MARCIAL GALA
Claro, te gustaría escribir como lo hacen los grandes,
pero para eso debiste haber tenido experiencias muy distintas,
debiste haber conocido el verdadero París
y no un bar de la calle Arguelles de Cienfuegos
que ni siquiera se llama París,
se llama la Lonja y allí sirven un mejunje de porquería
que ni siquiera es ajenjo,
es puro matarrata o chispa de tren como lo llaman los sabios.
Hasta las mujeres que amaste están marcadas por no ser de Paris.
Así, es muy difícil solazarse en el verso
como lo logran los grandes,
así sólo te queda adentrarte en tu pequeña verdad
como en una cueva donde entras sin linterna
y donde no siempre sales ileso,
en un túnel al final del cual no está Notre Dame
sino la funeraria de Cienfuegos
y si la suerte te acompaña
saldrá en un periódico de circulación nacional:
Ayer murió el escritor.
¿Y quién es ese? preguntará más de uno
Y tú, ya muerto, te deslizaras sobre la niebla
de la noche insular y sus jardines invisibles
y pensaras en lo fatal de no haber nacido en París,
lugar donde como sauces se alzan los poetas
y los que se creen poetas que es casi lo mismo.
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