lunes, 21 de febrero de 2022

La helicoidal en la vereda




 

Segundo diente





 

Con faldas y a lo loco








 

La ley del deseo

  Amo cada centímetro, cada segundo, cada palabra, imagen, sonido, personaje, y todo de esta peli.

La flor de mi secreto

  Vamos para el pueblo, Leocadia, que en mi casa hasta el culo me descansa. Cómo me emociona el amor de les Amigues lectores, de mamá, de la hermana, de la gente que lo demuestra cocinando. Que se caguen todos los Pacos, los Madrides, y sigamos como vacas sin cencerro aunque no seamos creyentes.

Haber sido flor, abierta, campana, y ahora estar cansada de mi propia belleza








 

Tallereando presencial en La Munzón


 

Termino una cosa y ya quiero hacer otra



 

Lunes de amor escolar















 

viernes, 11 de febrero de 2022

No hay mudanza

 Por algo pasan las cosas.

Te espera algo mejor.

Menos mal que zafaste temprano de ese kilombo.

Te libraste de una fea.

Yo me había hecho ilusiones.

Se terminó el sueño de verano.

Va a aparecer otra.

No era para vos.

¿Por qué no te devolvieron el doble de la seña?

Te vamos a buscar otra opción.

No creas que es la única.

Comprame la mía, te la dejo a 70.


    Cabeza a mil. Me pongo a tejer sin tele, sólo el ruido de la lluvia, dejo mi cerebrito febril pastar entre hilos y almohadones. Pienso y ya no pienso más. Ya no planeo. Mucha gente me consuela y me comprende, me acompaña y me cuenta experiencias consoladoras. El lunes empiezo a trabajar por última vez. Lo que realmente me alegra es mi ecosistema quieto, fiel, sin mutación por ahora.

miércoles, 9 de febrero de 2022

Mañana se decide si me mudo o no

 Estoy muy nerviosa. No puedo convencerme a mí misma que sea o que sea NO es TAN urgente, ni grave ni malo ni decisivo para mi forma de vida actual. Que voy a estar bien, sea lo que sea. Qué dura soy de entendederas.

Sentidos alterados por alergia

 Anoche me desperté dos veces rascándome alguna parte de mi cuerpa como vengo haciendo ya hace años cada vez que me falta la loratadina diaria.

Lo novedoso fue que mientras me rascaba las piernas, la panza, los glúteos, medio entre dormida, soñada o creía que estaba haciendo avanzar "el mapa" de mi cuerpa como una cinta transportadora o caminadora. Sentía que mi piel era móvil y yo iba avanzando por ella como por un territorio que veía dibujado en planos.

Nada más. Ni llegaba a ninguna parte ni dejaba de picarme. Creo que se me mezclaban sensaciones de la novela de Octavia Butler que estoy leyendo (Tomo 3 de la saga de Xenogénesis: Imago) y la cuarta temporada de Los 100. En ambas historias de ciencia-ficción hay percepciones no humanas o humanas mutadas de cuerpas e inteligencias, planeta mutado también por radiación y seres que deben adaptarse o cambiar. (Nadie se rasca pero es mi modo de comunicación conmigo misma o de rechazo al exterior, vaya una a saber).

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...