ESCRITURA DE BLOGS
El blog como género literario. Problemas alrededor de personajes y narrativas del yo. Evolución de herramientas blogger: ¿cómo aprovecharlas para narrar? Las tecnologías y las potencias del lenguaje, el riesgo de lo obsoleto, riesgos y hallazgos del efecto espejo: literatura que incorpora las nuevas tecnologías.
DOCENTE: Sonia Budassi, Periodista y escritora (colabora en Brando, Ñ y Punto de Vista y es autora Los domingos son para dormir (Entropía); Mujeres de Dios (Sudamericana) y Apache, en busca de Carlos Tevez (Tamarisco). Administra el blog enmediodelcampo.blogspot.com
DÍA Y HORARIO: viernes de 18 a 20 hs.
MICROFICCION: LA ESCRITURA VIRAL
Del microrrelato a la microficción online: principios de la escritura breve. Adecuación del cuento y la novela al soporte de la red social. El caso Twitter literario. Las novelas en Facebook. El uso de los celulares como recurso de mercado editorial y técnica amateur. La experiencia literaria en YouTube.
DOCENTE: Alfredo Jaramillo, Becario de investigación en la Universidad del Comahue y colaborador de Página/12, Perfil y El Cronista Comercial. Autor de Grunge (Editorial Funesiana). Administra el blog polvoraychimangos.blogspot.com Twitter: www.twitter.com/toxiboy
DÍA Y HORARIO: sábados de 14 a 16 hs.
LA CRÍTICA ONLINE DE CINE Y LITERATURA
La web cambia las reglas de la crítica del arte: cualquiera puede criticar. ¿Qué diferencias hay con el enfoque de los medios gráficos? Tipos de críticos, discursos heredados de la prensa y la búsqueda de un medio de expresión propio. Relación del autor con el estreno cinematográfico/lanzamiento literario. La crítica infinita, chicanas y re-formulación: Retórica 2.0. ¿Fin de los medios impresos? Debates que trascienden la web. Blogs que pasan a ser libros. Repaso y deconstrucción de blogs y sitios célebres.
DOCENTES: Violeta Gorodischer (periodista: redactora de la revista OHLALÁ!, colaboradora de Brando y Radar) y Javier Alcácer (periodista: colaborador de Radar, SI! y www.otroscines.com.ar).
DIA Y HORARIO: sábados de 12 a 14 hs.
POLÉMICAS, DIATRIBAS Y DISCUSIONES LITERARIAS EN LA WEB
Los blogs colectivos y los blogs de los grandes medios (Revista Ñ, Crítica, Página 12). Los grandes medios hablando del los blogs. Análisis e intervención del comment. Relaciones con la tradición y perspectivas. Tensiones entre el mainstream y el amateurismo.
DOCENTE: Hernán Vanoli. Sociólogo y periodista. Colabora en Ñ y es autor de Varadero y Habana Maravillosa (Tamarisco). Administra los blogs elvolquete.blogspot.com y lamaquiladora.blogspot.com
DIA Y HORARIO: sábados de 10 a 12 hs.
DERECHOS CIUDADANOS EN LA WEB (Y MÁS ALLÁ)
Taller abierto al servicio de los textos que apuntan a mejorar nuestra vida diaria. Las problemáticas cotidianas y su reflejo a en la web. ¿Todas son viables? Cuales tienen mayor posibilidad de trascender y encontrar una solución. Herramientas web para canalizar los reclamos. Quiénes y cuáles son nuestras fuentes de información. Cómo redactar para la web.
DOCENTE: Julián de Sa Souza. Periodista, mentor del blog de reclamo colectivo comovacas.blogspot.com
DÍA Y HORARIO: viernes de 20 a 22 hs.
COORDINACIÓN: Violeta Gorodischer
LOS CURSOS COMIENZAN EN JUNIO Y DURAN 4 CLASES.
PRECIO MENSUAL: $100.
INSCRIPCIÓN: en el Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551) de lunes a viernes de 11 a 20 hs y los sábados de 11 a 17 hs.
PARA MÁS INFORMACIÓN: 4374-1251/59. www.ccgsm.gov.ar
# 31.5.10
lunes, 31 de mayo de 2010
LA MASCULINIDAD DE IZQUIERDAS Y EL ABORTO
LA MASCULINIDAD DE IZQUIERDAS Y EL ABORTO: CUANDO LOS VARONES PROGRES PISAN EL PALITO.
Tomado de http://masculinidadesendeconstruccion.blogspot.com/2010/05/la-masculinidad-de-izquierdas-y-el.html
Son varones marxistas, troskos, freireanos, sartreanos, ecologistas, anarkos, igualitaristas, ocupas, y chavistas; pero por sobre toda las cosas: son progres. Sin embargo, cuando se trata de hablar sobre el aborto, casi todos pisan el palito.
El domingo 4 de mayo Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto fuimos invitadas a hacer una presentación sobre el funcionamiento de la línea Aborto: más información menos riesgos en la Feria del Libro Independiente (FLIA).
Éramos 5 compañeras del grupo y decidimos dividirnos y circular por toda la feria para distribuir material e invitar a la mayor cantidad de personas posibles a participar de nuestra presentación. Después de mucha interacción y de entregar masivamente folletos y volantes me encontré con el siguiente patrón de respuesta por parte de la mayoría de los varones:
"¿¡Y yo qué tengo que ver con el aborto?!"
Como un reflejo directo de esta reacción masculina a nuestra invitación para participar de la presentación sobre cómo las mujeres abortan con misoprostol, concurrieron al taller todas mujeres y ningún varón.
Es como mínimo curioso el contraste entre las reacciones de estos varones de izquierdas (a menos que hayan sido todos varones no heterosexuales) y la realidad del aborto como práctica social. Porque a partir de las 3.000 llamadas recibidas a través de la línea pudimos reconstruir el papel central que juegan los varones en la práctica del aborto con misoprostol: desde ser los principales responsables de prácticas sexuales riesgosas, hasta la compra del misoprostol.
Según el tercer informe* publicado por Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto, en base a 3.188 llamadas de mujeres que buscaron información pública sobre el uso seguro del misoprostol para abortos en el primer trimestre de embarazo llamando a la línea Aborto: más información, menos riesgos, surge que el 70% de los varones no usó preservativo. Según el mismo informe las mujeres explicitan las dificultades que encuentran para negociar con ellos la anticoncepción y prevención de ITS. A pesar de que los varones progres digan que ellos no tienen nada que ver con el aborto, los varones sí participan de las decisiones reproductivas, controlando las condiciones del encuentro sexual para evitar el uso del forro y forzar a las mujeres al coito interrumpido (en el mejor de los casos)
El informe también muestra que en el 45% de los casos las mujeres llaman a la línea apoyadas y acompañadas por sus parejas. Son los mismos varones que en muchas ocasiones llaman antes que ellas para hacer el primer contacto y se ocupan también de comprar el misoprostol clandestinamente o con receta en las farmacias.
Pensar, como varones, que no tenemos nada que ver con el aborto de nuestras parejas o compañeras sexuales supone que la maternidad forzada no implica también la paternidad forzada. Supone que como varones no nos importa la salud ni la vida de nuestras compañeras frente a un aborto clandestino. Estas suposiciones implican una peligrosa dosis de masculinidad misógina.
La frase “¡¿Y yo qué tengo que ver con el aborto?!” tiende a reforzar estereotipos masculinos violentos que reproducen la separación entre las practicas sexuales, como esfera de dominio masculino, de la reproducción, como esfera predominantemente femenina. Cuando los varones participamos de las relaciones sexuales y reproductivas imponiendo nuestra voluntad, reforzando las asimetrías sociales de poder, y poniendo en riesgo la salud de nuestras compañeras no es para nada progre.
*www.informacionaborto.blogspot.com
Tomado de http://masculinidadesendeconstruccion.blogspot.com/2010/05/la-masculinidad-de-izquierdas-y-el.html
Son varones marxistas, troskos, freireanos, sartreanos, ecologistas, anarkos, igualitaristas, ocupas, y chavistas; pero por sobre toda las cosas: son progres. Sin embargo, cuando se trata de hablar sobre el aborto, casi todos pisan el palito.
El domingo 4 de mayo Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto fuimos invitadas a hacer una presentación sobre el funcionamiento de la línea Aborto: más información menos riesgos en la Feria del Libro Independiente (FLIA).
Éramos 5 compañeras del grupo y decidimos dividirnos y circular por toda la feria para distribuir material e invitar a la mayor cantidad de personas posibles a participar de nuestra presentación. Después de mucha interacción y de entregar masivamente folletos y volantes me encontré con el siguiente patrón de respuesta por parte de la mayoría de los varones:
"¿¡Y yo qué tengo que ver con el aborto?!"
Como un reflejo directo de esta reacción masculina a nuestra invitación para participar de la presentación sobre cómo las mujeres abortan con misoprostol, concurrieron al taller todas mujeres y ningún varón.
Es como mínimo curioso el contraste entre las reacciones de estos varones de izquierdas (a menos que hayan sido todos varones no heterosexuales) y la realidad del aborto como práctica social. Porque a partir de las 3.000 llamadas recibidas a través de la línea pudimos reconstruir el papel central que juegan los varones en la práctica del aborto con misoprostol: desde ser los principales responsables de prácticas sexuales riesgosas, hasta la compra del misoprostol.
Según el tercer informe* publicado por Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto, en base a 3.188 llamadas de mujeres que buscaron información pública sobre el uso seguro del misoprostol para abortos en el primer trimestre de embarazo llamando a la línea Aborto: más información, menos riesgos, surge que el 70% de los varones no usó preservativo. Según el mismo informe las mujeres explicitan las dificultades que encuentran para negociar con ellos la anticoncepción y prevención de ITS. A pesar de que los varones progres digan que ellos no tienen nada que ver con el aborto, los varones sí participan de las decisiones reproductivas, controlando las condiciones del encuentro sexual para evitar el uso del forro y forzar a las mujeres al coito interrumpido (en el mejor de los casos)
El informe también muestra que en el 45% de los casos las mujeres llaman a la línea apoyadas y acompañadas por sus parejas. Son los mismos varones que en muchas ocasiones llaman antes que ellas para hacer el primer contacto y se ocupan también de comprar el misoprostol clandestinamente o con receta en las farmacias.
Pensar, como varones, que no tenemos nada que ver con el aborto de nuestras parejas o compañeras sexuales supone que la maternidad forzada no implica también la paternidad forzada. Supone que como varones no nos importa la salud ni la vida de nuestras compañeras frente a un aborto clandestino. Estas suposiciones implican una peligrosa dosis de masculinidad misógina.
La frase “¡¿Y yo qué tengo que ver con el aborto?!” tiende a reforzar estereotipos masculinos violentos que reproducen la separación entre las practicas sexuales, como esfera de dominio masculino, de la reproducción, como esfera predominantemente femenina. Cuando los varones participamos de las relaciones sexuales y reproductivas imponiendo nuestra voluntad, reforzando las asimetrías sociales de poder, y poniendo en riesgo la salud de nuestras compañeras no es para nada progre.
*www.informacionaborto.blogspot.com
sábado, 29 de mayo de 2010
viernes, 28 de mayo de 2010
Malú Urriola, CF y otros márgenes
Foto: Iván Thays
¿Qué margen?
En una Mesa Redonda (en Puerto Rico las mesas redondas son realmente redondas y con un no sé qué de informal muy chic) donde es difícil sacarle el micrófono de Paco Ignacio Taibo II (cigarrillo en mano, nada chic), se discutió sobre Literatura y Márgenes, escribir desde la periferia. Una mesa capital para entender la literatura latinoamericana actual y para dividir el encuentro en dos mundos, dos generaciones o dos maneras de enfrentar la escurridiza realidad (aunque Caparrós no esté de acuerdo con el adjetivo). Opiniones de fuego cruzado, donde cada uno intento ubicarse lo más cerca del cielo sin perderse las bondades del infierno.
La chilena Malú Urriola, al final, resultó la más marginal de las marginales, sin duda, al confesar que escribe poesía. Argumento irrebatible que ella matiza diciendo que entre las margen y la periferia prefiere ubicarse en el medio. El portugués José Luis Peixoto se quejó de que, como brasileño, no tiene un lugar fijo en el mundo literario. No lo invitan como caribeño ni como latinoamericano ni como hispanoamericano y, encima, habla portuñol. La twittera mexicana Cristina Rivera Garza, quien vive en la periferia, y no solo literariamente (vive en California), dice que la frontera ya no es un lugar sino un espacio virtual. No se habla de libros sino de escritura. Paco Ignacio Taibo, más prosaico, declaró que no podía hablar mal de los editores, los culpables de la marginación porque “los escritores no le importamos a nadie”. El infotografiable José Ovejero pateó el tablero al decir que estaba harto de que en las mesas de escritores se hablase siempre de editores y dijo sentirse muy feliz navegando entre las márgenes literarias donde viven los escritores que viven en libertad. Coincidió con ella la ecuatoriana Gabriela Aleman, feliz de escribir desde un país casi borrado del mapa literario con absoluta libertad.
Edmundo Paz Soldán dio una vuelta de tuerca interesante al hablar de otras fronteras literarias, es decir la frontera de los géneros. “Yo quiero escribir una novela de ciencia ficción” anunció y habló del gran modelo latinoamericano de novela de ciencia ficción que es Los Pichiciegos de Fogwill. Un paso de avanzada de un autor como Paz Soldán que, en medio de tanto folklorismo latinoamericano, usa iPad.
El futuro, señores míos, es la verdadera frontera.
(Tomado de http://ivanthays.com.pe/post/576676940)
Mairal pirata por Daniel Mordzinski
Foto: Daniel Mordzinski
Pedro Mairal echa al vuelo la cometa bajo el cielo azulísimo de Puerto Rico. No hay mensajes cifrados, pese al parche, el parche en el ojo, los huesos cruzados, la tétrica sonrisa. Bajo ese mismo cielo los piratas, siglos atrás, amenazaban la fortaleza. ¿A qué quiere sitiar, Mairal con tan frágil y aéreo batallón?
Tomado de http://ivanthays.com.pe/post/579841023
Medio cuatrimestre
Ya está. Llegué a los parciales de las tres materiotas que estoy haciendo. Sòlo tengo la nota de uno (un 9, aplaudan) pero el placer está en todo lo que he leído, en todo lo que he escrito, en mis tardes y noches en Puán.
jueves, 27 de mayo de 2010
lunes, 24 de mayo de 2010
Bípedo sin cielo
TAN LEJOS DE LOS DIOSES
por Pedro Mairal*
El hombre, tan omnívoro y callado,
metiéndose en la ropa, atravesando
hileras de botones que se abren
o patíbulos, puertas o tristezas,
bajando en ascensores al invierno,
bostezando, subiendo a colectivos
que pegan coletazos de colores
en todas las esquinas, detestando,
viajando entre sus prójimos lejanos,
tan frágil, vertical, embotellado,
tan buscador, tan lejos de los dioses,
trasnochado mamífero embustero
que emana de la boca de los subtes,
que fuma, tan mendigo del asombro,
tan rey cuando le lustran los zapatos,
tan peatonal y bípedo sin cielo,
regresando con tráfico en las venas,
cautivo en geometrías y bullicio,
soñando alcantarillas, despertando.
Tan asfáltico, el hombre, tan urbano.
por Pedro Mairal*
El hombre, tan omnívoro y callado,
metiéndose en la ropa, atravesando
hileras de botones que se abren
o patíbulos, puertas o tristezas,
bajando en ascensores al invierno,
bostezando, subiendo a colectivos
que pegan coletazos de colores
en todas las esquinas, detestando,
viajando entre sus prójimos lejanos,
tan frágil, vertical, embotellado,
tan buscador, tan lejos de los dioses,
trasnochado mamífero embustero
que emana de la boca de los subtes,
que fuma, tan mendigo del asombro,
tan rey cuando le lustran los zapatos,
tan peatonal y bípedo sin cielo,
regresando con tráfico en las venas,
cautivo en geometrías y bullicio,
soñando alcantarillas, despertando.
Tan asfáltico, el hombre, tan urbano.
A propósito de El año del desierto
A propósito de El año del desierto
(Tomado de http://www.piedepagina.com/numero12/html/pedro_mairal.html )
Por Pedro Mairal
En el 2001 hubo una crisis en la Argentina, que para la gente de más de 45 años habrá sido una más, pero para mi generación fue la primera. De pronto ese modelo económico, esa ilusión de que nos acercábamos al primer mundo, se derrumbó, se cayó como un telón, y vimos que detrás estaba el basural, la tierra baldía. El Presidente huyó de la casa de gobierno en helicóptero. En diez días tuvimos cinco presidentes que fueron renunciando uno tras otro. Yo tenía mi dinero en el banco para comprarme una casa y los bancos quebraron y el dinero se esfumó en el aire. La explicación que se nos daba era que el dinero simplemente no existía más, o mejor dicho, nunca había existido, porque había pasado como en el juego de la silla: cuando se apaga la música y todos reclaman su silla, alguien se queda de pie. En el 2001 la musiquita funcional de los nuevos shoppings se cortó de golpe. Y ahí quedamos de pie muchos argentinos, sin entender bien qué había pasado, y con la licuadora comprada en cuotas bajo el brazo.
Quizá fue esa situación social, esa velocidad de cambio, esa revuelta, y la desaparición de mi casa y del proyecto de mi casa, lo que me llevó a imaginar un país que se iba borrando poco a poco. Pero no estoy seguro de que haya sido ese el detonante. También pudo haber sido la enfermedad progresiva de mi madre lo que me dictó la historia de esta intemperie que avanza. O quizá la posibilidad que se me presentaba en ese entonces de irme a vivir fuera del país. Como un miedo primario, inconciente, de que si me iba, si me exiliaba, la Argentina dejaría de existir (al menos para mí). No lo sé. Hablo de esto como se habla de un sueño cuando uno ya está despierto.
La cuestión es que una mañana me cayó la idea de la novela en la cabeza, me fulminó como un rayo. Quedé tumbado en la cama mientras el cerebro hacía todas estas conexiones sin parar, como si la historia, como un virus, me usara el cerebro para ramificarse y ampliarse. Me imaginé qué pasaría si toda la historia argentina retrocediera –en un solo año– hacia su fundación, si la ciudad fuera reduciéndose al tamaño del pueblo que alguna vez fue y luego fuera sólo un pastizal. Pensé en el personaje de una mujer que atraviesa el vendaval imparable del tiempo en rewind. La intemperie avanza borrando gradualmente la ciudad y las costumbres civilizadas, y mi personaje va entrando, poco a poco y con resignación, en la barbarie como si fuera todo parte de una misma crisis: primero pierde su trabajo de secretaria en una de esas torres financieras del centro, deambula, trabaja de enfermera, trabaja en limpieza, va perdiendo todos sus derechos (todos los derechos que ganó la mujer en el siglo xx), entra en la prostitución, comete un crimen, huye y parece perderse entre las nuevas tribus precolombinas y los malones. Quería mostrar la eterna crisis argentina pero potenciada hasta la destrucción total, hasta que sólo quedan el desierto y una voz para contar la historia.
Me llevó un año escribir la novela y otros dos años corregirla. Durante ese tiempo investigué y escribí todos los días. Investigaba la cronología del progreso, la inmigración y el crecimiento argentinos para hacer lo inverso en mi novela. Me metí en el pasado, pero terminé, sin proponérmelo, mostrando más el presente o incluso el futuro. Porque todos esos estados de deterioro se encuentran ahora presentes en la Argentina, por más de que hoy en día, a mediados del 2007, la situación social no esté tan convulsionada. Ahora mismo conviven los parches de primer mundo, amurallados y paranoicos, con la ruina casi medieval de los hospitales públicos, con la emigración de la clase media que se exilia al hemisferio norte en busca de oportunidades, con las villas miserias y los ranchos donde la gente vive en condiciones prehistóricas. Todo está presente ahora. Quizá yo no hice más que hacer pasar linealmente a un personaje a través de cuadros o situaciones cada vez menos civilizadas, pero que conviven hoy en día en la zona del Río de la Plata. Por supuesto que en la novela hay un correlato con la historia nacional, pero contada más desde la pesadilla de la historia y también desde mi confusión de mal estudiante, una historia con lagunas, mal aprendida, o en todo caso aprendida a mi manera, aprendida al revés.
(El año del desierto, Interzona, 2005)
(Tomado de http://www.piedepagina.com/numero12/html/pedro_mairal.html )
Por Pedro Mairal
En el 2001 hubo una crisis en la Argentina, que para la gente de más de 45 años habrá sido una más, pero para mi generación fue la primera. De pronto ese modelo económico, esa ilusión de que nos acercábamos al primer mundo, se derrumbó, se cayó como un telón, y vimos que detrás estaba el basural, la tierra baldía. El Presidente huyó de la casa de gobierno en helicóptero. En diez días tuvimos cinco presidentes que fueron renunciando uno tras otro. Yo tenía mi dinero en el banco para comprarme una casa y los bancos quebraron y el dinero se esfumó en el aire. La explicación que se nos daba era que el dinero simplemente no existía más, o mejor dicho, nunca había existido, porque había pasado como en el juego de la silla: cuando se apaga la música y todos reclaman su silla, alguien se queda de pie. En el 2001 la musiquita funcional de los nuevos shoppings se cortó de golpe. Y ahí quedamos de pie muchos argentinos, sin entender bien qué había pasado, y con la licuadora comprada en cuotas bajo el brazo.
Quizá fue esa situación social, esa velocidad de cambio, esa revuelta, y la desaparición de mi casa y del proyecto de mi casa, lo que me llevó a imaginar un país que se iba borrando poco a poco. Pero no estoy seguro de que haya sido ese el detonante. También pudo haber sido la enfermedad progresiva de mi madre lo que me dictó la historia de esta intemperie que avanza. O quizá la posibilidad que se me presentaba en ese entonces de irme a vivir fuera del país. Como un miedo primario, inconciente, de que si me iba, si me exiliaba, la Argentina dejaría de existir (al menos para mí). No lo sé. Hablo de esto como se habla de un sueño cuando uno ya está despierto.
La cuestión es que una mañana me cayó la idea de la novela en la cabeza, me fulminó como un rayo. Quedé tumbado en la cama mientras el cerebro hacía todas estas conexiones sin parar, como si la historia, como un virus, me usara el cerebro para ramificarse y ampliarse. Me imaginé qué pasaría si toda la historia argentina retrocediera –en un solo año– hacia su fundación, si la ciudad fuera reduciéndose al tamaño del pueblo que alguna vez fue y luego fuera sólo un pastizal. Pensé en el personaje de una mujer que atraviesa el vendaval imparable del tiempo en rewind. La intemperie avanza borrando gradualmente la ciudad y las costumbres civilizadas, y mi personaje va entrando, poco a poco y con resignación, en la barbarie como si fuera todo parte de una misma crisis: primero pierde su trabajo de secretaria en una de esas torres financieras del centro, deambula, trabaja de enfermera, trabaja en limpieza, va perdiendo todos sus derechos (todos los derechos que ganó la mujer en el siglo xx), entra en la prostitución, comete un crimen, huye y parece perderse entre las nuevas tribus precolombinas y los malones. Quería mostrar la eterna crisis argentina pero potenciada hasta la destrucción total, hasta que sólo quedan el desierto y una voz para contar la historia.
Me llevó un año escribir la novela y otros dos años corregirla. Durante ese tiempo investigué y escribí todos los días. Investigaba la cronología del progreso, la inmigración y el crecimiento argentinos para hacer lo inverso en mi novela. Me metí en el pasado, pero terminé, sin proponérmelo, mostrando más el presente o incluso el futuro. Porque todos esos estados de deterioro se encuentran ahora presentes en la Argentina, por más de que hoy en día, a mediados del 2007, la situación social no esté tan convulsionada. Ahora mismo conviven los parches de primer mundo, amurallados y paranoicos, con la ruina casi medieval de los hospitales públicos, con la emigración de la clase media que se exilia al hemisferio norte en busca de oportunidades, con las villas miserias y los ranchos donde la gente vive en condiciones prehistóricas. Todo está presente ahora. Quizá yo no hice más que hacer pasar linealmente a un personaje a través de cuadros o situaciones cada vez menos civilizadas, pero que conviven hoy en día en la zona del Río de la Plata. Por supuesto que en la novela hay un correlato con la historia nacional, pero contada más desde la pesadilla de la historia y también desde mi confusión de mal estudiante, una historia con lagunas, mal aprendida, o en todo caso aprendida a mi manera, aprendida al revés.
(El año del desierto, Interzona, 2005)
domingo, 23 de mayo de 2010
jueves, 20 de mayo de 2010
Un buen poema
Si uno diluye un buen poema en un litro de agua consigue un cuento regular. Si uno diluye ese cuento en diez litros de agua, consigue una novela innecesaria.
Pedro Mairal
Pedro Mairal
Muchos poetas
A la puta que se llevó mis poemas
Charles Bukowsky
" Algunos dicen que debemos eliminar del poema
los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero
¡POR DIOS!
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!
¡Es intolerable!
¿Tratas de joderme como a los demás?
¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero?
Usualmente lo sacan de los dormitorios y de los pantalones borrachos y enfermos
en el rincón.
La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de 50,
pero no mis poemas.
No soy Shakespeare
pero puede ser que algún día ya no escriba más,
abstractos o de los otros.
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios,
cruzándose de piernas:
veo que he creado muchos poetas pero no mucha poesía. "
Charles Bukowsky
" Algunos dicen que debemos eliminar del poema
los remordimientos personales,
permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero
¡POR DIOS!
¡Doce poemas perdidos y no tengo copias!
¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores!
¡Es intolerable!
¿Tratas de joderme como a los demás?
¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero?
Usualmente lo sacan de los dormitorios y de los pantalones borrachos y enfermos
en el rincón.
La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de 50,
pero no mis poemas.
No soy Shakespeare
pero puede ser que algún día ya no escriba más,
abstractos o de los otros.
Siempre habrá dinero y putas y borrachos
hasta que caiga la última bomba,
pero como dijo Dios,
cruzándose de piernas:
veo que he creado muchos poetas pero no mucha poesía. "
Acto creativo
Acto creativo
Charles Bukowski
Por el huevo roto en el suelo
Por el 5 de julio
Por el pez en la pecera
Por el viejo de la habitación nº 9
Por el gato sobre el muro
Por ti mismo
No por la fama
Ni por el dinero
Tienes que seguir luchando
Cuanto te haces viejo
Disminuye el atractivo
Es más fácil cuando se es joven
Cualquiera puede alcanzar
Las alturas alguna que otra vez
La clave consiste en
Resistir
Cualquier cosa que sirva
Para que
Esta vida siga bailando
Frente a
Doña Muerte.
Charles Bukowski
Por el huevo roto en el suelo
Por el 5 de julio
Por el pez en la pecera
Por el viejo de la habitación nº 9
Por el gato sobre el muro
Por ti mismo
No por la fama
Ni por el dinero
Tienes que seguir luchando
Cuanto te haces viejo
Disminuye el atractivo
Es más fácil cuando se es joven
Cualquiera puede alcanzar
Las alturas alguna que otra vez
La clave consiste en
Resistir
Cualquier cosa que sirva
Para que
Esta vida siga bailando
Frente a
Doña Muerte.
miércoles, 19 de mayo de 2010
Pedro Mairal en Puerto Rico
Un seudónimo para el pudor: entrevista a Pedro Mairal
24/02/2009
Tomado de http://noticias.universia.pr/vida-universitaria/noticia/2009/02/24/131734/seudonimo-pudor-entrevista-pedro-mairal.html )
El escritor argentino Pedro Mairal, ganador del Premio Clarín 1998 estuvo de visita en la Universidad de Puerto Rico donde impartió talleres de narrativa y participó del jurado del Segundo Certamen Literario Intrauniversitario que organiza el Recinto de R
Ana Teresa Toro
Universia Puerto Rico
El autor de Pornosonetos conoce el pudor. Cuesta creerlo, pero la calentura que mancha de rojo su rostro lo confirma. Es por eso que recurrió al seudónimo de Ramón Paz, como lo ha hecho otras tantas veces, para la escritura de este proyecto poético. Ya el seudónimo ha muerto. Ha sido revelado. No más pornosonetos y no más Ramón Paz. El pudor sigue ahí, pero el juego de ser otro le permite hablar desde la distancia.
Sin embargo, fue desde la cercanía que el escritor argentino Pedro Mairal, quien recientemente visitó la Isla, conversó con Universia Puerto Rico sobre el oficio literario que desempeña y sobre la relación del escritor con la academia; entre otros temas que quizás, tras la máscara de otro nombre hubiese contado mejor.
"Los seudónimos dan mucha libertad. Es decir, lo que tiene de malo a veces la poesía es que se lee en clave muy autobiográfica. La gente cree que si escribiste un poema sobre un tema eso te sucedió. Entonces, una manera de desarticular eso era escribir con un seudónimo. Ramón Paz no soy yo, es un yo lírico", cuenta el autor a su salida de uno de los talleres literarios que impartió en el Recinto de Río Piedras de la UPR. "También lo hago con personajes femeninos en internet. Es la libertad de meterte en otra cabeza, inventar otra voz", añade Mairal, quien una vez revela su identidad mata el seudónimo pues considera que su ciclo lógico ha terminado.
No siempre se sale con la suya. Recuerda una ocasión en la que una estudiante analizó un texto suyo, escrito bajo un seudónimo femenino, dentro de un cuerpo de textos de escritoras argentinas contemporáneas. La chica, al conocer la verdadera autoría, se sintió estafada.
"Yo entendí eso pero es parte del juego y me parece que no está mal porque hay demasiado mito y énfasis en el autor. Hay demasiado énfasis en cosas como si el autor es argentino, puertorriqueño, mujer o varón, transexual. Es verdad que esa parte influye pero uno inventa muchas cosas y de adentro de uno, salen cosas rarísimas que no tienen que ver con uno necesariamente", opina el ganador del Premio Clarín por su novela Una noche con Sabrina Love, que fue llevada al cine en el 2000. Mairal, recuerda con algo de espanto y sorpresa la vez en que la actriz Cecilia Roth apareció frente a él encarnando a su personaje para el filme. Probablemente la pesadilla de cualquier escritor, que un personaje se le aparezca de cuerpo presente.
Aunque reconoce que los premios literarios abren puertas a grandes editoriales rechaza el imaginario del escritor como figura pública. "No me gusta ese hombre que sale en la solapa del libro", confiesa quien se desubica un poco si entra a una librería y se topa con alguna de sus publicaciones como el libro de cuentos Hoy temprano (2001), los libros de poesía Tigre como los pájaros (1996) y Consumidor final (2003) o sus novelas El año del desierto (2005) y Salvatierra (2008).
Los libros de poesía seguramente los escribió en retazos de servilletas y recibos de compra, pues para él la poesía puede escribirse en cualquier parte y en cualquier momento. Ahora bien, para escribir narrativa procura el procesador de palabras y el silencio disciplinado del hogar.
Ahora bien en cuanto a su propia valoración de su obra, el hecho de haber estudiado letras lo coloca en el medio del debate entre lo avalado por la academia y lo que tiene el favor del público.
"Es raro, estudiar letras y escribir es como estar de los dos lados del mostrador. La carrera de letras no se mete mucho, por lo general, con la cocina de la escritura que es lo que estamos haciendo en el taller sino que enseña a ser un muy buen lector, así salís de la carrera de letras siendo un lector al que no se le escapa nada, ves todas las costuritas y le ponés un valor agregado al texto muy grande porque ves cosas que quizás el escritor no vio", explica ese autor cuya formación en literatura le permite jugar con sus textos y regodearse en las teorías. "A veces te apetece aplicarle Roland Barthes a un personaje", ejemplifica este autor que de todos modos prefiere los libros en sí mismos a los de crítica.
No parece preocupado por lo que digan los críticos, ni tampoco procura tratar las historias que "merecen ser contadas". Más bien escribe relacionándose con su época y muchas veces llega a lugares insospechados con su narrativa por mero accidente.
"Yo en Una noche con Sabrina Love no me propuse para nada mostrar mi época y fue leído como un novela de la crisis de valores. No me propuse eso pero hay una parte involuntaria de lo que uno quiere contar versus lo que uno acaba contando", cuenta.
Algo similar le ocurrió con En el año del desierto. Mairal pensó que estaba escribiendo una novela sobre la crisis en la Argentina, pues según describe, en el texto la crisis está potenciada hasta la destrucción total. "Después me di cuenta de que es una novela en la que estaba hablando, sin saberlo, de la enfermedad de mi madre. Ella tuvo una enfermedad degenerativa, fue perdiendo el habla, era una cosa que avanzaba lentamente y un día contándole a un amigo de qué trataba la novela y contándole de mi mamá, al contar las dos cosas juntas y me di cuenta que eran una sola", recuerda feliz de haberlo descubierto una vez finalizado el texto. Sino habría sido catastrófico.
Seguramente, ahora como lector formado y como lector y nada más, lo leerá y encontrará mucho más. Probablemente, ese sí sería el verdadero placer de un escritor que reniega un poco del valor de la autoría, encontrar un texto propio que le resulte tan ajeno como refrescante.
martes, 18 de mayo de 2010
Realismo ártico
:: Entrevistas ::
Realismo ártico
17-05-2010 | Kjartan Fløgstad
(Tomado del blog de Eterna Cadencia)
El noruego Kjartan Fløgstad, autor de Paraíso en la tierra (Lengua de trapo), habla en esta entrevista acerca de su relación con la literatura latinoamericana. Atravesado por el realismo mágico, bromea con que su literatura se encuentra en el realismo ártico.
Por P.Z.
Kjartan Fløgstad quería ser escritor, pero su primer trabajo fue en un barco mercante. Se ocupaba de engrasar los motores. Sauda, el pueblo noruego donde nació, mantenía un importante comercio marítimo gracias a la exportación de manganeso y otros metales. “Subirme al barco entraba en una larga tradición de las letras noruegas -explica-. La literatura nórdica tiene muchos escritores surgidos de clases populares. En América Latina es frecuente que sean de clase alta o diplomáticos, en Noruega no es así. Claro que literatura es un arte democrático: se necesitan un lápiz y un papelito para escribir el mejor poema del mundo.”
Su primer viaje a Latinoamérica fue en 1971, Kjartan 26 años. Desembarcó en Puerto Madero cuando todavía era un puerto. “En aquel entonces quería ser poeta y quería leer a los poetas en castellano. Pero cuando llegué, la Generación del Boom estaba escribiendo sus obras maestras. Llegué a Buenos Aires como poeta. Por leer a García Márquez y Cortázar volví a Noruega como prosista”.
En los siguientes cuarenta años, Kjartan Fløgstad publicó cuarenta libros, entre poesía, ensayos y novelas. Regresó a la Argentina en 20 ocasiones. Se convirtió en el traductor de Neruda en Noruega y realizó trabajos sobre Cortázar, Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Octavio Paz, Rafael Alberti, León Felipe y Francisco de Quevedo.
-A nosotros nos llega la literatura escandinava por Borges.
-Sí, pero no siempre es información exacta -se ríe-. Borges tenía mucho interés por los asuntos nórdicos, incluso tenía interés por dos chicas de descendencia noruega: las hermanas Lange. Norah Lange tenía una hermana que se llamaba Haidée Lange y, según cuentan los biógrafos, Borges estaba enamorado de ella. Aparecen nombres nórdicos en sus cuentos, por ejemplo en “Tlön Uqbar Orbis Tertius” (para mí su cuento definitivo) uno de los personajes se llama Gunnar Erfjord, que es la combinación del nombre del padre y el apellido de la madre de las hermanas Lange. Ese nombre es el aporte más importante de lo nórdico a la literatura latinoamericana.
*
Kjartan Fløgstad nació en 1944, cuando Eje y Aliados se mataban en una Europa convulsionada. En Noruega la guerra era un hecho tan palpable que aún se sienten los ecos. Todavía se habla de la Segunda Guerra Mundial como “La Guerra”: no hubo antes, no hubo después.
-Mi familia estaba en la resistencia; también la de mi mujer -dice Fløgstad sin que medie pregunta-. Eran de la resistencia nacionalista. No es algo que aparezca en la superficie, pero aún hoy surge la pregunta sobre en qué bando estuvo tu familia.
-¿Hay gente que reivindica la adhesión a la ocupación alemana?
-Ahora no, pero hay cierto revisionismo histórico que dice no era blanco y negro, sino que había grises. Pero en la oscuridad todos los gatos son grises… Me acuerdo de mi niñez, en ese pueblo industrial, que sabíamos exactamente quiénes eran los nazis. También en Buenos Aires: en la posguerra llegó una colonia muy grande de nazis noruegos, entre quinientos y mil, que querían radicarse aquí, pero les salió mal, la vieja colonia no quería tener nada que ver con ellos. Creo que todavía hoy los descendientes de los nazis no reciben invitaciones ir a la Embajada el 17 de mayo, nuestro día nacional.
*
La política, la Segunda Guerra, la literatura nórdica, el romance con América Latina: Fløgstad comprime estas tensiones en Paraíso en la tierra, novela editada por Lengua de Trapo que acaba de llegar a la Argentina. Allí cuenta el viaje de un joven chileno, hijo de un ingeniero noruego, que busca encontrarse con el fantasma de un padre que no conoció. El periplo desde un pueblo minero del interior de Chile hasta Noruega, la Tierra Prometida que no es tal.
-¿Por qué el padre del protagonista se llama como la consultora Arthur Andersen?
-Es algo satírico. La compañía Arthur Andersen quebró con la crisis de Enron, es un nombre relacionado con la corrupción. Y el hijo se llama José Andersen que, para los nórdicos, al pronunciarlo suena como el escritor danés H. C. Andersen. El nombre dice algo sobre ese personaje.
-¿A qué se debe que ubicaras a José en Chile?
-Soy uno de los noruegos que más sabe de Chile y quería situar la novela allí durante la dictadura de Pinochet. Hace 17 años estuve en el desierto de Atacama, allí había una placa que decía que el contenido arqueológico había sido llevado a Noruega por un ingeniero de nombre sueco. En aquel entonces Noruega y Suecia eran un reino, así que probablemente se tratara de una confusión. Empecé a pensar en lo que podría haber hecho este ingeniero en Chile, qué relaciones tendría. Seguramente tendría un amor, una amante o algo así. Así desembarcó en la ficción, donde resultó tener un hijo.
-En la novela se menciona el pinochetismo, pero te detenés muy particularmente en la dictadura en Argentina y los secuestros que se hicieron en la ESMA. ¿Qué te llevo incluir la represión ilegal argentina, por qué necesitaste mirar al resto de Latinoamérica?
-Varios argentinos me contaron sus historias, detalles sobre la represión. Hay historias orales, también historias escritas. Está el libro Nunca más. La historia de Chile todavía es una historia más cerrada, aunque aparecen algunas historias sobre la Caravana de la Muerte (hay un libro excelente que se llama Los zarpazos del Puma, de Patricia Verdugo).
-Mencionás también el Plan Cóndor y la participación de los Estados Unidos.
-Después de que los archivos del pentágono se han abierto se sabe mucho mas de eso. Creo que logré insultar a muchos catedráticos noruegos de literatura con ese episodio que me gusta mucho sobre la refugiada chilena: ellos, científicos, estudian a Ibsen con estudios que no tienen importancia, mientras que ella, una sirvienta, se queda después de trabajar buscando la verdad sobre el Plan Cóndor. Y cuando la descubren, primero la echan del trabajo y luego del país.
-Hay una gran cantidad de exiliados en Escandinavia. Chilenos, uruguayos, no tantos argentinos -que prefirieron París o España-, muchos peruanos apristas. Los hijos hablan español y sueco. ¿Que convirtió a Noruega en un lugar para los exiliados?
-El socialismo y las similitudes geográficamente. Hubo una decisión del Estado. Hay que decir que los suecos recibieron 30 mil exiliados chilenos y Noruega entre 6 y 7 mil. Suecia tiene un record impresionante de recibir refugiados políticos de muchos países. Últimamente de África.
-¿Esas comunidades logran interactuar con el resto de la población noruega?
-En general logran integrarse, pero en el sur todavía hay una colonia chilena y otra uruguaya. Se publican libros en castellano, poesías. En mi barrio en Oslo hay una comunidad uruguaya que me invita a celebrar el día nacional de Uruguay, hace unos años llegó Rosencoff para dar un discurso.
*
-¿Cuál es tu relación con la literatura de Ibsen? ¿Cómo te influye?
-Bueno, Ibsen es un caso particular y su legado es tan pesado ¿no? En Ibsen hay sólo una clase social: es una obra que trata de esos problemas de clase media. En mi literatura he tratado de escribir las situaciones de la clase obrera, la clase media y la clase alta.
-¿Qué escritores de Escandinavia, contemporáneos tuyos, te interesan o leíste?
-Entre los finlandeses hay un escritor que se llama Kjell Westö que me gusta mucho. También una chica sensacional, que se llama Sofi Oksamen acaba de recibir el premio más importante de la literatura escandinava. Y mi gran contemporáneo de la prosa noruega se llama Dag Solstad: hemos tenido una relación buena y mala.
-Como tiene que ser entre escritores.
-Pero es un gran escritor.
-¿Qué pensás de Kjell Askildsen?
-Es un gran escritor, pero su literatura va en una dirección opuesta a la mía.
-¿Cómo son los mecanismos de validación que tienen un escritor en Noruega? ¿A quién te enfrentás, cómo es la academia?
-El gran canon ahora es la televisión: la televisión decide si tú eres un escritor importante. Después vienen los periódicos. Luego el mundo académico, que en la actualidad, ya no tiene mucho peso.
Realismo ártico
17-05-2010 | Kjartan Fløgstad
(Tomado del blog de Eterna Cadencia)
El noruego Kjartan Fløgstad, autor de Paraíso en la tierra (Lengua de trapo), habla en esta entrevista acerca de su relación con la literatura latinoamericana. Atravesado por el realismo mágico, bromea con que su literatura se encuentra en el realismo ártico.
Por P.Z.
Kjartan Fløgstad quería ser escritor, pero su primer trabajo fue en un barco mercante. Se ocupaba de engrasar los motores. Sauda, el pueblo noruego donde nació, mantenía un importante comercio marítimo gracias a la exportación de manganeso y otros metales. “Subirme al barco entraba en una larga tradición de las letras noruegas -explica-. La literatura nórdica tiene muchos escritores surgidos de clases populares. En América Latina es frecuente que sean de clase alta o diplomáticos, en Noruega no es así. Claro que literatura es un arte democrático: se necesitan un lápiz y un papelito para escribir el mejor poema del mundo.”
Su primer viaje a Latinoamérica fue en 1971, Kjartan 26 años. Desembarcó en Puerto Madero cuando todavía era un puerto. “En aquel entonces quería ser poeta y quería leer a los poetas en castellano. Pero cuando llegué, la Generación del Boom estaba escribiendo sus obras maestras. Llegué a Buenos Aires como poeta. Por leer a García Márquez y Cortázar volví a Noruega como prosista”.
En los siguientes cuarenta años, Kjartan Fløgstad publicó cuarenta libros, entre poesía, ensayos y novelas. Regresó a la Argentina en 20 ocasiones. Se convirtió en el traductor de Neruda en Noruega y realizó trabajos sobre Cortázar, Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Octavio Paz, Rafael Alberti, León Felipe y Francisco de Quevedo.
-A nosotros nos llega la literatura escandinava por Borges.
-Sí, pero no siempre es información exacta -se ríe-. Borges tenía mucho interés por los asuntos nórdicos, incluso tenía interés por dos chicas de descendencia noruega: las hermanas Lange. Norah Lange tenía una hermana que se llamaba Haidée Lange y, según cuentan los biógrafos, Borges estaba enamorado de ella. Aparecen nombres nórdicos en sus cuentos, por ejemplo en “Tlön Uqbar Orbis Tertius” (para mí su cuento definitivo) uno de los personajes se llama Gunnar Erfjord, que es la combinación del nombre del padre y el apellido de la madre de las hermanas Lange. Ese nombre es el aporte más importante de lo nórdico a la literatura latinoamericana.
*
Kjartan Fløgstad nació en 1944, cuando Eje y Aliados se mataban en una Europa convulsionada. En Noruega la guerra era un hecho tan palpable que aún se sienten los ecos. Todavía se habla de la Segunda Guerra Mundial como “La Guerra”: no hubo antes, no hubo después.
-Mi familia estaba en la resistencia; también la de mi mujer -dice Fløgstad sin que medie pregunta-. Eran de la resistencia nacionalista. No es algo que aparezca en la superficie, pero aún hoy surge la pregunta sobre en qué bando estuvo tu familia.
-¿Hay gente que reivindica la adhesión a la ocupación alemana?
-Ahora no, pero hay cierto revisionismo histórico que dice no era blanco y negro, sino que había grises. Pero en la oscuridad todos los gatos son grises… Me acuerdo de mi niñez, en ese pueblo industrial, que sabíamos exactamente quiénes eran los nazis. También en Buenos Aires: en la posguerra llegó una colonia muy grande de nazis noruegos, entre quinientos y mil, que querían radicarse aquí, pero les salió mal, la vieja colonia no quería tener nada que ver con ellos. Creo que todavía hoy los descendientes de los nazis no reciben invitaciones ir a la Embajada el 17 de mayo, nuestro día nacional.
*
La política, la Segunda Guerra, la literatura nórdica, el romance con América Latina: Fløgstad comprime estas tensiones en Paraíso en la tierra, novela editada por Lengua de Trapo que acaba de llegar a la Argentina. Allí cuenta el viaje de un joven chileno, hijo de un ingeniero noruego, que busca encontrarse con el fantasma de un padre que no conoció. El periplo desde un pueblo minero del interior de Chile hasta Noruega, la Tierra Prometida que no es tal.
-¿Por qué el padre del protagonista se llama como la consultora Arthur Andersen?
-Es algo satírico. La compañía Arthur Andersen quebró con la crisis de Enron, es un nombre relacionado con la corrupción. Y el hijo se llama José Andersen que, para los nórdicos, al pronunciarlo suena como el escritor danés H. C. Andersen. El nombre dice algo sobre ese personaje.
-¿A qué se debe que ubicaras a José en Chile?
-Soy uno de los noruegos que más sabe de Chile y quería situar la novela allí durante la dictadura de Pinochet. Hace 17 años estuve en el desierto de Atacama, allí había una placa que decía que el contenido arqueológico había sido llevado a Noruega por un ingeniero de nombre sueco. En aquel entonces Noruega y Suecia eran un reino, así que probablemente se tratara de una confusión. Empecé a pensar en lo que podría haber hecho este ingeniero en Chile, qué relaciones tendría. Seguramente tendría un amor, una amante o algo así. Así desembarcó en la ficción, donde resultó tener un hijo.
-En la novela se menciona el pinochetismo, pero te detenés muy particularmente en la dictadura en Argentina y los secuestros que se hicieron en la ESMA. ¿Qué te llevo incluir la represión ilegal argentina, por qué necesitaste mirar al resto de Latinoamérica?
-Varios argentinos me contaron sus historias, detalles sobre la represión. Hay historias orales, también historias escritas. Está el libro Nunca más. La historia de Chile todavía es una historia más cerrada, aunque aparecen algunas historias sobre la Caravana de la Muerte (hay un libro excelente que se llama Los zarpazos del Puma, de Patricia Verdugo).
-Mencionás también el Plan Cóndor y la participación de los Estados Unidos.
-Después de que los archivos del pentágono se han abierto se sabe mucho mas de eso. Creo que logré insultar a muchos catedráticos noruegos de literatura con ese episodio que me gusta mucho sobre la refugiada chilena: ellos, científicos, estudian a Ibsen con estudios que no tienen importancia, mientras que ella, una sirvienta, se queda después de trabajar buscando la verdad sobre el Plan Cóndor. Y cuando la descubren, primero la echan del trabajo y luego del país.
-Hay una gran cantidad de exiliados en Escandinavia. Chilenos, uruguayos, no tantos argentinos -que prefirieron París o España-, muchos peruanos apristas. Los hijos hablan español y sueco. ¿Que convirtió a Noruega en un lugar para los exiliados?
-El socialismo y las similitudes geográficamente. Hubo una decisión del Estado. Hay que decir que los suecos recibieron 30 mil exiliados chilenos y Noruega entre 6 y 7 mil. Suecia tiene un record impresionante de recibir refugiados políticos de muchos países. Últimamente de África.
-¿Esas comunidades logran interactuar con el resto de la población noruega?
-En general logran integrarse, pero en el sur todavía hay una colonia chilena y otra uruguaya. Se publican libros en castellano, poesías. En mi barrio en Oslo hay una comunidad uruguaya que me invita a celebrar el día nacional de Uruguay, hace unos años llegó Rosencoff para dar un discurso.
*
-¿Cuál es tu relación con la literatura de Ibsen? ¿Cómo te influye?
-Bueno, Ibsen es un caso particular y su legado es tan pesado ¿no? En Ibsen hay sólo una clase social: es una obra que trata de esos problemas de clase media. En mi literatura he tratado de escribir las situaciones de la clase obrera, la clase media y la clase alta.
-¿Qué escritores de Escandinavia, contemporáneos tuyos, te interesan o leíste?
-Entre los finlandeses hay un escritor que se llama Kjell Westö que me gusta mucho. También una chica sensacional, que se llama Sofi Oksamen acaba de recibir el premio más importante de la literatura escandinava. Y mi gran contemporáneo de la prosa noruega se llama Dag Solstad: hemos tenido una relación buena y mala.
-Como tiene que ser entre escritores.
-Pero es un gran escritor.
-¿Qué pensás de Kjell Askildsen?
-Es un gran escritor, pero su literatura va en una dirección opuesta a la mía.
-¿Cómo son los mecanismos de validación que tienen un escritor en Noruega? ¿A quién te enfrentás, cómo es la academia?
-El gran canon ahora es la televisión: la televisión decide si tú eres un escritor importante. Después vienen los periódicos. Luego el mundo académico, que en la actualidad, ya no tiene mucho peso.
Fogwill, la argentinidad al palo
Fogwill, la argentinidad al palo
18-05-2010 | Fogwill, Guillermo Belcore
(Tomado de http://blog.eternacadencia.com.ar/?p=7870 )
Una lectura de los Cuentos completos de Fogwill.
Por Guillermo Belcore. Foto: Lucio Ramírez.
cuentos completosEstas líneas oportunistas hacen eco a un reciente perfil de P.Z. El propósito, empero, es noble: recomendar un libro imprescindible que se ha publicado el año pasado. El sello Alfaguara atesoró en un volumen de más de cuatrocientas cincuenta páginas (¡ah los libros gruesos!) todos los cuentos que Fogwill escribió y no considera descartables. Su valor es extraordinario: no sólo encierra decenas de historias interesantes (con sexo, drogas y alcohol) y algunas hipótesis brillantes, también incluye el mejor nomenclátor del habla de los argentinos.
Karl Kraus, el máximo autor satírico en idioma alemán, recomendaba frecuentar una sola clase de escritor . “La lengua es la única quimera cuyo ilusorio poder es infinito, algo inagotable que impide que la vida se empobrezca. Que los hombres aprendan a servir a la lengua”, sentenció en las postrimerías de la Viena imperial. Servir a la lengua es explotar el poder y la belleza de las palabras y sus combinaciones. En eso consiste -supongo- el arte de escribir bien. Desarrollar un estilo personalísimo atento a la fuerza espiritual y física de la lengua. Tengo para mí que la miseria expresiva -tan patente en ciertos narradores de la nueva camada- es capaz de estropear una buena anécdota. El texto indigente no es literario, es un cachivache. Estoy convencido de que la elección de los adjetivos o el dominio de la metáfora son tan decisivos como la construcción de los personajes. Bueno, Fogwill es precisamente -y por encima de cualquier otra consideración- un servidor de la lengua, uno de esos artistas que justifican la definición de Heidegger del lenguaje como casa del ser.
fogwill
Es notable la capacidad de Fogwill para escoger el vocablo perfecto. Cuando nos recalca en “Dos hilitos de sangre” que los taxistas cincuentones, víctimas de una rara epidemia, salen a pucherear, no hay, pienso, en todo el universo argentino un término más preciso que ése. Pucherear, ¡qué bonita palabra! Como maula, u otario, o gualdrapeo, o chitrula, o granujadas. Fogwill dice mucho con una rara economía verbal (al contrario del Fogwill columnista o personaje de las entrevistas). ¿Lo habrá aprendido de Borges, a quien en el reportaje de P.Z. reconoce como su gran influencia? Recuerdo que Borges escribió que en cierta pulpería rosada vendían “alcohol pendenciero”. Observen la expresión: “alcohol pendenciero”, en sólo dos palabras aprehendemos la idea de que en el lugar se arman terribles trifulcas entre borrachos. ¡Con sólo dos palabras! Eso es talento expresivo, con sólo dos palabras se evita la monótona repetición de palabras a la que nos vemos obligados los que integramos el pelotón del medio. ¿De qué recoveco de la imaginación surgen los diálogos tan filosos como avaros que urde Fogwill o las sublimes asociaciones borgeanas, tipo “pánica llanura”?
Coincido con el prólogo excelente de Elvio Gandolfo, el volumen que hoy releo tiene algunos de los mejores relatos que ha engendrado la Patria. Escribí hace un tiempo que el hilo dorado que atraviesa el variadísimo repertorio de Cuentos completos es la ambición lingüística, el rigor semántico y la captura de un habla. Fogwill ha confinado al papel la jerga de la marinería, los clichés de una generación, las alucinaciones del intoxicado con drogas o con lujuria, las sinestesias del sueño, la singularidad del hampa o del snob, el arte de injuriar. Les aseguro que el caudal es im-pre-sio-nan-te. Las red de palabras me abdujo y -no sé ustedes- pero eso es justamente lo que le he venido exigiendo a la literatura desde la tierna infancia: un ilimitado oasis donde mi yo hedónico pueda evadirse de la estúpida realidad. Dicho con palabras de Nietzsche -otro gran servidor de la lengua- “contamos con el arte para que la verdad no nos destruya”.
PD: Este símil magnífico es de Fogwill: “inmóvil como punga en requisa“.
sábado, 15 de mayo de 2010
Los pusilánimes
Los pusilánimes.
(Tomado de http://canallamalapata.blogspot.com/2005/06/los-pusilnimes.html)
Ese individuo que va de mosquita muerta por la vida, lamiéndole el culo a la gente, buscando un poco de cariño y de calor hasta que un día encuentra un filón, hace o dice algo que llama la atención a los que le rodean. Tan pronto siente que los demás le jalean y lo apoyan se sube a las barbas de quien sea, porque no es Leonardo DiCaprio si no lo veríamos subido al palo ese del barco gritando: "SOY EL REY DEL MUNDOOOOO".
Lo mejor con estos individuos es alejarse, así te puedes divertir viendo cómo muestran su peor cara con toda la libertad y la soltura totalmente animados por el pensamiendo de "¡qué guay soy!" y no salpica la mierda.
Duran lo que tarda la gente en cansarse de sus gilipolleces y su discurso.
(Tomado de http://canallamalapata.blogspot.com/2005/06/los-pusilnimes.html)
Ese individuo que va de mosquita muerta por la vida, lamiéndole el culo a la gente, buscando un poco de cariño y de calor hasta que un día encuentra un filón, hace o dice algo que llama la atención a los que le rodean. Tan pronto siente que los demás le jalean y lo apoyan se sube a las barbas de quien sea, porque no es Leonardo DiCaprio si no lo veríamos subido al palo ese del barco gritando: "SOY EL REY DEL MUNDOOOOO".
Lo mejor con estos individuos es alejarse, así te puedes divertir viendo cómo muestran su peor cara con toda la libertad y la soltura totalmente animados por el pensamiendo de "¡qué guay soy!" y no salpica la mierda.
Duran lo que tarda la gente en cansarse de sus gilipolleces y su discurso.
miércoles, 12 de mayo de 2010
Taller de Felix Bruzzone
Taller de narrativa y afines
Coordina: Félix Bruzzone*
Funcionamiento
-. Grupos de hasta 6.
-. Lectura del material propio.
-. Comentarios en vivo, honestos como piedras.
-. Recomendaciones, intercambios y análisis de lecturas varias.
-. 2 horas, una vez por semana.
Idea
-. Comprometerse con la escritura propia y ajena a partir del intercambio hasta lograr la fruta, el fruto maduro y jugoso.
Días y horarios
.- Lunes de 15:30 a 17:30 y de 18:00 a 20:00.
Zona
-. Recoleta
Precio mensual
-. $130
Contacto
-. felixbruzzone@gmail.com
-. 15-6-117-9294
Consultas: nadie dude en escribirme o llamar.
*Félix Bruzzone nació en Buenos Aires en 1976. Publicó dos libros: 76 (cuentos, Ed. Tamarisco) y Los topos (novela, Ed. Mondadori); además: cuentos en antologías de Argentina, España y Alemania; y colaboraciones para distintos medios en papel y online. Fundó y codirige Ed. Tamarisco (www.hojasdetamarisco.blogspot.com). Estudió Letras en la UBA.
Coordina: Félix Bruzzone*
Funcionamiento
-. Grupos de hasta 6.
-. Lectura del material propio.
-. Comentarios en vivo, honestos como piedras.
-. Recomendaciones, intercambios y análisis de lecturas varias.
-. 2 horas, una vez por semana.
Idea
-. Comprometerse con la escritura propia y ajena a partir del intercambio hasta lograr la fruta, el fruto maduro y jugoso.
Días y horarios
.- Lunes de 15:30 a 17:30 y de 18:00 a 20:00.
Zona
-. Recoleta
Precio mensual
-. $130
Contacto
-. felixbruzzone@gmail.com
-. 15-6-117-9294
Consultas: nadie dude en escribirme o llamar.
*Félix Bruzzone nació en Buenos Aires en 1976. Publicó dos libros: 76 (cuentos, Ed. Tamarisco) y Los topos (novela, Ed. Mondadori); además: cuentos en antologías de Argentina, España y Alemania; y colaboraciones para distintos medios en papel y online. Fundó y codirige Ed. Tamarisco (www.hojasdetamarisco.blogspot.com). Estudió Letras en la UBA.
martes, 11 de mayo de 2010
La nobleza ridícula
Las Confesiones De Don Quijote
Luis García Montero
Casi nadie me llama por mi nombre,
vulgar y cotidiano como la rebeldía.
Prefieren otorgarme
la nobleza ridícula que yo mismo elegí,
el título de un pobre caballero,
de una triste ilusión,
y me recuerdan hoy
por el delirio de mis noches,
alunado, valiente
en la cabalgadura de los sueños
al confundir gigantes y molinos.
No les resulta fácil
convivir con el nombre de las cosas.
El dolor y el desvelo
convierten los rebaños en batallas,
las cuevas en enigmas
y la fealdad inhóspita en belleza.
Hermosa y respetable es la locura,
como la débil caridad del sueño,
hasta que descubrimos
las razones del Duque,
que invita al soñador y hace volar al loco
para fundar las normas de su corte,
las risas y los pleitos
que pudren corazones cortesanos.
Y ya no somos sombras,
sino cuerpos sin sombras,
ojos sin nadie
que viven en un reino de fantasmas
y han borrado las huellas de sus nombres
con un guante de plástico,
prendidos al vacío,
entre rosales pulcros y espinas bien cortadas,
como el jardín de un manicomio.
Madreselvas y lilas
alrededor de las preguntas
y de las soleadas canciones de los médicos.
Soy Alonso Quijano.
Yo recordé mi nombre en Barcelona,
después de ver el mar, de visitar la imprenta
y descubrir la farsa de mi vida
en la hospitalidad de los que hoy
repiten sin saberlo aquel destino
por el que me humillaban.
Fui derribado por mi propia burla,
cuando el azul del mundo,
en vez de gallardetes y clarines,
gastó la realidad de una palabra
para contar la arena
de los duelos perdidos
con los representantes de la luna.
Esta tare de junio y de San Juan,
en esta solitaria habitación de hotel
que nos buscó el azar de la poesía,
regreso a Barcelona,
a importunarte con mis confesiones,
porque sigues ahí,
en lugar de la ficción,
suspenso una vez más,
delante del papel,
con el bolígrafo apuntando al cielo,
la mano en la mejilla
y el codo en el bufete.
Porque resulta hermosa y respetable
la caridad del sueño,
se han celebrado mucho mis hazañas.
Pero si quieres verme,
más allá de los himnos de mi triste figura,
y saber cómo fui
en el paisaje oscuro de mi tiempo,
o cómo soy ahora
entre las libertades de tu siglo,
abre el balcón y asómate a las Ramblas.
Pasa la multitud, cumple la historia
de sus mercados y sus oficinas.
Hay hombres y mujeres
que cambian de argumento al detener un taxi,
besos que sólo con una frontera
para volver a un domicilio,
colecciones de barcos que se olvidan
en una mesa de café
y gentes consagradas a fundirse
bajo la luz ambigua
en la llanura de sus movimientos.
No montan el caballo de los héroes,
pero están convencidos
de su programación,
de sus constituciones y sus leyes,
igual que yo creí
en mis novelas de caballería.
El retablo del mundo
sustituye las noches
por la historia medida de las noches,
y la luz de los ojos por la sed de las cámaras,
y la piel por un hueco
que las manos dibujan en el aire.
Exígeles a la vida que te enseñe
a distinguir el mar del oleaje
que expulsa los desechos junto a las caracolas.
Al llegar a mi aldea
quise apretar el campo con los dedos
hasta sentir su araña
al lado de mi nombre,
la tarde que resiste en cada sílaba
dorada por la lluvia y el sol de la experiencia.
Volver será el oficio del amor,
incluso en un lugar impertinente.
Regresa tú también,
aprieta con tus manos el silencio
del último rencor
hasta sentir la caracola
que ha guardado la culpa y la inocencia
junto a la voz del mar,
esta canción añil
de los saludos y el adiós
que todavía compartimos.
Y que tu soledad camine por la casa,
vuelva de cuarto en cuarto
dejándose las luces encendidas,
por si alguien las ve,
y no quiere apagarlas,
y pregunta la historia que han escrito en su rostro,
las huellas de su nombre
vulgar y cotidiano como la rebeldía.
Como la rebeldía de la gente
que se atreve a vivir
fuera de las haciendas encantadas.
Luis García Montero
Casi nadie me llama por mi nombre,
vulgar y cotidiano como la rebeldía.
Prefieren otorgarme
la nobleza ridícula que yo mismo elegí,
el título de un pobre caballero,
de una triste ilusión,
y me recuerdan hoy
por el delirio de mis noches,
alunado, valiente
en la cabalgadura de los sueños
al confundir gigantes y molinos.
No les resulta fácil
convivir con el nombre de las cosas.
El dolor y el desvelo
convierten los rebaños en batallas,
las cuevas en enigmas
y la fealdad inhóspita en belleza.
Hermosa y respetable es la locura,
como la débil caridad del sueño,
hasta que descubrimos
las razones del Duque,
que invita al soñador y hace volar al loco
para fundar las normas de su corte,
las risas y los pleitos
que pudren corazones cortesanos.
Y ya no somos sombras,
sino cuerpos sin sombras,
ojos sin nadie
que viven en un reino de fantasmas
y han borrado las huellas de sus nombres
con un guante de plástico,
prendidos al vacío,
entre rosales pulcros y espinas bien cortadas,
como el jardín de un manicomio.
Madreselvas y lilas
alrededor de las preguntas
y de las soleadas canciones de los médicos.
Soy Alonso Quijano.
Yo recordé mi nombre en Barcelona,
después de ver el mar, de visitar la imprenta
y descubrir la farsa de mi vida
en la hospitalidad de los que hoy
repiten sin saberlo aquel destino
por el que me humillaban.
Fui derribado por mi propia burla,
cuando el azul del mundo,
en vez de gallardetes y clarines,
gastó la realidad de una palabra
para contar la arena
de los duelos perdidos
con los representantes de la luna.
Esta tare de junio y de San Juan,
en esta solitaria habitación de hotel
que nos buscó el azar de la poesía,
regreso a Barcelona,
a importunarte con mis confesiones,
porque sigues ahí,
en lugar de la ficción,
suspenso una vez más,
delante del papel,
con el bolígrafo apuntando al cielo,
la mano en la mejilla
y el codo en el bufete.
Porque resulta hermosa y respetable
la caridad del sueño,
se han celebrado mucho mis hazañas.
Pero si quieres verme,
más allá de los himnos de mi triste figura,
y saber cómo fui
en el paisaje oscuro de mi tiempo,
o cómo soy ahora
entre las libertades de tu siglo,
abre el balcón y asómate a las Ramblas.
Pasa la multitud, cumple la historia
de sus mercados y sus oficinas.
Hay hombres y mujeres
que cambian de argumento al detener un taxi,
besos que sólo con una frontera
para volver a un domicilio,
colecciones de barcos que se olvidan
en una mesa de café
y gentes consagradas a fundirse
bajo la luz ambigua
en la llanura de sus movimientos.
No montan el caballo de los héroes,
pero están convencidos
de su programación,
de sus constituciones y sus leyes,
igual que yo creí
en mis novelas de caballería.
El retablo del mundo
sustituye las noches
por la historia medida de las noches,
y la luz de los ojos por la sed de las cámaras,
y la piel por un hueco
que las manos dibujan en el aire.
Exígeles a la vida que te enseñe
a distinguir el mar del oleaje
que expulsa los desechos junto a las caracolas.
Al llegar a mi aldea
quise apretar el campo con los dedos
hasta sentir su araña
al lado de mi nombre,
la tarde que resiste en cada sílaba
dorada por la lluvia y el sol de la experiencia.
Volver será el oficio del amor,
incluso en un lugar impertinente.
Regresa tú también,
aprieta con tus manos el silencio
del último rencor
hasta sentir la caracola
que ha guardado la culpa y la inocencia
junto a la voz del mar,
esta canción añil
de los saludos y el adiós
que todavía compartimos.
Y que tu soledad camine por la casa,
vuelva de cuarto en cuarto
dejándose las luces encendidas,
por si alguien las ve,
y no quiere apagarlas,
y pregunta la historia que han escrito en su rostro,
las huellas de su nombre
vulgar y cotidiano como la rebeldía.
Como la rebeldía de la gente
que se atreve a vivir
fuera de las haciendas encantadas.
¿Qué es locura?
Disquisición en el insomnio
¿Qué es locura: ser caballero andante
o seguirlo como escudero?
¿De él o yo, quién es loco verdadero?
¿El que, despierto, sueña insanamente?
¿El que, aunque esté vendado,
sigue el sueño y ve lo real
de un loco por las brujas embrujado?
Heme, tal vez, único demente
y sabiéndome tal, fuera de quicio,
soy —insensato— un loco de juicio.
Carlos Drumond de Andrade
¿Qué es locura: ser caballero andante
o seguirlo como escudero?
¿De él o yo, quién es loco verdadero?
¿El que, despierto, sueña insanamente?
¿El que, aunque esté vendado,
sigue el sueño y ve lo real
de un loco por las brujas embrujado?
Heme, tal vez, único demente
y sabiéndome tal, fuera de quicio,
soy —insensato— un loco de juicio.
Carlos Drumond de Andrade
Bloguear
Y bloguear sobre el dolor, la desilusión y el resentimiento casi nos hace olvidar que alguien estuvo a punto de querernos de verdad pero se asustó.
lunes, 10 de mayo de 2010
Eligiendo tapa
domingo, 9 de mayo de 2010
viernes, 7 de mayo de 2010
Dos de Ale Schmidt
por qué nunca más presentaré un libro de poemas
porque de inmediato aparece
la mosca verde
el mal entendido
mujeres con aros dorados
gente que desprecio
porque el silencio
me tuerce los ojos
y la absoluta verdad de alguna línea
me pregunta
¿para ésto
para ése
para estos?
no nunca más
lo dejaré salir
si es un fuerte animal
si es una pluma alzada
un espejito
ese libro
cualquier libro de poemas
por malo por bueno que sea
que lleve su sed
y se aparte
como toda criatura
que busque el imposible lector
que no sea encontrado
en fuego frío
en distracciones que aplauden
sí
dejaré los poemas en su libro
bastante muerte es ésta.
por qué leo poemas en el trabajo
no es para salvarme de los animales
luis chavez dice que
el tiempo no entiende de estas cosas
para él
todos somos animales
la poesía detiene el tiempo
no es para pasar el tiempo
que leo en la oficina
conozco las reglas
mantengo las distancias
estas cuestiones de empleado
resultan inútiles para leer
soy interrumpido
soy un pobre y contumaz amediocre
lo cual no se remedia leyendo poemas en el trabajo
ni escribiéndolos
o sintiendo que no importa
que voy hacia la muerte
con una línea de dios
y los labios cerrados
pero
otra vez
abro francamente ese libro
de Kavafis
adivino los rumores de Alejandría
y me embrutezco de soledad
de silencio.
de Silencio al fondo,Ediciones Salido/Ediciones Radamanto,Junín-Villa María- 2000
Publicado por Alejandro Schmidt
porque de inmediato aparece
la mosca verde
el mal entendido
mujeres con aros dorados
gente que desprecio
porque el silencio
me tuerce los ojos
y la absoluta verdad de alguna línea
me pregunta
¿para ésto
para ése
para estos?
no nunca más
lo dejaré salir
si es un fuerte animal
si es una pluma alzada
un espejito
ese libro
cualquier libro de poemas
por malo por bueno que sea
que lleve su sed
y se aparte
como toda criatura
que busque el imposible lector
que no sea encontrado
en fuego frío
en distracciones que aplauden
sí
dejaré los poemas en su libro
bastante muerte es ésta.
por qué leo poemas en el trabajo
no es para salvarme de los animales
luis chavez dice que
el tiempo no entiende de estas cosas
para él
todos somos animales
la poesía detiene el tiempo
no es para pasar el tiempo
que leo en la oficina
conozco las reglas
mantengo las distancias
estas cuestiones de empleado
resultan inútiles para leer
soy interrumpido
soy un pobre y contumaz amediocre
lo cual no se remedia leyendo poemas en el trabajo
ni escribiéndolos
o sintiendo que no importa
que voy hacia la muerte
con una línea de dios
y los labios cerrados
pero
otra vez
abro francamente ese libro
de Kavafis
adivino los rumores de Alejandría
y me embrutezco de soledad
de silencio.
de Silencio al fondo,Ediciones Salido/Ediciones Radamanto,Junín-Villa María- 2000
Publicado por Alejandro Schmidt
jueves, 6 de mayo de 2010
Amores de tanta grandeza
EL GIGANTE DE OJOS AZULES
(Hikmet / Rot)
Juan Carlos Baglietto (Argentina)
Un gigante de ojos azules
amaba a una mujer pequeña
que su sueño era una casita
pequeña como para ella
que tuviera en su frente un jardín
un jardín con madreselvas.
Un gigante de ojos azules
amaba a una mujer pequeña
que muy pronto ya se ha cansado
de tan desmesurada empresa
que no terminaba en jardines
jardines con madreselvas.
Adios ojos azules, dijo,
Y con gracia muy voltereta
del brazo de un enano rico
entró en la casita pequeña
que en el frente tenía un jardín
un jardín con madreselvas.
El gigante comprende ahora
que amores de tanta grandeza
no caben ni siquiera muertos
en esas casas de muñecas
que en el frente tienen jardines
jardines con madreselvas.
(Hikmet / Rot)
Juan Carlos Baglietto (Argentina)
Un gigante de ojos azules
amaba a una mujer pequeña
que su sueño era una casita
pequeña como para ella
que tuviera en su frente un jardín
un jardín con madreselvas.
Un gigante de ojos azules
amaba a una mujer pequeña
que muy pronto ya se ha cansado
de tan desmesurada empresa
que no terminaba en jardines
jardines con madreselvas.
Adios ojos azules, dijo,
Y con gracia muy voltereta
del brazo de un enano rico
entró en la casita pequeña
que en el frente tenía un jardín
un jardín con madreselvas.
El gigante comprende ahora
que amores de tanta grandeza
no caben ni siquiera muertos
en esas casas de muñecas
que en el frente tienen jardines
jardines con madreselvas.
Mi vida
Mi vida es mía y de nadie más
yo voy a decidir
en mi locura, mis aventuras
mi libertad, mi fin.
yo voy a decidir
en mi locura, mis aventuras
mi libertad, mi fin.
lunes, 3 de mayo de 2010
Luna Nueva
Una desilusión. Yo que esperaba babearme decentemente con el lobito, llorar un rato de sillón con amores ajenos, me quedé fría y aburrida. Nada. Ni los vampiros muerden, ni los lobitos aullan demasiado. Ni siquiera Bella se desgarra de tristeza.
(El recurso para las transformaciones en hombrelobo es patético: parecen los muñecos de peluche apelmazado que tengo guardados por ahí).
A mis alumnas les está costando convencerme de leer el tomo 3 de la saga.
(El recurso para las transformaciones en hombrelobo es patético: parecen los muñecos de peluche apelmazado que tengo guardados por ahí).
A mis alumnas les está costando convencerme de leer el tomo 3 de la saga.
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Lunes por la madrugada...
Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...
que sonríe cómplice de amor...