Anoche soñé algo bastante angustiante. Yo entraba, ya llorando, al comedor de esta casa donde vivo ahora y veía que mi mamá (ella era "la dueña de casa") había sacado de mis estantes (los que tengo ahora, los que llamo "mis nobibliotecas") mis cosas. Me iba a buscarla al otro cuarto, el que ahora es estudio de Magda y le decía, llorando:
"¿Tenías que sacar mis zapatos y mis muñecos?" Ella revolvía el placar y sí, era inevitable sacarlos, yo lo sabía, aunque ella no me lo decía, me obligaba. Yo volvía a mirar los estantes y gritaba: "¿Mis libros también los sacaste? Yo los había puesto en mi forma, unos al lado de otros a mi manera..." Y en los estantes mi mamá había puesto adornitos de cerámica y cositas indefinidas como que formaban una ciudad o un caminito con cosas boludas de adorno.
Eso fue todo.
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