viernes, 3 de enero de 2014
Las madres también tenemos nuestro corazoncito
Ser madre de niños y niñas es aceptar ser una heroína, un hada madrina, en el peor de los casos, una bruja. Ser madre de adolescentes es transformarse en una institución, aceptar que el pobre cuerpito de mamita (¿dónde quedó la puta ley de Padre?) representa todos los aparatos ideológicos de Estado.
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Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
que sonríe cómplice de amor...
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