más. Ahora, si llama, tendría que aumentarle otra vez, porque todo aumento mucho, y ella entonces tendría que volver a echarme. Es lo malo de lo que pasa: la inflación, seguida de la devaluación, todo atravesado por el pensamiento y las necesidades ratas de una mujer rata. Porque más que el ser rubia, ese rasgo tan positivo en tantas mujeres que andan por ahí, el rasgo más destacable de esta rubia es el ser rata. Su hoby es recortar maderas, pintarlas y escribir sobre ellas frases en inglés. Una que ahora me acuerdo es... Perdón, no me acuerdo ninguna. No sé si las vendía en ferias y/o comercios. Muchas de ellas estaban colgadas en su jardín. Algunas eran chistosas y otras eran mensajes de vida. Quizá, traducciones de mensajes del Papa Francisco. Su estudio era la galería. Tapaba la mesa para comer asados los domingos con hojas de diarios y se volcaba de lleno sobre sus obras de arte. En la calle Arroyo hay muchas galerías de arte. En toda la ciudad hay muchísimas. Pero los críticos del arte del siglo XXI bien podrían fijarse en este arte de las galerías construidas para asados de domingo en el suburbio cheto. El arte que no miramos es el arte más visible. Los chetos roban cumbia para divertirse y de paso asignarle a la negrada el dominio absoluto de todas las artes bajas, desentendiéndose de ellas y solo usándolas en estado de ebriedad o directamente drogados. Cuando hacen música, en cambio, componen en secreto temas de Pink Floyd. A veces los escucho en youtube. Son todos idénticos a las tablitas con frases en inglés de mi ex clienta rubia.
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