Un día alguien te escribe que leyó un poema tuyo *por casualidad*, que le gustó mucho y quiere usarlo para un taller de poesía que tienen en su Universidad. Te pregunta si tenés más cosas, otros libros publicados. Le decis que sí que, bueno, libro tenés uno solo, pero tenés plaquetas, fanzines y un epub. La persona no parece del todo decepcionada y te pregunta si puede mandarte unas preguntas por mail, para ayudarse a la clase que tiene que preparar sobre tu poesía. En el interín va a la biblioteca de su facultad y encuentra tu libro ahi: en Iowa (Proyecto VOX no deja de sorprenderme) . Todo es bastante extraño, pero le contestas que sí, que claro, que con todo gusto le respondes sus preguntas. Te manda un cuestionario extenso y contestas rápido, al correr del teclado, no queres tomarte tan en serio a vos misma. Entones te vuelve a mandar un correo donde dice que con sus compañeros de Maestría de escritura creativa lo van a publicar en la revista literaria que tiene en la web la Universidad de Iowa.
Esa es la razón por la que estoy acá, tan lejos, contestando de un modo tan escaso, pero con sinceridad.
La poesía tiene los lectores más raros del mundo.
¡Gracias Maria Camila Vera!
Esa es la razón por la que estoy acá, tan lejos, contestando de un modo tan escaso, pero con sinceridad.
La poesía tiene los lectores más raros del mundo.
¡Gracias Maria Camila Vera!
La pueden leer en el suplemento literario Radar de Página 12, o en alguno de los libros que ha publicado ycolgado en internet. En Twitter también está –ahí inició la conversación que llevó a esta entrevista–. Yo la leí por casualidad en Facebook. Era un poema de su libro Hebilla de Pasto (2012).
Los datos básicos son: Argentina, 1980, periodista, poeta. Los otros datos son: un video de ella en Youtubeleyendo. Fuma, lee, hace reír a quienes la escuchan. Su nuevo libro, Un fuego cualquiera, saldrá en unos meses –dos, tres–. Es curiosa. Sabe poner títulos. Despide sus mails con besos. Deja que una aspirante a poeta la acose con preguntas sobre cómo hacer poesía.
¿Recuerdas tu primer poema? ¿Cuándo escribiste el último? ¿De qué van los dos?Empecé a escribir poesía en el comienzo de la adolescencia, durante unas vacaciones en el sur de la Argentina. Me acuerdo que escuchaba música con walkman junto a un lago con fondo de montañas, y sobre el ritmo de esa música empecé a anotar cosas en un cuaderno. El primer poema hablaba de unas flores que estaban estampadas en las paredes del viejo hotel donde estábamos con mi familia que eran estáticas pero iguales a las de afuera. El último poema fue sobre una visita a El tigre, una zona de lagunas y pantano que hay en la provincia de Buenos Aires. Fuimos con mi marido, Alfredo Jaramillo, nuestro hijito y unos amigos, y por un error de cálculo, nos perdimos en el monte. Vino la noche y nos sacó Prefectura con una lancha. Fue una experiencia rarísima e inesperada y terminé escribiendo sobre eso. Ahora que los pienso juntos me doy cuenta que en ambos está la naturaleza como una presencia enigmática y algo que tiene que ver con la presencia humana ahí, desentonando, observando, intentando comprender.
¿Tienes un poema favorito entre los tuyos?
Es más como que uno le tiene un cariño especial a algunos y las razones de ese cariño a veces no tienen tanto que ver con algo estético.
Es más como que uno le tiene un cariño especial a algunos y las razones de ese cariño a veces no tienen tanto que ver con algo estético.
En la reseñas biográficas escriben periodista, crítica de teatro y poeta, ¿las tres al mismo tiempo o hay una que vaya primero? ¿Cómo se "alimentan" estas tres cosas entre ellas? ¿Qué del teatro está en tu poesía?Las tres cosas se alimentan, claro, soy la misma persona. A veces escribiendo una nota me doy cuenta que elijo, por ejemplo, que un párrafo termine con una palabra aguda porque me gusta más como suena así. Son pensamientos rarísimos para un periodista cultural, no podía argumentarlo ante nadie, pero así me sucede y supongo que es algo que me viene de la poesía. El periodismo es mi oficio, mi trabajo. Y la poesía algo que nunca va a ser un trabajo.
Vas a sacar un libro nuevo, ¿de qué va? ¿cuándo sale?
Un fuego cualquiera está por salir en la editorial Neutrinos, de Santa Fe, que está publicando poesía de gente joven. Es un poema solo, dividido en 10 fragmentos, que habla sobre mi relación con el paisaje del sur de la Argentina, donde como te contaba empecé a escribir, y fui muchas veces durante mucho tiempo, hasta ahora. Es un paisaje muy especial para mí, tiene algo romántico, algo un poco hippie, algo aventurero.
Un fuego cualquiera está por salir en la editorial Neutrinos, de Santa Fe, que está publicando poesía de gente joven. Es un poema solo, dividido en 10 fragmentos, que habla sobre mi relación con el paisaje del sur de la Argentina, donde como te contaba empecé a escribir, y fui muchas veces durante mucho tiempo, hasta ahora. Es un paisaje muy especial para mí, tiene algo romántico, algo un poco hippie, algo aventurero.
¿Hay alguna rutina en tu proceso de escritura?No, nunca. Terrible. En algún momento voy a tener que poder cambiar eso.
¿Cómo sabes que un poema está listo?Cuando lo leo y ya no quiero cambiarle nada. Y suena. Como una canción.
¿Tienes poemas de cabecera? ¿Hay algún texto que relees a menudo?
Mis lecturas son más hacia adelante, siempre cosas distintas.
Mis lecturas son más hacia adelante, siempre cosas distintas.
¿Qué tanta atención le pones lo "técnico", como cosas de métrica, evitar rimas o hacerlas?
La necesaria. No escribo con métrica fija, pero me parece necesario conocer esas cuestiones para poder leer la poesía que existe pensada con ese patrón, y además para lo que uno hace, con autoconsciencia.
La necesaria. No escribo con métrica fija, pero me parece necesario conocer esas cuestiones para poder leer la poesía que existe pensada con ese patrón, y además para lo que uno hace, con autoconsciencia.
¿Algún lugar o actividad para encontrar ideas? ¿Cómo sabes de qué escribir? ¿Lo sabes o es un impulso?Es un impulso. Leer poesía a veces te pone en ese estado. O estar en la naturaleza. O escuchar música, o desorganizar los sentidos de algún modo.
¿Corriges tus poemas? ¿Cómo lo haces?
Claro. Pero hasta un punto. No es infinito. Trabajo un poema bastante y cuando ya queda, lo dejo así.
Claro. Pero hasta un punto. No es infinito. Trabajo un poema bastante y cuando ya queda, lo dejo así.
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