lunes, 31 de diciembre de 2012

Los malaleche y los mosquitos

Que los mala leche se vayan a vivir todos al mismo barrio y que ese barrio esté lleno de mosquitos. Es más, que todos los mosquitos del mundo vivan en ese barrio. O que desaparezcan en 2013. Total nadie los va a extrañar.


Dalia Gutmann

Esas cosas que sólo suceden en la ficción

"Lo que sí estaría bueno que pase es que todas esas cosas que sólo suceden en la ficción empiecen a pasar en la vida real, y que el chico se enamore de nosotras por nuestro espíritu bondadoso y nuestra alegría de vivir y que no se termine quedando siempre con la que tiene buenas tetas, como suele ocurrir. Que de una vez por todas todo pase “justo” como sucede en las películas románticas: que justo se mude un vecino lindo a tu edificio cuando te acabás de separar, que justo en un día de lluvia torrencial te cruces con el amor de tu vida y terminen apretando en un callejón oscuro, o que justo cuando te estés por casar con la persona equivocada caiga aquel viejo amor al que nunca pudiste olvidar para interrumpir todo y escapar contigo por la pradera."



Dalia Gurmann

Sin que nadie nos trate de desequilibraditos

Quiero que todo lo que parece imposible se nos cumpla. Que 2013 chorree cursilerías. Que, como dice Sabina: “El corazón nunca pase de moda”. Y que los sensibles de una vez por todas seamos mayoría y podamos llorar de emoción cada vez que pinte sin que nadie nos trate de desequilibraditos.


Dalia Gurmann

Dejame disfrutar de mi tapper


Perfil.com domingo
30/12/2012


Sí al amor, no a las exigencias extremas

Por Dalia Gutmann


30/12/12 - 05:20


Esto del cambio de era me re estimula. Desde chica, siempre tuve la ilusión de que las fuerzas del bien les ganen a las del mal y después la vida se encargó de demostrarme que nada que ver. Igual, nunca bajo los brazos.

Soy una mina cursi. Me gustan las frases optimistas tipo “si sucede, conviene”, o esas que dicen “si deseas algo, el universo entero conspirará para que puedas realizar tu sueño”. Las leo entusiasmadísima y pienso: “Sí, ¡re!”; Y después el universo se toma sus tiempos, o tal vez se distrae con deseos ajenos y me deja de garpe…

Igual, nunca dejo de creer. Y cada año que empieza siento que es una nueva oportunidad para que mis deseos se cumplan.

Para 2013 quiero que me pasen un montón de cosas: quiero tener la autoestima por las nubes la mayor parte del tiempo. Hablar hasta por los codos sin después querer matarme por la sarta de boludeces que dije. Quiero ser más práctica. Que los mates me salgan todos ricos. Que mis hijos se diviertan a lo loco pero que se duerman cuando yo lo necesito. Que mi marido prefiera toda la vida estar conmigo antes que ver los mejores goles de la fecha. Tener swing. Poder sostener la estabilidad emocional más de cinco minutos seguidos. Saber cantar afinado. Ser brillante. Que los grandes pensadores quieran ser amigos míos…

Y como además de ególatra también soy culposa, tengo algunos deseos para la humanidad toda: que los millonarios dueños de empresas les aumenten el sueldo a todos motu proprio. Que les parezca re criterioso que sus empleados estén felices y conformes en sus puestos de trabajo, y que llegar a fin de mes sea re fácil para todos.

Que trasladarnos sea una actividad normal: que los colectivos no se nos escapen, que en los subtes no nos aplasten, que en los trenes no nos apoyen. Que el tránsito fluya y que los que manejan siempre encuentren lugar para estacionar.

Que los mala leche se vayan a vivir todos al mismo barrio y que ese barrio esté lleno de mosquitos. Es más, que todos los mosquitos del mundo vivan en ese barrio. O que desaparezcan en 2013. Total nadie los va a extrañar.

Que la tecnología la corte un poquito con sus avances. Estoy harta de sentir que todos saben manejar sus iPod 23 y que la única que no sabe cómo bajar música al celular soy yo; que no sólo no avancé sino que retrocedí, porque desde que se me rompió la videocasetera no tengo idea de cómo corno grabar un programa de la tele.

Que las publicidades también la corten un poco mostrándonos tanta gente espléndida y feliz. Quiero ver más gente despeinada, sudada, con adiposidades. Basta de revistas con gente que siempre la pasa bomba: en invierno esquían felices y en verano muestran sus cuerpos torneados en la playa. De paso, creo que las playas deberían prohibir el ingreso de cuerpos perfectos a sus balnearios por el bien de todos nosotros.

Lo que sí estaría bueno que pase es que todas esas cosas que sólo suceden en la ficción empiecen a pasar en la vida real, y que el chico se enamore de nosotras por nuestro espíritu bondadoso y nuestra alegría de vivir y que no se termine quedando siempre con la que tiene buenas tetas, como suele ocurrir. Que de una vez por todas todo pase “justo” como sucede en las películas románticas: que justo se mude un vecino lindo a tu edificio cuando te acabás de separar, que justo en un día de lluvia torrencial te cruces con el amor de tu vida y terminen apretando en un callejón oscuro, o que justo cuando te estés por casar con la persona equivocada caiga aquel viejo amor al que nunca pudiste olvidar para interrumpir todo y escapar contigo por la pradera.

Quiero que todo lo que parece imposible se nos cumpla. Que 2013 chorree cursilerías. Que, como dice Sabina: “El corazón nunca pase de moda”. Y que los sensibles de una vez por todas seamos mayoría y podamos llorar de emoción cada vez que pinte sin que nadie nos trate de desequilibraditos.

Aunque si tengo que ser honesta, no creo que 2013 sea tan distinto al resto de los años. Pero dejame pensar que sí. Dejame disfrutar de mi tupper. No me mates la ilusión.

¡Feliz año!



*Actriz, humorista.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Biblioburro





Soriano es un profesor de escuela primaria en Magdalena, Colombia. Al comienzo de sus 17 años de carrera se dio cuenta de que los chicos no sólo tenían dificultades para aprender en clase sino también para terminar la tarea. Muchos de sus estudiantes vivían en zonas rurales, donde tenían dos grandes dificultades para avanzar en sus estudios: padres analfabetos y una ausencia total de libros.

Entonces Soriano se decidió a llevarles libros a los chicos. “Vi dos burros sin nada que hacer, en casa”, contó a la cadena CNN. “Tuve esta idea de usarlos en mi proyecto porque pueden llevar grandes cargas. Puse los libros sobre sus lomos, en alforjas, y así los burros se transformaron en parte de mi proyecto.”

Cada miércoles, al ocaso, y cada sábado, al alba, Soriano se despide de su mujer y de sus tres hijos para emprender un largo viaje. Su biblioteca móvil se llama “biblioburro” y está compuesta por los dos animalitos, Alfa y Beto, que van cargados de libros. Soriano recorre regiones que él describe como “abandonadas”, en el estado de Magdalena, en donde los chicos tienen que caminar muchísimo para ir a clases, y donde hay pocos maestros dispuestos a ir.

“No es fácil viajar a través de los valles. Viajar sentado en un burro durante cinco, ocho horas, cansa muchísimo. Es una satisfacción llegar a destino”, dice Soriano, que ya ha pasado las 4 mil horas de viaje.

Su aventura no está exenta de riesgos: una vez se rompió una pierna al caer de uno de los burros; otra vez, en 2006, unos bandidos lo asaltaron al cruzar un río y lo dejaron atado a un árbol cuando descubrieron que no tenía dinero.

En cada pueblo, más de cuarenta chicos esperan al biblioburro para recibir ayuda con la tarea, aprender a leer y escuchar las fábulas, las historias de aventuras y las lecciones de geografía que Soriano les tiene preparadas.

Además de su proyecto, este sacrificado maestro construyó la biblioteca más grande de Magdalena, al lado de su casa. Tiene alrededor de 4 mil libros que fueron donados de todas partes.

Dice Soriano que “es una gran satisfacción cuando un chico aprende a leer. Así es como cambia una comunidad y el chico se vuelve un buen ciudadano, y una persona útil. La literatura sirve para conectarlos con el mundo.”

(Soriano y sus biblioburros reciben mails en eldoctorsoriano@hotmail.com)


Tomado de Página 12. radar. del 7 de marzo de 2010.

Julia y Julie

Podría haber sido interesante la historia de las dos mujeres a 50 años de distancia. Lo mejor eran los cortes y paralelismos entre ellas.
Pero demasiado cliché lo que la cocina y el tú puedes y la autosuperación. Un embole de casi 2 horas. Magda en un momento me dice: ¿Y dónde está el problema? No había conflicto, ni climax, ni tensión, ni sorpresa.

Mate con miel

"Si Esteban Echeverría en en su paradójico intento de fundar una literatura propia y nacional alejada de la tradición europea a partir del desierto, ese espacio vacío y al parecer carente de significado, establece en "La Cautiva "que la consigna estética que rige y se funda en dicho espacio, a la vez utópico e inhóspito, es 'libertad o muerte', yo te digo que la consigna estética de la montaña y el domingo es el mate con miel."


Juan Cruz Lamuedra. (Tomado de su muro de Feis)

Construida entre 1810 y 1815




La Casa Mínima - Esta casa se encuentra ubicado en el barrio de San Telmo, en el pasaje San Lorenzo 380. Tiene la particularidad de ser la casa más angosta de toda la Ciudad que se haya registrado. Su frente no alcanza los 2,50 metros de ancho. Tiene una fachada exterior lisa, con una pequeña entrada y una puerta pintada de verde atravesada por una cerradura de hierro. En la planta superior asoma un balconcito con barrotes verticales de hierro, desde donde se esconde una ventana de dos hojas simétricas y dos cortinas iguales pliegue a pliegue. Fue constrida entre los años 1810 y 1815, se dice que perteneció a un esclavo liberto, ya que cuando ocurrió la abolición d ela esclavitud en 1813, el propietario mandó a construir esta casa para su esclavo. Algunos sostienen que la cas era anexo de una casa más grande que pertenecía a una familia y esta casa a su esclavo. Como quiera que haya sido, la Casa Mínima es un recordatorio arquitectónico de un pasado en que la población afro americana formó parte de la realidad porteña.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Ese bar que no llegó a conocer Benjamin

"Siempre me pareció que el bar de “La guerra de las galaxias” es el lugar antifascista por excelencia. Ahí se juntan traficantes de Orion, seres con cabeza de pescado, mujeres con tres tetas, músicos, vaqueros de las supernovas. Pura mezcla. Es en este bar que no llegó a conocer Walter Benjamin donde puede florecer algo interesante. Y es en el bar (en todos los bares de todas las ciudades) donde aún hoy el narrador sigue contando su eterno relato. Donde se sigue recitando el “Sermón de la montaña”. Solo hay que estar en estado de atención para poder escucharlo."


Fabián Casas


Tomado de http://www.revistadossier.cl/detalle.php?BD=textos&id=273&pags=0

Lleva un vestido y bajo el vestido lleva una toalla sanitaria

Tres poemas - Susan Griffin

1
Este es un poema para una mujer que lava platos.
Este es un poema para una mujer que lava platos.
Debe ser repetido.
Debe ser repetido
una y otra vez,
una y otra vez,
porque la mujer que lava platos
porque la mujer que lava platos
no puede oír bien
no puede oír bien.



2
Este es otro poema para una mujer
limpiando el piso
que no oye del todo.
Un minuto de silencio
por la mujer que limpia el piso.



3
Y otro poema más
para la mujer que está en casa
con los niños.
Nunca la ves por las noches.
Quédate mirando a un espacio vacío
e imagínala allí,
a esa mujer con los niños
porque no puede estar aquí para hablar
por sí misma,
y escucha
lo que piensas
que ella puede decir.
Respuesta a la pregunta de un hombre:
"¿Qué puedo hacer por la liberación de la mujer?"

Lleva un vestido.
Lleva un vestido que tú misma has hecho, o has comprado en una tienda.
Lleva un vestido y bajo el vestido lleva elástico, alrededor
de tus caderas y bajo tus pezones.
Lleva un vestido y bajo el vestido lleva una toalla sanitaria.
Lleva un vestido y lleva zapatos con tacos altos.
Lleva un vestido con elástico y una toalla sanitaria debajo
y zapatos de tacos altos en tus pies
y camina cuesta abajo por Telegraph Avenue.
Lleva un vestido con elástico y una toalla sanitaria
y zapatos de tacos altos por Telegraph Avenue
e intenta correr.

Encuentra un hombre.
Encuentra un hombre bueno que te gustaría que te pidiera una cita.
Encuentra un hombre bueno que te pedirá una cita.
Mantén tu vestido puesto.
Pídele al hombre bueno que te cita, que venga a cenar contigo.
Prepárale al hombre bueno una cena exquisita
que la cena esté pronta antes de que llegue
y tu vestido sea bonito y limpio y lleva una sonrisa.
Dile al hombre bueno que eres virgen
o que no tienes nada para evitar embarazarte,
o que te gustaría conocerlo mejor.
Mantén el vestido puesto.
Ve sola al cine.

Encuentra un trabajo.
Plancha tu vestido.
Lleva tu vestido planchado y prométele al jefe
que no quedarás encinta (en tu caso es predecible) y que te gusta
escribir a máquina
y sé sincera y lleva tu sonrisa.
Encuentra un trabajo o acógete al seguro social.
Pide prestado un niño y acógete al seguro social.
Pide prestado un niño y quédate en casa todo el día con el niño,
o anda a un parque público con el niño y lleva al niño
a la oficina del seguro social
y llora y di que tu hombre te dejó
y sé humilde y lleva tu vestido, tu sonrisa, y no repliques,
mantén el vestido puesto,
prepara cenas exquisitas,
aléjate de Telegraph Avenue,
y aún así, nunca sabrás
ni la mitad, ni en un millón de años.



Susan Griffin, 1943, California, publicó libros de poesía -Dear Sky, Letter, Like the Iris of an Eye- y obras de teatro -Voices- y está viva.


Tomado de http://discretoencanto.blogspot.com.ar/2012/12/tres-poemas-susan-griffin.html

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Pues camina distinto


La Vuelta Al Mundo


Calle 13

No me regalen más libros
Por que no los leo
Lo que he aprendido
Es porque lo veo
Mientras más pasan los años
Me contradigo cuando pienso
El tiempo no me mueve,
Yo me muevo con el tiempo
Soy las ganas de vivir,
Las ganas de cruzar
Las ganas de conocer
Lo que hay después del mar

Yo espero que mi boca nunca se calle
También espero que las turbinas de este avión
Nunca me fallen
No tengo todo calculado,
Ni mi vida resuelta
Solo tengo una sonrisa
Y espero una de vuelta

Yo confío en el destino
Y en la marejada
Yo no creo en la iglesia
Pero creo en tu mirada
Tú eres el sol en mi cara
Cuando me levanta
Yo soy la vida que ya tengo
Tú eres la vida que me falta
Asi que agarra tu maleta,
El bulto, los motetes
El equipaje, tu valija,
La mochila con todos tus juguetes.

Y! Dame la mano
Y vamos a darle la vuelta al mundo
Darle la vuelta al mundo
Darle la vuelta al mundo

Dame la mano
Y vamos a darle la vuelta al mundo
Darle la vuelta al mundo
Darle la vuelta al mundo

La renta, el sueldo,
El trabajo en la oficina
Lo cambié por las estrellas
Y por huertos de harina
Me escapé de la rutina
Para pilotear mi viaje
Por que el cubo en el que vivía
Se convirtió en paisaje
Yo! era un objeto
Esperando a ser ceniza
Un día decidí
Hacerle caso a la brisa
A irme resbalando detrás de tu camisa
No me convenció nadie
Me convenció tu sonrisa

Y me fui tras de ti
Persiguiendo mi instinto
Si quieres cambio verdadero
Pues, camina distinto
Voy escaparme hasta la constelación mas cercana
La suerte es mi oxigeno
Tus ojos son mi ventana
Quiero correr por siete lagos
En un mismo día
Sentir encima de mis muslos
El clima de tus nalgas frías
Llegar al tope de la tierra.
Abrasarme con las nubes
Sumergirme bajo el agua
Y ver como las burbujas suben

Y! Dame la mano
Y vamos a darle la vuelta al mundo
Darle la vuelta al mundo
Darle la vuelta al mundo

Dame la mano
Y vamos a darle la vuelta al mundo
Darle la vuelta al mundo
Darle la vuelta al mundo

martes, 25 de diciembre de 2012

Concurso Novela Romántica

Convocatoria: CERTAMEN LEER Y LEER 2013
Publicado por Sianny McKay
EDITORIAL VESTALES y ESCRIBE ROMÁNTICA anuncian el
I Certamen Literario:
"PREMIO LEER Y LEER 2013"



Nos complace anunciarles que ponemos en marcha el Certamen Literario PREMIO LEER Y LEER 2013 de novela romántica junto a EDITORIAL VESTALES.

Como sitio web especializado y promotores de este género literario, lanzamos nuestra primera convocatoria para todos los escritores de habla hispana que desean ser publicados por un sello editorial. A continuación te detallamos las bases:

1. Podrán optar a este premio autores de cualquier nacionalidad y sexo que sean mayores de edad, inéditos o publicados.
2. Se admitirán obras incluidas dentro del género de la literatura romántica en todos sus subgéneros y recursos literarios (paranormal, regencia victoriana, histórica, chick-lit, sentimental, medieval, timetravel, suspense, vaqueros, erótica, jeques, etc.). Se admitirá una sola obra por autor. La obra deberá estar escrita en español, con una extensión mínima de 250 páginas de tamaño DIN A4 a doble espacio con tipografía Times New Roman de cuerpo 12.
3. El simple hecho de participar del concurso implica por parte del concursante una garantía en carácter de declaración jurada de:
• Que se trata de una obra inédita (es decir, que no haya sido publicada en cualquier formato de tipo libro ni, en forma enumerativa pero no excluyente, en alguno de los siguientes formatos digitales: Word, Pdf, Epub y otros. Se considerará publicada, a los efectos de estas bases, el mero hecho de estar o haber estado disponible a través de Internet);
• Que su autoría le corresponde en exclusiva, y que no es copia ni modificación de ninguna otra;
• Así como que la misma no concurre simultáneamente a ningún otro premio. Se recomienda el registro previo de la obra en el Registro de la Propiedad Intelectual. (Escribe Romántica ni Vestales se responsabilizarán por inconvenientes que pudieran suscitarse por la carencia de registro de la obra).
4. El plazo de recepción de originales comenzará el 14 de diciembre 2012 y finalizará el 15 de marzo 2013.
5. El fallo definitivo se hará público antes del último día de julio 2013 y será anunciado en el portal de www.escriberomantica.com y www.vestales.com.ar.
6. Las obras se enviarán por correo electrónico a la dirección premioleeryleer@gmail.com en dos archivos:
• Uno con la obra en formato PDF; el nombre del archivo debe corresponderse con el de la obra; asimismo, dicho archivo PDF deberá contar en su portada con una nota en la que se especifique el género de la obra, así como una sinopsis de 10 o 15 líneas.
• Un documento de Word en el que conste el nombre del autor, el número de documento nacional de identidad o pasaporte, su domicilio y una breve reseña biográfica.
7. El ganador se compromete a suscribir con Editorial Vestales el contrato de cesión de derechos de la obra que se le presente al efecto. El modelo de contrato a suscribir está disponible en el siguiente vínculo y se presume conocido por el participante, por lo que no habrá lugar a modificaciones al momento de la suscripción del mismo. La Editorial publicará la obra en la fecha que considere conveniente y a más tardar en el plazo de un año a partir de la fecha de publicación del ganador.
8. No se mantendrá correspondencia de ninguna clase con los autores que se presenten al premio y no se facilitará información sobre la clasificación y valoración de las obras. Una vez finalizado el fallo, los archivos de los originales no premiados se destruirán.
9. El jurado estará formado por Olivia Ardey, escritora; Sianny McKay, administradora de Escribe Romántica; Andrea Milano, escritora; y Maria Mercedes Pérez, editora. Tanto los miembros del Jurado como las personas que intervengan en el desarrollo del premio tratarán confidencialmente toda la información relacionada con el mismo.
10. El Premio no podrá ser repartido entre dos o más novelas y podrá ser declarado desierto.
11. Escribe Romántica y Vestales se reservan el derecho de modificar, suspender o ampliar estas bases por cualquier motivo.
12. Editorial Vestales tendrá opción preferente para publicar, en los tres meses siguientes al fallo del Premio, cualquier novela presentada a este concurso que no hubiera sido premiada pero que haya sido considerada de interés, con previa suscripción del correspondiente contrato de cesión de derechos con su autor.
13. La presentación al certamen supone la aceptación íntegra e incondicional de estas bases por parte del concursante, así como la imposibilidad de retirada de cualquier obra que haya sido presentada en debida forma antes de que se haga público el fallo.
14. Quedan excluidas, en cualquier caso, las obras de autores fallecidos antes de anunciarse la convocatoria del Premio.


Tomado de http://www.escriberomantica.com/2012/12/convocatoria-premio-leer-y-leer-2013.html

12 del 2012 para buscar en el 2013

17 diciembre 2012
Fin del mundo y libros: 12 de 2012.


Por Luna Miguel


Se acerca el fin del mundo, que diga, el fin del año, y como siempre Internet se llena de listas de libros, películas, personajes o momentos que marcaron los últimos meses. A mí me encantan las listas, ya lo sabéis. Y aunque aún estamos a día 17, me veo obligada a redactarla muy pronto: durante las próximas semanas me esperan cientos de obligaciones familiares, laborales y académicas. (En efecto, el fin del mundo).

En junio ya hice alguna aproximación a aquellas lecturas que más me habían gustado. Pero al fin os dejo la lista definitiva de mis 12 de 2012. Una lista que, por otro lado, casi todos os podríais imaginar:

1. Aprender a rezar en la era de la técnica, de Gonçalo M. Tavares (Literatura Mondadori)
/también aquí/
2. La jungla, de Upton Sinclair (Capitán Swing)
/también aquí/
3. Nada. Retrato de un insomne, de Blake Butler (Alpha Decay)
/también aquí, aquí y aquí/
4. Noches azules, de Joan Didion (Literatura Mondadori)
/también aquí/
5. Ismene, de Yanis Ritsos (Acantilado)
/también aquí/
6. Memphis Underground, de Stewart Home (Alpha Decay)
/también aquí y aquí/
7. Fresy cool, de Antonio J. Rodríguez (Literatura Mondadori)
/también aquí, y aquí, y aquí y aquí y aquí y aquí, hehehe/
8. El jardín colgante, de Javier Calvo (Seix Barral)
/también aquí/
9. Lo solo del animal, de Olvido García Valdés (Tusquets)
10. Lolita secreta, Anónimo (Melusina)
11. El encantador. Nabokov y la felicidad, de Lila Azam (Duomo)
12. El sueño de Visnu, de David Meza (El Gaviero Ediciones)

Por último quisiera añadir que aunque 2012 ha traído estos libracos a nuestras mesas de novedades, este año también ha sido muy especial para mí por el descubrimiento y lectura incesantes de cuatro poetas ahora fundamentales en mi biblioteca, en mi vida y en mi imaginario. Hablo, por supuesto de Ted Hughes, de Birgitta Trotzig, de Anne Carson y de Ingeborg Bachmann. Ellos me han ayudado a re-descubrir el género. A reinterpretarlo. A escribirlo...

Y bueno.
El fin del mundo ya puede llegar.
Aquí lo espero entre libros.
Muchas gracias.

Tomado de http://www.lunamiguel.com/2012/12/el-fin-del-mundo-y-los-libros-mis-21-de.html

Navidad neorrabiosa


Tremendo documento: nuestra gata Lorca, idea de Natalia, la ha tomado con nuestro árbol de Navidad, también idea de Natalia (desde mis tiempos de Lauros, jamás había tenido gato ni árbol navideño). Asisto espeluznado a la destrucción del árbol de Natalia por parte de la gata de Natalia, a la espera de que llegue Natalia y me diga de parte de quién, qué debo hacer (aunque yo estoy entregado a Lorca y espero que "ejecute" al árbol en las próximas horas).



Concha Irala Sebastian que ojatos!

Paula Irupé Salmoiraghi jaja, se ha puesto celosa

Mayte Alvarez Perez Anda ho!!! Esto ye la alegria de vivir ho!!!! Quéjate... Tas en la Gloria y no lo sabes.... Feliz Todo, cosita...

Ángeles Fernangómez Ay. ¿Y que se puede edperar de un gato si le ponen un arbol con bolitas colgando? Pues... que el no ve bolitas, si no juguetes.
Todos mis adirnos navideňos estan en los maceteros, fuera del recinto de la casa. O por los altos. Tengo 2 juguetonas gatas y....

Mayte Alvarez Perez Y lo que te ries... ja ja ja ja

Bea Calvo Lorca tiene los ojos como enfermitos.

Cysko Muñoz Reconocelo Batania.. Estas enamorado (de Natalia supongo que tambien)

Piedad García-Murga Lorca necesita escitalopram, alprazolam y antiepilépticos.

Jean Tarrou Es que la asalvajas, con lo tierna que estaba ayer durmiendo entre mis brazos mientras tú roncabas en la habitación.

Jean Tarrou Mi madre ha dicho que el árbol te lo regala, pero que si el gato se lo carga, el año que viene no te regala otro.

Batania (Neorrabioso) Es que Lorca, al colgarse de las ramas, las dobla y las deja tan supermachacadas que el árbol está empezando a parecer un árbol como diseñado por Frank Ghery, no queda ni una rama recta

Zoe Guevara Aprovecho para deciros a todxs que Lorca tiene un hermanito de lo más adoptable. Si le dáis un árbol de navidad lo hace picadillo con total seguridad.

Cristina Griselda Fernández Siempre digo que los que más disfrutan en Navidad son los gatos... un pueblo con figuritas, árboles para trepar, colguinos, lucecitas centelleantes... ¡el paraíso felino!!


Tomado del muro de Batania (Neorrabioso)

lunes, 24 de diciembre de 2012

No se necesita plata pa moverse

BAILE DE LOS POBRES


CALLE 13


No tengo mucha plata, pero tengo cobre
Aquí se baila como bailan los pobres (x2)

Mesiel aquí llego tu robín Hood
A meter las bolas en los boquetes como tigger boos
Tu eres clase alta, yo clase baja
Tú vistes de seda, y yo de paja
Nos complementamos como novios
Tu tomas agua destilada, yo agua con microbios
Tú la vives fácil, y yo me fajo
Tú sudas perfume, yo sudo trabajo
Tú tienes chofer, yo camino a patas
Tus comes filete, y yo carne de lata

Nuestro parecido es microscópico
Pero es que por ti me derrito como gringo en el trópico
Pégate a mí, que no te contaminas
Y con un besito vamos a pegarnos la porcina

No se necesita plata pa’ moverse
Necesita onda y música cachonda
Música cachando ca ca cachonda

No tengo mucha plata, pero tengo cobre
Música cachando, ca ca cachonda
No tengo mucha plata, pero tengo cobre
Aquí se baila como bailan los pobres

Se baila sin mantel, sin cubierto, sin bandeja
Con ganas de comerse a la pareja
Se baila pegao’ como bachata, sin traje y sin corbata
Embriagando las neuronas con volcad barata

Blancas, amarillas o mulatas
Que bailan con cualquier boom boom
Que suelten la piñata
Lo bueno de ser pobre al final de la jordana
Es que nadie nos roba ¡¡porque no tenemos nada!!

Apretaditos como en una lata de sardinas
Agarrando nalgas porque está incluida la propina
Dicen que eres la reina de todos los rosales
Pero hoy te voy a bajar 4 clases sociales
Calientita como pan de panadero
Barriendo el piso con el trasero
Toda la grasa se desplaza por la terraza
Quiero que hagas lo que no puedes hacer en tu casa

No se necesita plata pa’ moverse
Necesita onda y música cachonda
Música cachando ca ca cachonda
No tengo mucha plata, pero tengo cobre
Aquí se baila como bailan los pobres
Música cachonda ca ca cachonda
No tengo mucha plata, pero tengo cobre
Aquí se baila como bailan los pobres
Música cachonda ca ca cachonda
No tengo mucha plata, pero tengo cobre
Aquí se baila como bailan los pobres

Tú me tienes por el aire volando
Como si estuviera bajo el agua flotando
Como como como como como como como
Como Si estuviera bajo el agua flotando (X2)

domingo, 23 de diciembre de 2012

Wakan



Toda la vida es Wakan.

Así es todo lo que exhibe el poder, ya sea en la acción como los vientos o las nubes a la deriva, o en una resistencia pasiva de la roca en el camino.
Incluso los más comunes palos y piedras tienen una esencia espiritual que debe ser venerado como una manifestación del poder omnipresente misteriosa que llena el universo.



~ Francis Laflesche-Osage.


Tomado del muro de Sol del Sur.

Que sea hermoso




Que felizmente pueda caminar.
Que sea hermoso delante de mí.
Que sea hermoso detrás de mí.
Que sea hermoso debajo de mí.
Que sea hermoso arriba de mí.
Que sea hermoso todo alrededor de mí.

-Navajo.


Tomado del muro de facebook de Sol del Sur.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Quiero con CD

Este año he descubierto (en mi propia biblioteca) a Daniel Moyano, lo he disfrutado con los alupnos y he completado casi su obra para seguir leyéndolo.


Tres golpes de timbal. Edición crítica coordinada por Marcelo Casarín. Incluye CD.
Daniel Moyano.
ed Alción.

VA-CA-CIO-NES

No puedo creer haber llegado, creí que no iba a poder. Y pude: Irme a Azul y a Mardel, leer también el el CIL, cursar tres materias por cuatrimestre, participar del UBACYT de Siglo de oro. Todo mientras seguía trabajando en mis 10 cursos y piloteando mi casa y entrando y saliendo de los ataques de vértigo que me causa que mis hijos e hija estén tan grosos, tan metidos en cosas importantes, tan decidiendo sus vidas y sus futuros.
Ahora me voy a quedar quietita mucho rato para que el sacudón decante y para que este fin de diciembre y todo enero pasen muy muy muy despacito.

martes, 18 de diciembre de 2012

Estados (de feisbu) alterados

(Tomado de mi propio y sangrante muro)


Que vengan los ministros y las presidentas a ver los resultados de su gestión educativa. A evaluar "el proyecto" que vengan.


Ayer me dijeron en una escuela que los chicos "no están acostumbrados". ¿A qué? le pregunté a la colega (prece). A que les digas las cosas tan claras, me dijo.


Escrito con consignas en blanco firmado por alumno y dos profesores. Acta de desaprobado con temario y dos firmas de profesores. Acta volante repitiendo el 1 (uno) en tres casilleros. Acta en Libro de Actas repitiendo todo lo del Acta Volante. ¿Qué más quieren que haga por cada nene que no estudió?



Dice la prece que varios se fueron "de capa caída". Qué capa ni qué caída si ni hojas ni birome ni libros trajeron, si se creen que "dar el presente" es venir a hacer ruido con los amigos en el pasillo.



Crónicas marcianas pertenece a la ciencia-ficción porque hay gente que vive en la luna.




Uuuuuu, la loca de Lengua quiere que nos callemos.



¿Si entrego en blanco me corrige la carpeta? (????????)


A ver si alguno de los genios que hacen nuestras disposiciones escolares o de los sabios que defienden nuestro "proyecto" de educación se viene a parar en "el pasillo del terror" mientras yo tomo examen.



Explicarles a las madres que no sé qué vienen a hacer a la escuela en estas fechas que no pueden estar en los pasillos persiguiendo a sus criaturas de dos años o charlando con los estudiantes a los gritos ¿es parte de mi trabajo? ¿Que me miren con cara de "a ésta qué le pasa" también?



De 11 alumnos de 3er año: 8 entregaron en blanco (tuve que pelearme para que copiaran los temas y "luego" firmaran y se retiraran), dos hicieron mal 1 punto y medio de 4, el único que quedó escribió su nombre con minúscula, "bibieron", dice que cansados es un verbo y no trajo tres de los seis cuentos que podían tener para hacer la consigna escrita de redaccción.



:(

domingo, 16 de diciembre de 2012

Mado Martínez 5: ¡Justo estoy leyendo esta novela!





Ramón J. Sender y
La aventura equinoccial de Lope de Aguirre.
Breves aproximaciones


Mado Martínez Muñoz
Universidad de Alicante



Localice en este documento

0. INTRODUCCIÓN

1. RAMÓN J. SENDER Y LA AVENTURA EQUINOCCIAL DE LOPE DE AGUIRRE. ¿NOVELA HISTÓRICA?

2. EL INDIVIDUO OSCURO EN LA AVENTURA EQUINOCCIAL DE LOPE DE AGUIRRE

3. EL TRATAMIENTO DE LA ENVIDIA Y EL MIEDO EN LA AVENTURA EQUINOCCIAL DE LOPE DE AGUIRRE.

4. LA LINEA EQUINOCCIAL. LA SELVA COMO ELEMENTO CATALIZADOR Y PARALELÍSTICO DE LAS ACCIONES HUMANAS.

5. LA VERTIENTE ANTROPOLÓGICA. LOS INDIOS Y LOS NEGROS.

6. ELEMENTOS SOBRENATURALES. EXTRAÑOS Y FANTÁSTICOS EN LA AVENTURA EQUINOCCIAL DE LOPE DE AGUIRRE.

7. LA TRAGEDIA

8. BIBLIOGRAFÍA

9. ANEXO (MAPAS)



0. INTRODUCCIÓN

La novela, como género literario, constituye uno de los más modernos géneros, quedando con el paso del tiempo, relegados otros, como es el caso de la epopeya, del cual proviene. Si hubiera de existir una poética de la novela, ésa sería la de la libertad; no obstante, el género ha contado con destacados estudiosos que han tratado de tipologizarla y describirla, entre los cuales cabe mencionar a Batjin.

Y si decíamos moderno, aún podríamos matizar con el adjetivo “reciente”, pues aunque sus inicios se rastrean con facilidad desde la Edad Media, llegando así a través de los siglos hasta El Quijote como modelo de primera novela moderna, no es hasta el siglo XIX que el género toma fuerza, alcanzando plena madurez, convirtiéndose en el más requerido por el público, que es, a fin de cuentas, el que decide la aceptación o fracaso del producto literario.

Respecto a la novela histórica, muchos teóricos vieron en ella el medio ideal de propagar las ideas marxistas a través de ella, como medio en el que ya de por sí veían ellos (Lucácks, Batjin…) un género social. Entre estos, Lucácks sitúa el nacimiento de la novela histórica tras la caída de Napoleón, en la obra Waverley (1814) de Walter Scout, porque, a su juicio , a la novela histórica que se hubiera podido dar anteriormente le faltaba, precisamente “lo histórico”, concepto que en su ideología se describe como

el derivar de la singularidad histórica de su época la excepcionalidad en la actuación de cada personaje”.[1]

Los elementos que definirían la novela histórica, en la teoría de Lucácks, podrían resumirse en los siguientes puntos:

Demostrar con medios poéticos la existencia, el “ser así” de las circunstancias históricas y sus personajes.

El individuo o figura más representativa ocupa un lugar secundario, frente al pueblo.

El autor ha de ser un patriota, orgullosos de la evolución de su pueblo, para hacer vivir al lector el pasado en toda su verdad y realidad.

La necesidad histórica como resultante, no como condición.

La línea es la configuración de la trágica decadencia de las sociedades precapitalistas, de la destrucción de la sociedad gentil.

Principio unificador: popularidad.

La vida popular como el verdadero fundamento del proceso histórico.

Muchos años han paso desde Lucácks teorizara sobre la novela histórica, y vaticinara la evolución que ésta habría de seguir. Poco queda ya de sus preceptos en las novelas históricas que actualmente se generan.

La crisis de la postmodernidad, ha generado una nueva novela histórica postmoderna. Ésta no tiene miedo a presentar al personaje principal, precisamente para mostrar que no es tan grande; el hombre postmoderno escribe en muchas ocasiones sin estar orgulloso de la evolución de su pueblo, sino con ánimo de denuncia de esa evolución que en ocasiones le genera graves crisis de identidad; la necesidad, más que histórica, es de reescritura histórica.

La novela histórica postmoderna, ve la imposibilidad de mostrar al lector el pasado en toda su verdad y realidad, porque la historia ya no equivale a verdad, sino a una “visión” de los hechos, y en esa “visión”, es donde más juego tienen los escritores, en la reescritura de la historia a través de sus propias visiones. No obstante, estas evoluciones de la novela histórica, se derivan de rasgos generalizados, no siempre podemos caracterizar una novela histórica “clásica”, al estilo de Lucácks, como lo pueda ser Resurrección de Tolstoi, o postmoderna, como lo pueda ser El camino del Dorado de Uslar Pietri.



1. RAMÓN J. SENDER Y LA AVENTURA EQUINOCCIAL DE LOPE DE AGUIRRE. ¿NOVELA HISTÓRICA?

Ciertos escritores, como Ramón J. Sender, escritor de culto de las letras hispánicas y un acertado cultivador del género histórico, puede desorientarnos en la clasificación de una obra como La aventura equinoccial de Lope de Aguirre. No siempre resulta aconsejable intentar clasificar lo inclasificable, aunque sí podemos apuntar sus rasgos más sobresalientes. Entre la crítica que se ha ocupado de la obra literaria de Sender, cabe destacar la labor infatigable de Carrasquer, quien en los años ’70 decía

La pura invención no existe. Y Sender, una vez tiene atados los hilos de la trama histórica (de verosímil historia) se lanza, sin precauciones a la creación personal, a saber: a su «verdad subjetiva». Ni siquiera cuida Sender de si su novela tendrá héroe principal histórico o secundario, de si se desarrollará en las altas esferas, en las medias o en las bajas, extremos estos que tanto preocupan a Georg Lukáks [La novela histórica, 1966]. En lo que coincide con Lucáks es en los imperativos esenciales: dar la lección en presente con la realidad del pasado, sin arreglos de moda ni futurizaciones, y hacer escuchar la voz del pueblo entre el maremágnum de la historia. […]

Lo que hace Sender es dar la versión del pasado con la máxima amenidad y verismo, y lo que le importa sobre todo es dar su versión. Para lo cual revive él mismo ese pasado en todas las situaciones y en todos los personajes. Más su versión no se limita a hacer revivir el condicionamiento económico-social y político, sino también el psicológico y parapsíquico. En esto último discrepta Sender de la pauta que establece el crítico marxista húngaro […][2]

En cuanto a La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, hemos de ser justos y matizar que la lección al presente de la que Carrasquer habla mediante la realidad del pasado, puede percibirse hasta cierto punto, es decir, que esta obra no encierra un compromiso social descarado; en ocasiones la crítica idealiza el compromiso social que Sender imprime en algunas de sus novelas, extendiéndolo a todo el conjunto de su obra. Lo que en esta obra encontramos es la espectacular construcción de un personaje histórico que ha pasado a la historia de la conquista española como uno de los más crueles y sanguinarios.

En la novela no hay reproche, hay curiosidad y admiración frente a un personaje que resulta atractivo, y al que la leyenda ha plagado de rasgos oscuros, inquietantes, sobrenaturales y contradictorios. A lo largo de la obra, que resultará en su conjunto un fantástico complejo narrativo y descriptivo, no observaremos ningún rasgo que ya de por sí no se encuentre en el resto de sus novelas, sean estas históricas o no. En cuanto a la narración en tercera persona, se alterará en múltiples ocasiones intercalándose con los monólogos del protagonista, Lope de Aguirre. En repetidas ocasiones, la atención narrativa se focalizará en otros personajes de la historia (v.g. en la relación de doña Inés y Ursúa), consiguiendo con ello una amplia gama de personajes bien trabajados. Esta actitud narrativa resulta, a mi modo de ver, imprescindible, pues no se obtendría ningún resultado en materia trágica, si el protagonista fuera matando personajes que previamente no hubieran producido ninguna sensación en el lector, aunque abarcar la totalidad de asesinados en la obra sería contraproducente.

A medida que la acción se desarrolla, la cantidad de asesinatos asciende en proporción gradual, cada vez mata a más gente de golpe y con más frecuencia. En este punto, ya no era necesario tanto detenerse, salvo ocasiones significativas, para que el lector participase de la situación absurda y extrema a la que llega la mente criminal de Lope de Aguirre, cuando ya nada parece que tenga sentido.

Junto a una narrativa lineal, nos encontramos con descripciones abundantes pero sabiamente intercaladas entre la narración de las acciones, que representan el telón de fondo de la historia de Lope de Aguirre y que provocan en la lectura un compendio de libros de viaje y aventuras expedicionarias, antropología, fauna y flora, mitos… Finalmente, obtendremos, tanto en la narración como en la descripción, una recreación novelística acertada sobre un hecho histórico concreto, que responde, más que a características que tengan que ver más o menos con los preceptos de Lucácks o de la novela histórica postmoderna, a las características principales de la novelística de Sender.

¿Cuáles son estas características y en qué medida se encuentran en La aventura equinoccial de Lope de Aguirre? La crítica las reduce, desde el principio de su obra y como constante a lo largo de ella, a dos:

Ya desde entonces se manifiestan en la obra de Sender dos tendencias fundamentales: el compromiso político-social […] y la curiosidad por las «ciencias ocultas» […][3]

De estas dos características cabría relacionar el compromiso-social con la novela histórica, según nos decía Carrasquer, y la curiosidad por las ciencias ocultas con el resto de su obra, ya que el mismo Carrasquer omite este rasgo como característico de la novela histórica de Sender. Es cierto que estas dos tendencias son las más sobresalientes en el escritor, pero dentro de su prolífica obra, no pueden adscribirse de manera sistemática a ninguna de sus obras. Es decir, que en ocasiones se darán ambas, y que en ocasiones se darán la una sin la otra, y todo esto independientemente de si la novela es entendida como histórica o no.

En Los cinco libros de Ariadna, por ejemplo, se darán ambas facetas, la del compromiso socio-político y la de las fuerzas irracionales u ocultas. Desde luego, en esta obra, la ideología política no ha de rastrearse demasiado, y resulta evidente su anticomunismo, resultando en esta obra favorecidos los anarquistas y los republicanos. Pero en La aventura equinoccial de Lope de Aguirre prefiere Sender seguir el rastro de lo oculto, de los individuos oscuros, del crimen, de los elementos sobrenaturales, y de las reflexiones antropológicas y teosóficas.

El crimen es uno de los elementos que más atraen a Sender, por relacionarlo nuestro autor con los individuos de mente oscura, y porque en sus obras se percibe que estos individuos son empujados hacia su destino por medio de fuerzas ocultas y sombrías. El verdugo afable o El lugar del hombre son novelas en las que aparece el crimen, y que son clasificadas por la crítica como basadas en hechos reales transformados en ficciones.

En El bandido adolescente y La aventura equinoccial de Lope de Aguirre predomina el interés por la mente criminal, por la psicología del individuo, las fuerzas que lo empujan… Las dos novelas tienen como protagonistas a dos personajes históricos (Billy el Niño y Lope de Aguirre, respectivamente), y la narración se preocupa por despertar la curiosidad por las mentes criminales de estos personajes, su psicología, su voluntad, y las fuerzas que la mueven hacia lo sombrío y fatídico. En las dos obras hay una cuidadosa preocupación por la recreación del escenario histórico, y en ninguna de ellas predomina el compromiso socio-político ni la denuncia de ningún tipo.

Siendo estas dos obras hasta tal punto equivalentes, ¿qué es lo que llevaría a críticos como Soldevilla[4] a clasificar La aventura equinoccial de Lope de Aguirre como novela histórica, mientras El bandido adolescente quedaría clasificado como revisión novelada de personajes de la crónica judicial norteamericana, junto con Las rosas de Pasadena? En este caso, y habiendo leído ambas obras, es tan acertado denominar La aventura equinoccial de Lope de Aguirre como revisión novelada de la crónica de Indias española, como clasificar El bandido adolescente de novela histórica.

La obra de la que nos ocupamos, es la visión ficcionalizada, personal y subjetiva de un capítulo concreto del ciclo de la crónica de Indias del siglo XVI. Parte del Cronista Real Francisco Vázquez, sobre la expedición al Dorado iniciada por Ursúa y el levantamiento de Aguirre contra la Corona española. En esta visión, Sender ha construido “su mundo” tomando como referente el “mundo” de la crónica, que al fin y al cabo, no deja de ser uno más, y precisamente la tradición de las crónicas de Indias es más literaria que histórica en muchas ocasiones, por lo que la historicidad del hecho podría haber sido descaradamente manipulado en pro de cualquier tipo de intereses. Esto puede ocurrir. Tendríamos entonces en la obra de Sender una visión realmente fiel a una visión descaradamente infiel a los hechos

¿Podría entonces considerarse novela histórica aquella que parte de otra visión histórica? Es decir, ¿qué resultaría de La aventura equinoccial de Lope de Aguirre si su referente “histórico” hubiese sido El camino del Dorado (1947) de Arturo Uslar Pietri en lugar de la crónica de Vázquez? ¿Y qué diferencia habría entre la visión de la crónica de Vázquez y la visión de Uslar Pietri, excepto la intención literaria? En ningún caso podría decidirse, a partir de la construcción de un mundo, qué es en él falso o verdadero, ni qué es lo que existe ni qué no; sólo podemos reflexionar sobre el procedimiento seguido en la construcción de ese mundo.[5]

Tomemos el caso en La aventura equinoccial de Lope de Aguirre a partir de los personajes. Se suele distinguir en una novela histórica aquellos personajes que corresponden a un individuo concreto, de referente real en el plano histórico, de los individuos que no corresponden a ningún referente real en el plano histórico. Sería Lope de Aguirre un personaje con un referente real y concreto, históricamente hablando. En lo que a resultados estéticos se refiere, que el protagonista Lope de Aguirre tenga un correlato histórico real y que el lector lo conozca, no mejoraría ni empeoraría la percepción estética de la novela.[6]

Ahora bien, siguiendo con la crítica mimética, Dolezêl explica que

La imposibilidad de descubrir un particular real detrás de cada representación ficticia ha forzado a la crítica mimética a dar un rodeo interpretativo; se dice que los particulares ficcionales representan universales reales (tipos psicológicos, grupos sociales, condiciones existenciales o históricas). [7]

No tenemos más remedio que reflexionar del siguiente modo: el protagonista Lope de Aguirre es un particular ficcional que representa un particular real; los personajes particulares ficcionales representan universales igualmente reales. ¿Qué diferencia hay entonces entre un personaje con correlato histórico real y uno si él, puesto que ambos representan realidades bien particulares bien universales? ¿Estaría la diferencia en la particularidad y la universalidad, pues?

Preguntémonos entonces dónde está el éxito en la construcción de un personaje como Lope de Aguirre, y descubriremos que el acierto de Sender está en ofrecernos un personaje lleno de rasgos humanos universales. Todo personaje particular tiene una dimensión de universalidad, y todo personaje universalista tiene su propia particularidad. Así pues, o todas las novelas son históricas, o ninguna novela lo es.

Particularmente, en la obra de Sender sobre la que nos proponemos reflexionar, nos importa más cómo ha sido posible en ella la dimensión estética y de qué recursos se ha valido para ello, por lo que la discusión de géneros nos parece ya, llegados a este punto, estéril. Seguir ahondando en disquisiciones teóricas (aunque considerábamos las preliminares como imprescindibles) sobre La aventura equinoccial de Lope de Aguirre como novela histórica, antes que acercarnos, nos alejaría de la obra cada vez más.



2. EL INDIVIDUO OSCURO EN LA AVENTURA EQUINOCCIAL DE LOPE DE AGUIRRE.

Muchas de las novelas de Sender tienen como tema principal el crimen, el horror, la injusticia social… Dentro de esta temática, los personajes que más le interesan, son los propios criminales, los individuos oscuros e inquietantes, aquellos que precisamente por su falta de escrúpulos a la hora de matar, han pasado a la historia como leyendas. Este era el caso de Lope de Aguirre y Billy el Niño, a quienes Sender daba vida en las ya mencionadas novelas La aventura equinoccial de Lope de Aguirre y El bandido adolescente. En esta última, Billy the Kid (Billy el Niño), se expresa del siguiente modo en dos ocasiones:

Matar a un hombre no es ofenderlo. La muerte la lleva todo el mundo en la sangre desde que nace. Lo único que hacemos es adelantarle la fecha a nuestro enemigo para impedir que él haga lo mismo con uno. Eso es.
[…]
Yo soy hombre de amistades, Pat. Digo que para mí el amigo lo es todo. Yo maté a Carlyle, pero es la vida la que nos mata a todos y adelantar la fecha o atrasarla nos quiere decir gran cosa.[8]

En similares términos se expresa en la obra Lope, que en varias ocasiones dice “madrugarse” o “almorzarse”, como expresión de “adelantarse”. Concibe también la muerte como algo natural, designio de Dios como para Billy designio de la vida, y él lo único que hace es anticiparse antes de que el enemigo haga lo propio con él:

Yo no he matado con mi espada sino a otro hombre que llevaba también espada al costado y preparaba mi muerte. […] Los demás no los he matado yo, sino el buen azar de Dios, que por todos vela y que permite sólo aquello que debe ser permitido. No se mueve la hoja del árbol sin la voluntad de Dios. De acuerdo. Yo no intervine sino en el último crimen y fue porque Zalduendo había pedido permiso al jefe para madrugarme a mí[9].

Entre las razones que percibimos claramente en la novela como motivadoras del asesinato en el personaje protagonista, existen claramente diferenciadas dos. Se trata de sentimientos que también se encuentran en los soldados, y que Lope sabrá aprovechar y manipular para se unan a él en sus “reivindicaciones” . Tenemos 1) la envidia (v.g. hacia Ursúa) como motivo originario, y 2) el miedo (primero basado en la sospecha y después en la suspicacia) como motivo final; y todas ellas están continuamente veladas por un no reconocido sentimiento de inferioridad que se revela constantemente contra aquellos que son superiores sin que a su juicio lo merezcan más que él ( v.g. Felipe II), de los cuales pretende vengarse, reivindicando “sus derechos”.

Dostoiewski ponía en boca del personaje protagonista de Crimen y castigo, Raskolnikoff, que había matado miserablemente a una anciana para robarle el dinero, las razones por las cuales creía que existían en la tierra hombres que tenían el derecho absoluto de cometer todo género de crímenes, y para los cuales no se habían hecho las leyes. Dice:

En mi artículo insisto en que todos los legisladores y guías de la humanidad, comenzando por los más antiguos y continuando por Licurgo, Solón, Mahoma, Napoleón, etcétera, todos, sin excepción, han sido criminales, porque en el hecho de dar nuevas leyes, han violado las antiguas, observadas fielmente por la sociedad y transmitidas por los antepasados: ciertamente no retrocedían ellos ante la efusión de sangre en cuanto podía serles útil.[10]

Precisamente nuestro protagonista senderiano se considera uno de esos seres con derecho absoluto a cometer todo género de crímenes, y en más de una ocasión sus justificaciones y argumentaciones se desarrollan en los mismos términos que los del protagonista dostoiewskiano. Significativos son en este sentido los siguientes fragmentos:

Este es el tiempo revuelto en que algunos hombres se elevan de la nada a la cumbre: Pizarro, Almagro, Cortés, De Soto.[11]

¿Es que yo no tengo el mismo derecho que Pizarro y que La Gasca y Hurtado de Mendoza a ser simple cuando quiera y bellaco cuando me dé la gana con una cadena de oro cruzada al pecho que sea devoción y encomiendo y gala todo junto?

[…] Poco haría con su honradez Felipe II si no matara gente. Que ha matado más cristianos en secreto que diez veces la gente que llevo yo en el real. Yo soy yo. Yo soy vosotros.[12]

[Pedrerías reflexionando sobre Aguirre] Era difícil calificarlo de un modo vejatorio porque veía en él a un Julio César con la cabeza reducida al tamaño de un puño […] También el caudillo romano había matado a gente culpable y gente inocente. Con el lazo o el cuchillo y, frecuentemente por la mano de negros de la Libia antigua, como el llamado Vos.[13]

Insinuábamos al principio de este apartado que el protagonista de esta novela era un individuo oscuro, un tipo e personaje por el que Sender se sentía especialmente atraído, y al que construía de manera sorprendente, trasladando al lector una sensación de asombro de la cual es incapaz de salir. Es decir, que en ningún momento puede uno percibir al personaje oscuro ni como odioso ni como adorable, sino simplemente como un ser contradictorio al que no llegamos nunca a conocer del todo, que actúa movido por influjos extraños, que en ocasiones se presenta como sobrenatural, y cuyos rasgos desconcertantes y misteriosos nos lo presentan como tremendamente atractivo, evocador y sugerente. Así es, ni más ni menos, nuestro protagonista, y más adelante daremos cuenta de ello.



3. EL TRATAMIENTO DE LA ENVIDIA Y EL MIEDO EN LA AVENTURA EQUINOCCIAL DE LOPE DE AGUIRRE.

Durante buena parte de la novela, la mayoría de los personajes que tienen que ver con el mundo militar, es decir, los soldados, están dominados por el sentimiento de la envidia, y en algunas ocasiones por la variante de los celos. Desde las primeras páginas, Ursúa levanta resquemores allá por donde pasa, ya por ser feliz y afortunado, ya por su relación con doña Inés de Atienza. Aguirre actuará en buena parte empujado por la influencia de este sentimiento, que de ningún modo reconocerá en él mismo. Sin embargo sí reconocerá la envidia y los celos entre sus soldados, y aprovechará esa ventaja para manipularlos y utilizarlos convenientemente, para quitarse enemigos de encima.

Los fragmentos donde aparece el sentimiento de la envidia y los celos (en los celos entra en juego una tercera persona, Inés de Atienza o la mulata doña María, según el caso) como tónica general hacia Ursúa o entre soldados como La Bandera y Zalduendo, no presentan ningún tinte pasional. Quiere decirse con esto que aparece la palabra envidia como advertencia y especificación clara del sentimiento, pero que el sentimiento no se deduce por el pensamiento o la actuación.

Los que trataban de cerca lo acusaban [a Ursúa] sólo de tener una idea excesiva de sí mismo. «Se cree de origen divino», decía algún oficial envidioso.[14]

Se había reservado Ursúa en el mejor bergantín un compartimento en la proa para sí y para doña Inés […]
- Ahí va la reina en su camarín -dijo Zalduendo envidioso.[15]

La Bandera envidiaba a Zalduendo por sus relaciones con la mulata doña María.[16]

La idea de matar a Ursúa no pareció mal a algunos como Zalduendo y la Bandera, que se morían por doña Inés

Como se puede suponer, Zalduendo envidiaba a La Bandera.[18]

El personaje al que más jugo se le extrae el sentimiento de la envidia es a Lope de Aguirre, aunque el narrador no haga uso de la palabra específica [envidia] como sucedía anteriormente. Precisamente por ello resulta más jugoso. En primer lugar, porque el envidioso nunca reconoce el sentimiento de la envidia, ya que el envidiado no merece para él ni la envidia. En segundo lugar porque Sender nos describe los síntomas de la envidia a la perfección, según nos explica su patología Castilla del Pino, que decía

Pero en la envidia, […] la asimetría, que juega a favor del envidiado, es vivida por el envidioso como intolerable, porque no se acepta, porque se tiende a no reconocerla y a negarla.

[…]

El envidioso está en posición inferior respecto den envidiado, pero tal inferioridad, si se reconocer por él -cosa que está lejos de ocurrir siempre-, es rechazada mediante argumentes falaces o racionalizadotes. Por ejemplo, se atribuye a la “mala suerte” frente a la “buena suerte”, no al mérito del envidiado, o a la “injusticia” del mundo. [19]

Precisamente como intolerable, como decía Castilla, percibe Lope la superioridad de Ursúa, tanto por ser feliz como por tener una posición más elevada que Lope, que no sólo no es feliz, sino que ha sido designado por el mismo Ursúa con el cargo de tenedor de difuntos, uno de los puestos más bajos en el escalafón militar. La simple presencia del envidiado se manifiesta como insultante para Lope:

Lo que más irritaba a Lope era que Ursúa se atreviera a ser insolentemente feliz allí a la vista de todo el mundo, olvidando que de su ánimo dependía el destino de tantos hombres, la mayor parte de los cuales por una razón u otra se consideraban desgraciados. [20]

El principal desgraciado es Lope, y si hacemos caso a la descripción de la patología de la envidia de Castilla del Pino, que dice que

[…] la raíz de la actitud envidiosa ancla en el profundo e incurable odio a sí mismo del envidioso[21]

aceptaremos que Sender ha querido reflejar que el origen de la envidia de su protagonista es, precisamente, un profundo odio hacia si mismo, pues a lo largo de la novela, se destaca que no se mataba porque estando en la guerra, donde tan fácilmente se podría morir, habría sido de un hombre para muy poco; en otras ocasiones se alude a su hija Elvira como único motivo en el mundo para vivir; y en otras ocasiones se nos muestra a un Aguirre sombrío, que desafía a Dios a matarlo de una vez, o que deje de molestarlo en sus planes. Leamos:

Alguna vez había pensado en matarse, y si no lo hizo fue porque tenía una hija por quien velar […]

Algunos días se despreciaba a sí mismo, y entonces tenía que insultar a cualquiera de los negros que iban en la expedición. [22]

Sin duda Sender debió leer el Abel Sánchez (1919) de Unamuno, quien ya nos sorprendiera literariamente con el personaje de Joaquín, que confiesa que ha vivido odiándose, y a quien la envidia lo empuja hacia impulsos destructores y criminales. Aunque cabría matizar aquí que Unamuno mezcló en varias ocasiones aquí la envidia con los celos. Por otra parte, el personaje de Joaquín no podría aspirar nunca a destruir la envidia con el asesinato, porque en la novela no consigue eliminar la buena fama del envidiado. Aquí el personaje senderiano sí que destruye su envidia, porque antes de matarlo difama el buen nombre de Ursúa en reuniones secretas y corros nocturnos (de otro modo el resto de los soldados no habría aceptado la muerte de un hombre justo).

Una vez muerto Ursúa, Aguirre escala posiciones dentro del rango militar, y conduce la estrategia mediante la cual, a partir de las envidias y celos que algunos soldados se tienen entre sí, podrá quitarse de encima a posibles enemigos de su plan “reivindicativo”. Después el sentimiento de la envidia se desvanecerá, ocupando su lugar la sombra del miedo.

Tras haber urdido la muerte de Ursúa y haber propiciado la muerte de La Bandera, Zalduendo, Hernando de Guzmán (a quien el mismo Aguirre ensalzó como Príncipe)… el protagonista se ve influenciado por sentimientos de sospecha. Es decir, que tras motivos fundados en informaciones sobre otros, alberga la sospecha de que podrían atentar contra él, y esa incertidumbre le hace temer por su vida. Las muertes ya no las urdirá tanto manipulando a los demás, sino que aprovechando su cada día más afianzado cargo de mando, se servirá directamente de los servicios del negro Carlino y Juan Primero para matar a los soldados de los cuales sospecha.

A medida que se van produciendo más muertes, el sentimiento de sospecha se transforma en suspicacia, porque ahora sospechará de todos sin un motivo previo. Esto le hace ser más temeroso:

El suspicaz , el que sospecha de todos y de antemano, ve a todos los demás como objetivos persecutorios. Para el suspicaz, como predelirante de persecución que es, el mundo está presumiblemente contra él. El que sospecha teme; quien sospecha de todos teme a todos.[23]

Es consciente de que conforme va cargando víctimas a sus espaladas se va convirtiendo en un ser temible, y por lo tanto, un ser que de perder el mando, caer en desgracia, desproporción o descuido, será asesinado. No lo reconoce el protagonista así, ni el narrador lo describe de este modo. Lo que hace Sender es mostrarnos cómo Aguirre enajena sus propios miedos intentando hacer a sus soldados partícipes de él. Él matará a causa del miedo que le produce la suspicacia, y pretende que sus soldados le sigan, le obedezcan, aprueben sus crímenes y maten por él si es necesario, porque

Mirad, marañones, lo que habéis hecho. Además de los males y los daños cometidos en el Amazonas matando a vuestro gobernador Ursúa y a su teniente Juan de Vargas y a otros muchos y alzando por príncipe a don Hernando de Guzmán habéis muerto también al gobernador y a los alcaldes y justicias que ahí están como los podéis ver. Por lo tanto, cada uno de vosotros si antes confiaba en alguien hoy no confíe en nadie y mire por sí y pelee por su vida, que en ninguna parte del mundo vivirán ya vuesas mercedes seguros si no es en mi compañía después de cometer tantos desafueros […] Después de todo esto no tendréis honra ni haciendo ni respiro ni sosiego sino a mi lado y lo mejor que se hará de vuestros cuerpos es cuatro cuartos y darlos a los grajos en los postes de la justicia. [24]

Como hemos visto Sender muestra en este fragmento como su protagonista está reflejando en este discurso sus propios miedos, aunque como veremos a lo largo de la obra, el miedo, que se irá haciendo cada vez más intenso entre los soldados, no viene suscitado por la suspicacia, ni ante sus compañeros ni ante la justicia, sino que estará fundado en una sospecha sobre una información previa: la que poseen sobre Lope de Aguirre.

Tal es así que hasta uno de sus más fieles admiradores y seguidores, su amigo Pedrerías, desertará asustado porque un día le hizo un par de preguntas en referencia a la firma con nombre falso de la carta que renunciaba a la Corona. No había en aquella pregunta ninguna mala intención, porque Aguirre admira enormemente a Pedrerías, y aún desearía secretamente que se casara con su hija, pero en vista de que otras veces le había visto matar por motivos, palabras y preguntas menores, su mejor amigo deserta aterrorizado.

Proféticamente, el destino que Lope vaticina a los que deserten o no le sigan, es el que le espera a él. Cuando todos sus soldados, excepto Llamoso, han desertado al frente contrario, es tomado preso. Entre sus propios marañones, antes de ser juzgado, alguien le pega un arcabuzazo, que no llega a matarle. A pesar de que García de Paredes les grita que no tiren, se oye un segundo arcabuzazo que esta vez sí es suficiente para acabar con su vida. La profecía se cumple en sí mismo: el cuerpo cuarteado en cuatro trozos y dado a los grajos esparcidos en los caminos. Los miedos que aparentemente habían de ser de sus soldados eran los suyos y se hacían realidad.



4. LA LINEA EQUINOCCIAL. LA SELVA COMO ELEMENTO CATALIZADOR Y PARALELÍSTICO DE LAS ACCIONES HUMANAS.

Uno de los aspectos que más deberían llamarnos la atención radica ya en el título de la novela, donde encontramos “aventura equinoccial”. Un equinoccio es el momento del año en que el Sol, en su movimiento aparente, pasa por el ecuador, es decir, por el paralelo 0, también llamado grado 0 o línea equinoccial. Este fenómeno tiene lugar dos veces al año, entre el 20 y 21 de marzo y el 22 y 23 de septiembre. En julio de 1560 todavía no había partido la expedición de Ursúa de Santa Cruz (véanse los mapas de época del anexo). A finales de Octubre de 1561 Aguirre decide retirarse en Barquisimeto.

Es cierto que el clima ecuatorial de temperaturas altas y de de gran humedad, lo encontramos a lo largos de la cuenca del río Amazonas, pero la línea equinoccial se encuentra a unos cuantos grados de latitud norte, si bien son pocos. El paralelo 0 no se alcanza hasta la desembocadura del río, es decir, en el último tramo del trayecto, allí donde la anchura alcanza treinta kilómetros y está plagado de islas. La travesía por el Amazonas constituyó la mitad del trayecto, porque la otra mitad se produjo por el Océano Atlántico (llamado Mar del Norte), bordeando la costa brasileña y venezolana, pasando por algunas islas como Isla Margarita hasta llegar a Barquisimeto.

En las fechas en las que el sol caía más verticalmente sobre la línea equinoccial los expedicionarios españoles se encontraban, o unos cuantos grados más abajo, o unos cuantos grados más arriba, ya que como hemos dicho, el paralelo 0 sólo fue atravesado durante la travesía sobre la desembocadura del Amazonas. En el siglo XVI se tenía conocimiento bastante aproximado de la situación de la línea equinoccial, como vemos en los dos mapas del anexo correspondientes al AMERICA SIVE NOVI ORBIS, NOVA DESCRIPTIO (1570) de Abrahamus Ortelius y al mapa de la REGIÓN AMAZÓNICA (1562) de Bartolomeo Olives.

En la novela insinúa Sender en varias ocasiones que los expedicionarios se encuentran exactamente en la línea equinoccial, o que el Amazonas se encuentra en la línea del equinoccio. Otras veces los datos son contradictorios, y se afirma que todavía no están en la línea del equinoccio. Y cuando definitivamente no se encuentran en el equinoccio, sino al final del trayecto, a unos 10º de latitud norte, se insinúa que se está saliendo de la línea equinoccial. Después de afirmar esto último, que se dice en isla Margarita se produce un incidente que hace reflexionar a Pedrerías sobre la influencia de la línea equinoccial en la que se encuentran.

Sea como fuere y aunque la situación resulte contradictoria y en ocasiones inexacta, lo cierto es que la línea equinoccial ejerce extraños efectos sobre las personas, debido principalmente al clima. Durante la primera mitad del trayecto, los expedicionarios siguen el curso del Amazonas. Los efectos climáticos reales de la región se dejan ver con bastante acierto. Debido a su situación, en plena cuenca ecuatorial, la selva amazónica se ve sometida a continuas y abundantes lluvias diarias; por otro lado están las altas temperaturas, ya que la región está constantemente azotada por vientos cálidos y húmedos, y rodeada por corrientes marinas cálidas. Observemos en los siguientes fragmentos (tan sólo son una selección) cómo se presenta el clima equinoccial y los efectos que se insinúan que tiene sobre los personajes:

Pero la línea equinoccial donde estamos es diferente. El Sol cae demasiado vertical. [25]

A veces la Torralba hablaba de un modo chocante, pero tal vez era por la tarumba del equinoccio.[26]

[Pedrerías dice] Es que el Amazonas está en la línea del equinoccio y allí la vida natural es mucho más escandalosa. [27]

A partir de la Navidad, cada día, a la hora de la siesta, había una tormenta estrepitosa con rayos y centellas. La lluvia caía a raudales y después de cada descarga eléctrica aumentaba en intensidad y fuerza. [28]

Pedrarías se decía: es la influencia de estas latitudes, donde todo es exagerado, y el atardecer es una tragedia desoladora y el amanecer, una orgía que nos embriaga. [29]

El día entraba poco a poco en el final del equinoccio y una vez más producía el calor efectos extraños. Tan pronto tomaba la gente una determinación urgente, como su cumplimiento […] se aplazaba sin saber por qué.

El Sol […] presidía conspiraciones, sugería muertes y otros desmanes y deshacía el aire como burbujas las mismas intenciones que había inspirado. [30]

Si la descripción que hacía Sender en su obra sobre los avatares del clima eran acertados, igualmente lo son las descripciones de la fauna y la flora, aunque las referencias que mayormente prevalecen son las de la fauna, tanto la continental que se encuentra a la orilla del río y selva adentro (caimanes, cocodrilos, pirañas, monos, jaguares, tapires, tucanes, vampiros, piums…) como la marítima, más propia de la zona ecuatorial (tortugas gigantes…).

Pero lo más impactante es la más inquietante relación que Sender establece entre la selva y los personajes, apareciendo la selva como un personaje tan oscuro como el propio Aguirre, y que influye inquietantemente en las leyes humanas del resto de los personajes. En la obra, el narrador dice que todo aquel mundo vegetal tenía una vida misteriosa y propia y el hombre que se acercaba se sentía atraído por el terror y por el prodigio.

Aquí ya encontramos un paralelismo importante, quizá el más importante de todos. Se trata de lo misterioso, y del sentimiento de atracción que el hombre experimentaba por el terror y el prodigio. El correlato inmediato de esto lo tenemos en el personaje protagonista, personaje misterioso y casi sobrenatural (ya veremos más adelante por qué) que atrae a los soldados (y al lector) por el terror y por el prodigio, pues Aguirre no dejará de asombrarnos durante toda la novela a causa de su dualidad (cruel/tierno, loco/cuerdo…) y de sus características sobrenaturales.

Las situaciones extremas a las que los expedicionarios se ven arrojados, ya sea por el hambre, por la codicia, por las pasiones… no aparecen en ningún momento como grotescas, porque se encuentran a la par con la voracidad del Amazonas, donde todo es extremo, todo es voraz, hasta los mosquitos más minúsculos. En muchas ocasiones Sender establece paralelismos entre las leyes de la selva y las leyes humanas. En muchos casos el paralelo viene dado por las reflexiones de los personajes, mayoritariamente de Aguirre, que observa con atención la vida animal y la compara con la vida humana:

Había oído Lope de Aguirre la historia de los huanganas y los tigres y decía que el tigre, antes de atacar, debía estar seguro de que el árbol al que iba a acogerse no estaba podrido por dentro. Y el hombre debía pensar en aquel ejemplo. La selva ofrecía ejemplos para todos los casos de la vida.[31]

El macho harto de carne [se refiere al hartazgo sexual de Ursúa] tiende a alzar un poco más de lo discreto la cabeza y la voz. Con los animales sucede igual. [32]

El miedo de los otros actuaba sobre Aguirre como suele actuar sobre algunas fieras, es decir, estimulando la agresión. [33]

La rana o sapo fue sorprendido por la culebra cuando quería comerse alguna alimaña pequeña, pero lo culebra fue sorprendida cuando acababa de comerse al sapo. Y el cocodrilo lo fue cazado y muerto cuando acababa de tragarse a la culebra. Ahora el hombre era el último peldaño de aquella curiosa relación de fracasos y victorias. La tragedia de un ser era la victoria de otro. […] Así son todas las demás cosas del mundo -se decía Lope, con ánimo ligero- y hay que andar alerta y madrugar. [34]

En otras ocasiones el mundo animal es una excusa perfecta para comparar, en lugar de equiparar, a los hombres y a los animales:

[Aguirre al padre Henao, sobre los monos] ¿Qué tiene que ver eso? ¿No ve vuestra reverencia que esos animales son seres inocentes? Ninguno de ellos ha querido ser obispo. Son más inocentes que vuesa merced y que yo mismo. Por eso se les quiere a los animales a veces más que a las personas. Además, esos animales nos imitan a nosotros los hombres. [35]

Lo más frecuente, sin embargo, es que la selva aparezca en la narración como una presencia inquietante, y que la fauna, desde el insecto más inocente (mariposas) hasta el mamífero o pez más peligroso (caimanes o pirañas), mantengan al lector en un estado constante de incertidumbre y extrañeza frente a lo desconocido. Del todo inquietante al tiempo que poético resulta el fragmento donde Sender describe una escena que se inicia con la observación que el paje Antoñico y Elvira mantienen sobre si unas mariposas llegarán o no a la otra orilla del río y que acaba con el rescate del cuerpo de Belalcázar del agua, a quien Aguirre había ordenado tirar al agua.

Se dolía de la suerte de aquellas lejanas mariposas que ponían en el aire un inmenso reflejo flotante y que hacían que las brisas cambiaran de color. Seguramente habían salido de la otra orilla empujadas por algún céfiro y contaban llegar al otro lado, pero perdieron la brisa al llegar a la mitad del camino y no podían más. […]
La nube luminosa fue bajando y por fin la mayor parte cayó al agua. Iban las mariposas tan cerca unas de otras que el río, en un espacio de más de mil quinientas varas, cambió de color y parecía que habían puesto sobre él un tapiz de seda.

En aquel momento se levantó otra vez la brisa y algunas mariposas que no habían tocado aún el agua volvieron a elevarse, pero carecían de fuerzas y fueron a caer un poco más adelante.
[…]
[Belalcázar] Llevaba dos grandes mariposas muertas y pegadas al labio inferior y escupió tres o cuatro más. Las quillas y los remos de las dos canoas estaban tapizados de alas de mariposa con los colores un poco fúnebres, pero muy brillantes de oro y negro. [36]

La selva y todo lo que la constituye (incluyendo la fauna, la flora y el clima) no llega en esta novela a devorar a los personajes, como sucediera en La Vorágine, aunque sí los transtorna en un grado bastante elevado, si puede entenderse el estado de sorpresa y asombro continuo como un transtorno. La grandeza del paisaje y la voracidad de su fauna ponen a los personajes en una difícil situación. Mientras en muchas ocasiones los expedicionarios se mueren de hambre, y queda claro en la novela que habrían muerto muchos más si no llega a ser por los indígenas (fuente de recursos alimenticios en muchas ocasiones), la naturaleza sigue adelante, en muchas ocasiones a su costa (los mosquitos, los vampiros, y las pirañas).

La sorpresa de los personajes es continua. Los monos les parecen personas, y algunos se niegan a comérselos por ese motivo incluso cuando no tienen otra cosa que comer. Tampoco salen de su asombro porque han visto unos mosquitos llamados piums por los indígenas, que pican y se hinchan el vientre de sangre, cayendo seguida e instantáneamente al suelo, como desmayados. Los negros dicen que hay unos insectos que llevan linternas en la barriga, y se dice que metiendo diez en una botella se puede leer una carta. La selva también ofrece sorpresa a causa de las costumbres de los indígenas que la habitan, que van desde el canibalismo hasta los ritos funerarios.

Waldo Ross publicó en los años ’60 un artículo en la ya mítica Revista Nacional de Cultura de Venezuela titulado “La mística de la selva en la literatura latinoamericana”, y aunque se ocupaba en él de la literatura latinoamericana, sus apreciaciones en este trabajo resultan válidas (a pesar de estar tratando aquí a un autor español), por cuanto Sender está recreando en esta obra la selva latinoamericana. Dice:

En efecto, en la crónica colonial apreciamos la “sorpresa” del conquistador español ante el espectáculo maravilloso que le ofrece la naturaleza del Nuevo Mundo. El Diario de Colón es el primer testimonio de esta sorpresa. Más adelante esta sorpresa desemboca en el sentimiento “mítico” con sus leyendas de El Dorado y con su fantasía que cautiva el alma del hombre europeo que pisa la nueva tierra. Pero todavía en esta literatura la selva o la naturaleza americanas no son mágicas en sí, sino más bien “encierran cosas mágicas”, cosas mágicas en las cuales se encarna la esperanza del hombre. La serlva es así una especia de maya hindú tras la cual se esconde algo muy valiosa para el destino del hombre.[37]

Estas apreciaciones de Ross, a parte de resumir a la perfección aquellos efectos de la selva sobre los personajes que decíamos que Sender recrea en su novela, nos pone sobre la huella de otro elemento: el mito. Las referencias al Dorado[38] en la novela no son del todo abundantes, porque el protagonista pretende destruir las ilusiones de los soldados de ir en busca de la ciudad en pro de sus intereses, y les prohíbe terminantemente hablar del tema. Sin embargo existe un capítulo en la novela donde la sorpresa ya ha asumido o desembocado en el mito: se trata de las amazonas[39].

En el siglo XIV Orellana afirmó que había combatido con las Amazonas en los bosques de Brasil, a orillas del río Marañón. En el capítulo XI la expedición llega a tierra de Amazonas, porque Alonso Esteban, que había estado en la expedición de Orellana, reconoce el lugar. A lo largo del capítulo Sender realizará todo un ejercicio de intertextualidad y reproducción de textos que tendrá como fuente la crónica del padre Gaspar de Carvajal, que describe la llegada al lugar y el encuentro y la lucha con las Amazonas. Este mito permanece en la novela intacto, es decir, que no se aparta ni se desenmascara, sino que los personajes lo confirman y lo asumen, principalmente porque encuentran los esqueletos de las Amazonas contra las que las que Orellana combatió, y porque además encuentran a un personaje indio que había sido esclavo de aquellas mujeres.



5. LA VERTIENTE ANTROPOLÓGICA. LOS INDIOS Y LOS NEGROS.

En La aventura equinoccial de Lope de Aguirre se nos dan referencias detalladas sobre la organización social de la América colonial española. Sender aprovecha para darnos detalles sobre la situación social de cada grupo en cualquier momento. Sabemos exactamente qué función tiene cada uno, que en la clase más baja está condicionada, principalmente, por la raza. Así, en la clase alta, se encuentran los propietarios de las tierras (descendientes de los conquistadores) y los funcionarios del gobierno (que provenían de la metrópoli).

Dentro de la clase media estaban los artesanos, los pequeños propietarios y los comerciantes, también españoles. La clase baja estaba compuesta los grupos raciales marginados y sometidos, entre los que en la novela se distinguen como indios, mestizos, criollos, negros y cabras. Respecto a los indios, se encuentran en la novela varios tipos, según la tribu o población a la que pertenezcan. A todos ellos, dedica Sender amplios fragmentos de interés antropológico y cultural, como la creencia, entre determinados pueblos caníbales, de que comerse a un blanco les transfería sus cualidades. Selecciono aquí un fragmento que hace referencia a los indios tupíes:

Los indios tupíes -que eran los de aquel lugar- adoraban el fuego, y el dios del fuego intermediario con el sol era el rayo. Lo representaban con una cruz.

También allí se usaba la costumbre del mirado de las viudas, quien se dedicaba únicamente a atenderlas en sus deseos amorosos. Suponiendo que aquella profesión le tenía muy ocupado, al nombrarlo la comunidad le relevaba de otros trabajo y era un hombre feliz, aunque todos lo tomaban un poco a broma y se reían de él […]

Por los indios que habían visto y por lo que dijo Pedrarías, tenían allí la costumbre de depilarse su cuerpo lo mismo los hombres que las mujeres […]

Llevaban los hombres sus órganos sexuales envueltos en cintas y en las grandes fiestas llevaban el cabello y el sexo más cuidados que nunca. Ellas, con tangas nuevas, y ellos, con cintas nuevas, también.

Las tangas eran unos triángulos de cerámica cocida pintados a rayas y adornos de colores. Con ellas se cubrían el sexo las mujeres. […][40]

Tanto los negros como los indios aparecen en la novela como seres infantiles e inocentes, a los que el protagonista disculpa de cualquier culpa debido a esa candidez infantil. Aguirre se presenta en la novela como un personaje especialmente benevolente con los esclavos negros. Sender los ha construido como un grupo homogéneo gracioso, principalmente por la reproducción que del español de los negros realiza, y secundariamente por las ironías y chascarrillos de sus diálogos, así como su afición a bailar y a cantar continuamente.

Las canciones son en español o en su lengua, y cuando aparecen en su lengua, también son traducidas al español en la narración. La letra de las canciones es en muchas ocasiones significativa, y recuerdan a algunas de las escenas presentadas en la narración, aunque sólo sea tangencialmente, actuando de este modo de telón de fondo a lo largo de la historia. El punto de reflexión sobre la raza lo proporciona Sender con el personaje de Bemba, criado de Aguirre, que al ver una cucaracha afanándose por librarse de su viejo caparazón reflexiona:

Lo que más le llamaba la atención al negro era aquella blancura en un bicho tan negro.

Tanto le extrañaba que tuvo que hablarle a un indio que andaba recogiendo los trebejos de la pesca: «las culebras, los pájaros y los animales de la selva como la ardilla y el tejón, y hasta los gatos, cambian de pelaje. Incluso la cucaracha, aquí presente. ¿Por qué no cambio yo de piel?» Y se miraba las manos huesudas, negras por el dorso y rosáceas por dentro, grandes y esclavas.[41]

Decía Carrasquer respecto a la novela histórica de Sender que

es siempre un pretexto para hablar de lo español en contraste con otros valores raciales o nacionales

pero tras la lectura de La aventura equinoccial de Lope de Aguirre se manifiesta que en esta obra el pretexto es invertido, pues sería aquí el contraste con lo español la excusa para hablar de otros valores raciales.

Existen muy pocas alusiones en la obra a los valores castellanos del siglo XVI, mientras que los valores culturales y antropológicos de las distintas tribus indígenas, así como de los negros, son constantemente examinados y descritos a lo largo de la novela, intercalados con sabiduría, y seleccionando aquellos de mayor curiosidad para el lector, o de mayores características anecdóticas, para no romper en ningún momento el interés narrativo. Por ejemplo, el narrador nos explica brevemente que los cabra son hijos de negros e indios, y que pertenecen a la clase social más marginada. Unas páginas más adelante, Sender nos refresca el concepto mediante el siguiente diálogo:

- La macumba , sólo que ese gorrino, con perdón, la canta mal. Ese no es negro -dijo Bemba-, que es cabra.

- Si soy cabra, vení vuesa mercé a oldeñarme.

- La verdad es que vuesa melsé es cabra.

- Y vos sois cabrón, Bemba.

- Si lo soy tenga cuidado vuesa melcé no le blinque ensima [42]



6. ELEMENTOS SOBRENATURALES. EXTRAÑOS Y FANTÁSTICOS EN LA AVENTURA EQUINOCCIAL DE LOPE DE AGUIRRE.

Ya en los principios des este trabajo se mencionaban las «ciencias ocultas» como una de las tendencias principales en la obra de Sender. Ello de seguro tiene mucho que ver en la construcción de un personaje protagonista de características sobrenaturales y extrañas, que no dejan de causar sorpresa. Ya desde los incios de la obra se nos van dando muestras inquietantes de su persona:

Por otra parte, solí decir que leía las intenciones más secretas de los otros y lo explicaba con ejemplo inquietantes. [43]

Pero el de Lope [su resentimiento] lo era en contra de todos, contra el cielo y la tierra, contra el rey y contra Dios. Los otros se daban cuenta de que algo fatídico y sombrío dominaba la voluntad de Lope, pero no sabían qué. [44]

Lope de Aguirre es un personaje que siempre va calzado con las armas, mientras los demás andan casi desnudos por el calor. Este ser cojo, pequeño y enteco es descrito por Sender como un ser que no comía casi nunca, y que no dormía sino una hora o dos cada día, y a veces sentado, creyendo algunos incluso que de pie. Es un personaje sometido a extraños influjos en lo que su destino fatídico se refiere, y al principio del capítulo XV se nos dice que Pedrarias había observado que Lope sentía sus propensiones sangrientas en luna creciente. Sucedía también que las ejecuciones más crueles eran las últimas de cada uno de aquellos períodos destructivos.[45] [46]

En dos ocasiones a lo largo de la narración se nos ha explicado la idea que los negros tienen sobre la muerte, y era ésta que llegaba por malquerencia de un espíritu, es decir, que no era un fenómeno natural sino un accidente. Los negros no culpaban a Lope de Aguirre de las muertes que ordenaba, ni se culpaban ellos mismo como verdugos. Más bien para ellos Lope era un instrumento de la mala voluntad de los diablos menores.

La insinuación de que Lope es una marioneta de los demonios no parece descabellada, y Sender la acentúa mediante los arranques de escrúpulos que de cuando en cuando tiene, o mediante la enorme admiración y amistad que siente por Pedrarías, o mediante los secretos deseos que alberga de ver a éste casado con su hija, o mediante el inmenso y tierno amor que profesa por su hija. Ella lo es todo para él, y no soportaría nunca que lo viera humillado.[47] Dice el narrador que los paseos matinales que Lope daba por las mañanas con su hija eran el único lujo de su vida.[48]

Los elementos sobrenaturales se extienden en la novela, y oscilan desde la presentación de personajes extraños o con alguna extraña manía hasta la aparición de fantasmas. Pongamos el caso de la Torralba, personaje que se encarga de atender a Elvira. Se trata de una sirvienta de vida dudosa a quien Lope había redimido, y que tenía la extraña manía de cantar una jota soriana en los lugares altos. Por otro lado, Antoñico, el paje, le dice a Elvira que hay un pájaro en la selva que entre lloro y lloro dice su nombre, elemento éste que parece vaticinar el final trágico de la muchacha. La señora Aldonza, gobernadora de Isla Margarita, también tendría algunos rasgos extraños y sorprendentes.

En el plano de los fantasmas y las apariciones, Sender recoge de la crónica de Vázquez el caso acaecido a Juan Nuñez de Guevara, que paseando una noche vio una forma humana que decía “Pedro Ursúa, gobernador del Dorado y de Omagua, Dios haya piedad de tu alma”, vaticinando su muerte. Cuando fue a acercarse, la forma humana se había desvanecido.

Otro fantasma es el de Inés de Atienza, a quien una embarazada que está a punto de dar a luz en la que Aguirre pretende que sea la ciudad Elvira, afirma que vio detrás de los arbustos cuando Lope la menciona por las circunstancias. Un mal presagio lo constituyó el nacimiento del niño, que nació muerto.

Respecto al fantasma de Guevara siguiendo a la expedición por el mar, flotando sobre las aguas, se hace referencia hasta tres veces en la novela. Estas apariciones, como las anteriores, no son aparecen en la narración como terroríficas, sino naturales, que están ahí más que nada para molestar y cabrear al protagonista, que ciertamente se mosquea ante los que comentan haberlas visto. En algunos casos la aparición está envuelta de cierto humor, incluso:

Alguien sacó a colación el tema del esqueleto del comendador Guevara y Martín explicó que los huesos humanos flotan en el agua porque están huecos y que además el calor y el fósforo del cerebro hacían lucir de noche la calavera a ras del agua y que él había visto también aquella luz.

El paje Antoñico juraba que había visto al comendador nadando detrás de los bergantines y que seguramente en aquel momento estaba en la bahía de Punta de Piedras. [49]

Por todos estos rasgos, me atrevería a decir que Sender ha construido aquí una novela que en algunos pasajes alberga características que recuerdan bastante al llamado realismo mágico cultivado por los escritores latinoamericanos a partir de los años ’60., aunque en esta obra se perciben sólo de forma incipiente.



7. LA TRAGEDIA.

En el género novelístico, sea histórico o del tipo que fuere, se han de dar unos elementos de interés y motivación, que desde Aristóteles (en lo que al género dramático de la tragedia se refiere), se entienden como los que mueven al lector a la compasión, al miedo… porque de igual modo que en la tragedia operan estos elementos en la novela en lo que a motivaciones e intereses del receptor se refiere. El elemento trágico, como el más perfecto generador de la catarsis, se erige a menudo como recurso imprescindible.

El elemento trágico en La aventura equinoccial de Lope de Aguirre alcanza su máximo apogeo en las últimas páginas de la novela. El final del protagonista es trágico, porque ciertamente, a pesar de los sanguinarios crímenes cometidos por Lope, lector no percibe su muerte como un castigo, sino como una injusticia, y esto se debe a la enorme proyección humana y universalista que Sender crea y refleja en la construcción de este personaje, cargándolo de pasiones y valores humanos con los que fácilmente se identifica el receptor.

En segundo lugar, se une al componente trágico la muerte de Elvira, asesinada a puñaladas a manos de su propio padre, para que no la llamaran la hija del traidor ni quedara por colchones de rufianes. García de Paredes le dice a Lope que no se espanta de ninguno de sus crímenes, excepto del asesinato de su propia hija. Ciertamente el lector no percibe aquí el asesinato de su hija como un horror, sino como la única salida trágica que evitaría que su hija se convirtiese en otra doña Inés de Atienza y que sufriese y pagase las consecuencias de los actos de su padre. Realmente, el crimen que menos espanta al lector es el del asesinato de Elvira, porque es el único que Aguirre realiza por amor.

El elemento trágico se crecía además en la tragedia de Pedrarías, que el lector percibe tan culpable o más que el propio Aguirre de la muerte de Elvira. En un diálogo entre Elvira y la Torralba ya se nos había puesto al corriente de que Elvira estaba enamorada de Pedrarías. El mayor deseo de Aguirre era ver casado a Pedrarías con su hija, porque quería lo mejor para ella. Esta esperanza la albergaba aún antes de que su amigo desertase por segunda vez, cuando le advirtió que tuviese cuidado de lo que hacía, porque alguien que no tenía culpa (Elvira) podía sufrir las consecuencias.

El lector se compadece de Pedrarías, porque también él ha perdido algo importante, y sobre él caen las esperanzas frustradas de otros personajes y de los propios lectores. Con uno de los fragmentos más emotivos termino este trabajo, reservando el componente trágico, como Sender, para el final.

Cuando Pedrarías vio a la niña muerta estuvo un largo espacio inmóvil, luego comenzó a sollozar y para que no lo vieran salió por la puerta trasera. Detrás de él iba la Torralba llorando también y diciendo: «Bien sabéis que si le hubierais dicho a la niña la palabra que yo me sé su padre la habría dejado vivir. En esa esperanza estuvo su padre y estuve yo.»[50]



8. BIBLIOGRAFÍA

ARCINIÉGAS, Germán, El continente de los siete colores, Buenos Aires, editorial Sudamericana, 1965

CARRASQUER, Francisco, “La novela histórica de Sender” (1970), en RICO, Francisco, Historia y crítica de la literatura española. Época contemporánea, 1914-1939, vol. VII, Barcelona, Crítica, 1984, 657-659

CASTILLA DEL PINO, Carlos, Teoría de los sentimientos, Barcelona, Círculo de lectores, 2000

DOLEZÊL, Lubomir, “Mimesis y mundos posibles” en GARRIDO, Antonio (comp.), Teorías de la ficción, Madrid, Arco/Libros, 1977

DOSTOIEWSKI, F., Crimen y castigo, Madrid, La novela ilustrada, s.a., colección dirigida por Vicente Blasco Ibáñez

JACQUENOD, Jacques, Diccionario de mitología, Barcelona, Salvat, 2000

LUCÁCKS, George, La novela histórica, (1955), México, Era, 1971

ROSS, Waldo, “La mística de la selva en la literatura latinoamericana” (1962) en Revista nacional de Cultura, Caracas-Venezuela, Septiembre-Octubre, año XXV, nº 160, 1963, 65-76

SENDER, Ramón J., El bandido adolescente, Barcelona, Salvat, 1970

SENDER, Ramón J., La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, Madrid, Editorial Magisterio Español, 1962

SOLDEVILLA, Ignacio, Historia de la novela española (1936-2000), vol. I, Madrid, Cátedra, 2000



9. ANEXO. MAPAS





NOTAS:

[1] LUCÁCKS, George, La novela histórica, (1955), México, Era, 1971, p. 15

[2] CARRASQUER, Francisco, “La novela histórica de Sender” (1970), en RICO, Francisco, Historia y crítica de la literatura española. Época contemporánea, 1914-1939, vol. VII, Barcelona, Crítica, 1984, 657-659, p. 659

[3] SOLDEVILLA, Ignacio, Historia de la novela española (1936-2000), vol. I, Madrid, Cátedra, 2001, pp. 361-362

[4] SOLDEVILLA, pp.365 y s.

[5] DOLEZÊL, Lubomir, “Mimesis y mundos posibles” en GARRIDO, Antonio (comp.), Teorías de la ficción, Madrid, Arco/Libros, 1977, p. 100

[6] DOLEZÊL, p. 71

[7] DOLEZÊL, p. 71

[8] SENDER, Ramón J., El bandido adolescente, Barcelona, Salvat, 1970, pp. 89 y 280.

[9] SENDER, Ramón J., La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, Madrid, Editorial Magisterio Español, 1962, p. 226

[10] DOSTOIEWSKI, F., Crimen y castigo, Madrid, La novela ilustrada, s.a., colección dirigida por Vicente Blasco Ibáñez, p. 58

[11] SENDER, p. 65

[12] SENDER, p. 227

[13] SENDER, p. 291

[14] SENDER, p. 18

[15] SENDER, p. 59

[16] SENDER, p. 68

[17] SENDER, p. 89

[18] SENDER, p. 149

[19] CASTILLA DEL PINO, Carlos, Teoría de los sentimientos, Barcelona, Círculo de lectores, 2000, pp 339-340

[20] SENDER, p. 51

[21] CASTILLA DEL PINO, p. 340

[22] SENDER, p. 34

[23] CASTILLA DEL PINO, p. 377

[24] SENDER, pp. 303-304

[25] SENDER, p. 49

[26] SENDER, p. 55

[27] SENDER, p. 56

[28] SENDER, p. 139

[29] SENDER, p. 153

[30] SENDER, p. 211

[31] SENDER, p. 90

[32] SENDER, p. 48

[33] SENDER, p. 175

[34] SENDER, p. 211

[35] SENDER, p. 155

[36] SENDER, pp. 159-161

[37] ROSS, Waldo, “La mística de la selva en la literatura latinoamericana” (1962) en Revista nacional de Cultura, Caracas-Venezuela, Septiembre-Octubre, año XXV, nº 160, 1963, 65-76, p. 68

[38] País fabuloso de América que los españoles y otros exploradores buscaron con afán creyéndolo repleto de enormes riquezas. Esta creencia tuvo su origen en la costumbre de ciertos indios de Nueva Granada de bañarse en la laguna de Guatavitá con el cuerpo cubierto de oro. Para más referencias véase ARCINIÉGAS, Germán, El continente de los siete colores, Buenos Aires, editorial Sudamericana, 1965

[39] Mitología griega. Poblaciones de mujeres belicosas llegadas del Cáucaso que vivían en Ponto, en Asia Menor, luego en Escitia y en Libia. Eran guerreras y representaban la virginidad, porque descendían de Ares y de Ártemis. Sin embargo se emparejaban con los hombres para tener hijos, pero mataban a los varones o los esclavizaban. Para más referencias véase JACQUENOD, Jacques, Diccionario de mitología, Barcelona, Salvat, 2000

[40] SENDER, pp. 242-243

[41] SENDER, P. 191

[42] SENDER, pp. 68-69

[43] SENDER, p. 25

[44] SENDER, p. 90

[45] SENDER, p. 332

[46] SENDER, p. 308

[47] SENDER, p. 84

[48] SENDER, p. 159

[49] SENDER, p. 305

[50] SENDER, p. 402



© Mado Martínez Muñoz 2002
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...