viernes, 20 de septiembre de 2024

Poetas rumanas contemporáneas

 

RUMANÍA RE-VIVIDA. SOMBRAS, INCENDIOS Y DESVANES: POETAS RUMANAS CONTEMPORÁNEAS. Playlist del programa RUMBO AL ESTE nº155 (T04) Estreno: miércoles, 02 de JUNIO de 2021, a las 17.00 CEST en RADIO CLÁSICA, RNE (RTVE)

RUMANÍA RE-VIVIDA. SOMBRAS, INCENDIOS Y DESVANES: POETAS CONTEMPORANÁNEAS RUMANAS

Desde siempre, la poesía ha dado cuenta mejor que ningún otro arte, de la vivencia humana universal a través del prisma subjetivo. Hoy en el programa escucharemos voces de poetas rumanas extraídas de un libro excepcional, que acaba de publicar la Editorial VASO ROTO: Sombras, incendios y desvanes. Diecisiete poetas rumanas (1961-1980). La música la ponen: Roots Revival ROMANIA.

PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA ” RUMBO AL ESTE”: RUMANÍA RE-VIVIDA. SOMBRAS, INCENDIOS Y DESVANES: POETAS CONTEMPORANÁNEAS RUMANASHAZ CLICK en ESTE ENLACE

PISTA 01.- Trei Focuri

Intérprete(s): Roots Revival Romania

Trei Focuri por Roots Revival Romania

Hoy en el lugar central de nuestro programa de nuevo colocamos la poesía. Cada vez nos parece más imprescindible en nuestro convulso y despiadado mundo de soledades.

Nos hemos interesado por el recién publicado libro de la Editorial Vaso Roto Sombras, incendios y desvanes. Diecisiete poetas rumanas (1961-1980). Edición BILINGÜE. Selección y traducción Catalina Iliescu. Bajo el sello editorial Vaso Roto, fundado en 2003 por Jeannette Clariond, se creó en primera instancia la colección Poesía, que en 2009 adopta su formato actual, quizá el más emblemático del catálogo en su conjunto. Vaso Roto tiene como misión dar a conocer voces aún no difundidas en español, reeditar, en nuevas traducciones, a poetas, narradores y ensayistas extranjeros, así como publicar voces que se consideran necesarias en la formación de lectores.

La crítica, ensayista, escritora y traductora Simona Sora, quien firma el prólogo de este libro que hoy os recomendamos vivamente, advierte desde el inicio que “troquelar en la efervescente poesía rumana de las generaciones 1990 y 2000 una zona que contenga sólo diecisiete autoras nacidas entre 1960 y 1980 supone una doble (o, incluso, triple) dificultad.

La música la pone Roots Revival Romania que hace unos años centró su mirada en la creación rumana popular y tradicional y la puso en diálogo con otras culturas a través de diversos instrumentos y sutiles arreglos.

PISTA 02.– Escape

Intérprete(s): Roots Revival Romania

Escape por Roots Revival Romania

ROOTS REVIVAL ROMANIA lo componen; las vocalistas, Monica Lucia Madash y Maria Casandra Huashi,  Meg Rosaleen Hamilton al violín, Alexandry Arkush,  al kaval y saxofón, Ghassan Bouz al darbouka, Mehmet Polat, al oud, Emmanuel Hovannisyan al duduk,  Aleix Tobias Sabater y Ruven Rupik, a la percisión y Mehdi Aminian al ney, además de vocalista y productor.

La poesía contemporánea rumana escrita por mujeres poetas es como un puñetazo en el estómago, como una bofetada. Y esto lo digo como el mayor de los elogios, porque no me gusta que la poesía contemporánea sea lisonjera y relamida. Las voces de las 17 poetas rumanas son absolutamente singulares y absolutamente diversas, aunque la atmósfera que desprenden las una. Se puede decir que se trate de un expresionismo poético que no para de ofrecernos hallazgos a cada paso.

Por limitaciones de tiempo, tan solo alcanzamos a entresacar algunos hilos de este deslumbrante tapiz. En este caso por deslumbrante entiendo aquello que atrae tu mirada, ineluctable y sorpresivamente. Confiamos en que nuestra lectura os intrigue lo suficiente como para adquirir este impactante libro, majestuoso en la desnudez de las entrañas de sus autoras, que nos ha dejado honda huella. Un libro que te impele a volver a su lectura una y otra vez, que te renueva los oídos y los ojos y te sacude tanto que te es difícil soltarlo.

PISTA 03.- CIULEANDRA

Intérprete(s): Roots Revival Romania

CIULEANDRA por Roots Revival Romania

PISTA 04.- AIR

Intérprete(s): Roots Revival Romania

AIR por ROOTS REVIVAL ROMANIA

No tenemos el permiso de la editorial para reproducir los poemas en esta página WEB, pero sí podemos nombrar a las poetas cuya obra encontraréis en este libro. Son: Judith Mészáros, Rodica Draghinescu, Ruxandra Cesereanu, Simona Popescu, Doina Ioanid, Svetlana Cârstean, Alice Popescu, Ioana Nicolaie, Adela Greceanu, Teodora Coman, Ana Dragu, Ştefania Mihalache, Moni Stănilă, Domnica Drumea, Cristina Ispas, Ruxandra Novac y Andra Rotaru.

PISTA 05.- Ia uite-o Zău!

Intérprete(s): Roots Revival Romania

Ia uite-o Zău! por Roots Revival Romania

Hoy no hemos comentado nada de la música porque teníamos palabras más urgentes que deciros. Palabras de diecisiete poetas rumanas cuya poesía acaba de salir publicada en español en el Editorial Vaso Roto: el libro se titula Sombras, incendios y desvanes. Selección y soberbia traducción de Catalina Iliescu. ¡La poesía y la música NOS HACEN MÁS FALTA QUE NUNCA! En nuestra humilde opinión….

PISTA 06.– Doina din Maramureș (with Mehdi Aminian)

Intérprete(s): Roots Revival Romania

Doina din Maramureș por Roots Reviaval Romania (with Mehdi Aminian)

¡ABRAZOS! ¡NO PERDÁIS EL ESTE!

Maja.

Ioana Nicolaie (la de Cartarescu)

 

5 poemas de «Autoimun» (2013), de Ioana Nicolaie

 

Por Ioana Nicolaie*

Traducción del rumano al español por Ioana Alexandrescu**

Crédito de la foto (izq.) Ed. Cartea Romaneasca /

(der.) ©Mircea Cărtărescu

 

 

5 POEMAS DE AUTOIMUN (2013),

 DE IOANA NICOLAIE

 

 

EN UN PAÍS EXTRANJERO

 

A veces soy pintor

Abro la nube como si fuera una prenda

Y la quito de los árboles

Para pegarla, parche tras parche,

Al otoño de cristal.

He aquí su esqueleto en las ramas

He aquí sus balcones con geranios

Y al hombre de avanzada edad sin camisa

Cuando el viento comienza y hay menos de diez grados.

 

Arriba, un pintor más grande pinta

Un viaje hacia Frankfurt

A mediados de octubre

Cuando vi caer la primera nieve

Sabiendo que era invierno

Y que no cabríamos los tres

En las mismas botas.

 

Alguien, aún más arriba, dibuja

No lo que recuerdo, no a la niña

Tallando arcos y saetas

Con punta de clavo

No el pozo en el fango o la mariposa con alas de lodo

No a mis hermanos trabajando desde que nacieron,

Ansiando el caramelo de leche

que a veces traía mamá…

 

Y arriba de todo

En letras bellamente redondeadas

Otro pintor nos pone

A modo de comida familiar

Cuando saltamos de pie

Gesticulamos de pie

Sabiendo que hace mucho

Que dejamos de tener palabras

Para comprendernos los unos a los otros.

 

 

CALMA

 

Me enfermé justo al mediodía

Cuando las cortinas están tiesas

Y tardas un poquito en dormirte

Y las nubes, una especie de calabazas,

Se rompen al primer soplo.

 

Como un suave gargarismo

Primero me di contra las pocas paredes

Sin perder no obstante el control

 

Como un adolescente que tapa su rostro

Con sus palmas de niño aún heridas

Me llamé al interrogatorio

¿Qué fue aquello que no elegí bien?

¿Cuánta ruina bellamente pulida he coleccionado?

 

No capté el panorama

Siempre divisado entre los pisos

Cuando los ascensores van llenos

Y arriba, en el techo,

Hallas un sótano

O una gran pieza de lego.

 

Un punto del derecho, uno del revés

Así me lancé de repente

A dejarme crecer el pelo

Sabiendo que se llenaría

De moneditas de papel.

 

Así vi mis años de paz

Flacos y completamente deshuesados

Y así, a partir de un momento,

No pude poner nada ya en su lugar.

 

Como un sonámbulo adivinaré

Todo lo que el alba saque de mi mente

Como una doctora me apuntaré

Yo sola en el registro

 

Porque el otoño está cerca

Y nadie se escapa

 

Aunque solo entonces

Al final del final

Podríamos uno tras otro curarnos.

 

 

 

AUTOINMUNE

 

Con esta enfermedad no es cuestión de cuántos años tienes,

Sino tan solo de soldados tesoneros

Que acabarán matando a su comandante.

 

En esta emboscada

Hay cráteres como cabezas de alfileres

Pero perfectamente ordenados

En un terreno de instrucción

De la cruz del pecho

Que primero fue una masa

En la que la señora afanada

Cortó los tallarines finos.

 

En este desorden

Las botas en marcha hacen saltar

Todo en el aire

Y su fango rojizo

Como polvos se me ha corrido

Por el cuerpo y profundamente bajo el rostro.

 

En esta guerra entiendo

Que la verdad no viene grabada

Y que los paquetitos llenos de miedo

Jamás alcanzarán el primer plano,

Aunque uno tras otro

Cuando menos te esperes

Como un cañón de confeti explotarán.

 

La poeta Ioana Nicolaie.
Crédito de la foto ©Andreea Goia

 

RESORTERA

 

Hago el puente

Sobre tres años a la vez.

 

A lo mejor así podré juntarlos

Cual montoncito de hojas

Listo para encenderse en el otoño,

A lo mejor así los llego a vestir

Con una sola bolsa de plástico

Sobre la cual, lo sé muy bien ahora,

Con una plancha pegué mi juventud.

 

Como un gran acróbata apenas respiro

Tengo los músculos bien tensos

Y mis cabellos largos se han convertido

En nieve anaranjada

Porque las vértebras, arriba,

Sin preguntar han empezado a sostener un cielo

Con estrellas teñidas de rojo

Que han brotado como el sudor en la frente

Mientras que una luna como dos almohaditas

Se me entumece más abajo de la barbilla.

 

Tengo dos puentes bajo las palmas

Pero ni tan solo su propia sombra

Se les podría colar

Porque todo ha sido dibujado

Y el pincel, con la yema del dedo,

No traza por sí solo un contorno,

Sino apenas líneas al azar.

 

Hace tres años que estoy vuelta así,

Como un guante llevado al revés

Que no protege de la humedad ni de la lluvia.

 

Hace tres años que lucho por no caer

Con cuartos de giros hacia la vida,

Pues duele esta espalda encorvada

Como una tienda bajo la que tengo tanto que poner

Para que no se escuche nada

Ni vean nada los demás,

 

Porque lo tuyo a otro le protege

Y lo que estaba escrito en la frente lo llevas

Sobre hombros enclenques lo cargarás todo

Sin esperar más la ayuda

Que nunca se ha de dar.

 

 

 

SOBRE

 

Alguna vez fui una foto en blanco y negro

De una mariposa tropical

Que ostentaba sobre las alas

Fuertes escenas de lucha

 

Luego fui un álbum de sellos

Olvidado en el almacén más grande

De una librería clausurada

Después de que los sellos se quitaran de la venta

 

Fui un registro en el que se apuntaron

La pequeña tristeza y el dolor compacto

Con su casaca abotonada hasta arriba,

Porque la larga guerra es solo una goma

Que rompe y somete antes de borrar

Cuando resulta claro que los combatientes

Se esfuerzan todos en una suerte de pecera

 

A veces fui polvo de mica

Brillando tras la explosión

De una antigua mina a cielo abierto

En donde la serpiente de la casa

Podía agarrarse por descuido

Con la mano

 

Fui la muchacha con un muro alrededor

Cual camiseta bien ceñida al cuerpo

Bajo el maquillaje siempre con amarillo,

Puesto que solo con material abrasivo

He logrado limpiar un poco

El vidrio menudo hecho médula en mis huesos…

 

Y fui el colegial que se tiraba

Por la ventana en medio de la clase

Para aterrizar, seguro y relajado,

Sobre estas suelas como un buen escondite

 

Y ahora, al final, soy una niña

Que justo se escondió bajo la mesa

Y espera deshacerse de algún modo

De este cuerpo difícil de llevar

De la camisa roja entallada

Y de las botas de tacón

 

Porque alrededor ya no hay nada

Que parezca un juego

Y hace rato que dejamos de correr hacia adelante

Y nos fuimos antes bien

Tropezando hacia atrás.

 

 

 

 

 

*(Sângeorz-Băi-Rumanía, 1974). Poeta y narradora. Obtuvo el Premio de la Unión de Escritores de Rumanía, el Premio Radio România Cultural de Prosa, el Premio Nacional de Prosa “Ziarul de Iași” y el Premio Agenția de Carte, Premio Observator Lyceum. Ha publicado en poesía Poză retuşată (2000), Nordul (2002), Credinţa (2003), Cenotaf (2006), Autoimun (2013) y Lomografii (2015); en novela Cerul din burtă (2005), O pasăre pe sârmă (2008), Pelinul negru (2017), Cartea Reghinei (2019,) y Tot înainte (2021), así como de varios libros de literatura infantil.

 

 

 

**(Oradea-Rumanía, 1975). Poeta y narradora. Doctora en Filología por la Universidad Autónoma de Barcelona (España), en donde se desempeña como profesora. Es autora de tres libros de teoría y crítica literaria y de varios artículos sobre temas literarios y lingüísticos. En el campo de la creación, ha publicado los poemarios Calla lilies (2015) y Prados azules (2017), así como microficción.

 

Sus Diarios están en rumano

 

Mircea Cărtărescu: “Mi literatura en el fondo es una especie de diario”

por Rodrigo Hasbún

por Rodrigo Hasbún I 21 Septiembre 2017

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La infancia, el sueño, la fantasía, las pulsiones del inconsciente: estos son los territorios por los que circula la obra del poeta, novelista y diarista rumano, una de las últimas revelaciones de la literatura proveniente del este de Europa. Aquí habla de su oficio, sus modelos literarios y la estrecha relación que siente con la literatura latinoamericana. “Las similitudes son asombrosas”, asegura Cărtărescu. “La misma sangre y lenguaje latinos, la misma diferencia entre ricos y pobres, la misma corrupción, los mismos delincuentes en el poder”.

A sus 60 años, Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956) conserva un aire juvenil intrigante. No se debe únicamente a su aspecto físico, en el que confluyen la mirada afilada y la sonrisa irónica, el cabello largo y una delgadez casi adolescente, sino también a su asombro constante ante eso que llama “el inmenso poema en el que vivimos”, y sobre todo a una pasión sin límites por la literatura. La suya –inclasificable, visionaria, contundente– ha sido reconocida con algunos de los premios más prestigiosos de Europa, y en nuestro idioma puede leerse gracias al esfuerzo sostenido de Impedimenta, que en la última década ha publicado Las bellas extranjeras, El ojo castaño de nuestro amor, El ruletistaEl Levante, Nostalgia y Lulu.

Podría decirse de su obra que es una extraña carta de amor a Bucarest, a sus mitologías y leyendas, a las historias de la gente y la ciudad. Cărtărescu las reinventa de manera incesante mientras se reinventa a sí mismo, en libros que a menudo apuntan a desentrañar las innumerables capas de eso que llamamos lo real. Siguiendo la lógica del Aleph, todo puede estar en todas partes (en el lápiz labial del amigo travesti, en un viejo amor de adolescencia, en ese artefacto de barrio llamado REM), y dentro de cada momento siempre hay la posibilidad de mil otros. En esa amalgama terminan fusionándose lo visible y lo invisible, lo autobiográfico y lo fantástico, el sueño y la pesadilla.

Tuve la fortuna de conocerlo en el festival Winternachten de La Haya, donde mantuvimos largas conversaciones durante tres días. Entre otras cosas, hablamos de los delirios de grandeza arquitectónica de Ceaușescu y de la paulatina transformación de Bucarest, de la casa en el bosque en la que vive con su familia hace nueve años, de sus lecturas y su peculiar método de escritura, y de Leonard Cohen y Bob Dylan, a quienes tradujo. Poco después, amablemente, aceptó contestar por correo electrónico este cuestionario.

Me contaste que solo escribes una o dos páginas al día, siempre a mano, y que nunca corriges, lo que significa que las primeras versiones son también las finales. ¿Qué te ofrece esta forma de escritura? ¿Siempre trabajaste así, o es un método que fuiste desarrollando?

Cuando tuvimos esas conversaciones tan gratas en La Haya, te dije que me avergüenza hablar de mi método de escritura, porque sé que nadie podría creerme. Yo mismo encuentro difícil de creer que a lo largo de 14 años pudiera escribir a mano una novela de 1.500 páginas, y que el manuscrito, reunido en cuatro grandes cuadernos, sea tan impecable como si me hubiera limitado a copiarlo. O, para decirlo mejor, como si el texto siempre hubiera estado ahí, pero cubierto por una capa de pintura blanca que yo borré para evidenciar lo que había debajo. Felizmente tengo los cuadernos como prueba. Sí, solo escribo una o dos páginas al día, siempre por la mañana, y no añado ni quito nada después. Pero lo verdaderamente importante es que nunca trabajo con un plan previo o una historia: las páginas me son reveladas cuando empiezo a escribirlas, y cada una de ellas puede transformarlo todo en mis libros. Es la única manera que tengo de escribir, dado que la escritura no es para mí un trabajo ni un arte, sino un acto de fe, una suerte de religión personal. Para seguir escribiendo no necesito saber a dónde me dirijo, pero sí que puedo llegar, que soy el único que puede. Así es como escribí mis libros más importantes, OrbitorEl LevanteNostalgia y Solenoid. Así es como escribí durante 45 años mi diario.

Borges es fundamental, más allá de que lo ames o lo odies. Cortázar es el vínculo entre la tradición europea de lo fantástico (el romanticismo alemán, el surrealismo) y el realismo mágico sudamericano. Carlos Fuentes me dejó sin aliento con su obra maestra absoluta Terra Nostra. Y Sabato… bueno, es mi héroe. Quizás sea una afirmación demasiado contundente, pero pienso que Sabato fue el Dante Alighieri de nuestra época, un hombre de un pensamiento y una imaginación insondables.

Aunque en un sentido estricto ya no escribas poesía, mencionaste en más de un momento que sobre todo te piensas como poeta. ¿A qué te refieres? ¿Y qué es para ti la poesía?

Para mí la poesía no está ligada a las palabras, sino a un modo especial de pensar y ver las cosas, a una mirada oblicua y casi infantil, al mismo tiempo inesperada y natural. Una mariquita, un puente o una ecuación a veces nos sorprenden con su gracia: eso es poesía. Una frase de Platón o un principio de biología (“la ontogenia recapitula la filogenia”), una sonrisa o un koan zen, son poesía. La poesía hecha de palabras no es diferente: es también parte del inmenso poema en el que vivimos. Yo empecé escribiendo poesía y escribí muchísimos poemas en mi juventud. Incluso hoy en día soy considerado sobre todo poeta en mi país. Pero hubo un momento, cuando tenía más o menos 30, en el que decidí que no escribiría un solo verso más en mi vida. Han pasado otros 30 años y he mantenido mi palabra. Desde entonces he escrito cuentos que en realidad son poemas, novelas que son poemas, ensayos que son poemas. Incluso mis artículos tienen algo inasible que llamo poesía. Para mí no hay diferencia. Escriba prosa o poesía, o no escriba nada, soy un poeta. Siempre lo he sido.

Un fuerte impulso autobiográfico parece motivar tu escritura. Por supuesto, los materiales originales son transmutados en literatura, y el presente y el pasado, los sueños y la realidad, los mundos interiores y el mundo en sí mismo, terminan confluyendo en una fusión poderosa. Sin embargo, debajo de esa conversión, el impulso autobiográfico inicial permanece firme. ¿Piensas a la literatura como un camino de autoexploración? ¿Cómo una vía proustiana de recuperar el tiempo perdido y mantener vivos a los muertos?

Siempre he escrito sobre mí mismo, “para entender mi situación”, como decía Kafka, o “para aliviar mi condición”, como decía Salinger. A los 14 años se me cruzó por la mente por primera vez la noción del solipsismo: no tenía pruebas (y no las hay) de que nadie más existiera excepto yo. Todos los demás podían ser personajes en un sueño. No soy egoísta en lo absoluto, pero sí soy egocéntrico, incluso ególatra como John Lennon decía de sí mismo. Solo dispongo de una mina de la que extraer diamantes y barro: yo mismo. A veces paso días enteros cartografiando mis paisajes interiores cársticos, haciendo inventarios detallados de viejos recuerdos, sensaciones, alucinaciones, sueños, complejos, traumas. Siempre he querido hacerlo, para incluso recuperar mi memoria de cuando tenía uno o dos años, de cuando estaba en el vientre de mi madre, quizá de vidas pasadas. Es autobiografía, pero una autobiografía de ficción, dado que no siento realmente que haya vivido mi vida, sino que la he construido, la he transformado en toda clase de anamorfosis, la he inventado y reinventado. La he vuelto una vida impersonal capaz de contenerlo todo.

Lo que mencionaba en la pregunta anterior me hace pensar en Bolaño, con el que compartes cierto romanticismo y una pasión contagiosa por la literatura. Tu forma de trabajo me recuerda a su vez a César Aira, cuyo método de escritura es similar al tuyo. ¿Son escritores que te llaman la atención? Y, en términos más generales, ¿sigues sintiéndote tan cerca de la literatura latinoamericana como en el pasado?

Para mi vergüenza, no he leído a César Aira, y de Bolaño solo he leído Los detectives salvajes, que me dejó sentimientos encontrados. Pero Borges es fundamental, más allá de que lo ames o lo odies. Cortázar es el vínculo entre la tradición europea de lo fantástico (el romanticismo alemán, el surrealismo) y el realismo mágico sudamericano. Carlos Fuentes me dejó sin aliento con su obra maestra absoluta Terra Nostra. Y Sabato… bueno, es mi héroe. Quizás sea una afirmación demasiado contundente, pero pienso que Sabato fue el Dante Alighieri de nuestra época, un hombre de un pensamiento y una imaginación insondables. Además, realmente amo a García Márquez, por supuesto, a Bioy Casares, a Silvina Ocampo, a Manuel Scorza… ¿Sabes? A Rumania a veces lo llaman “un país latinoamericano perdido en Europa”. Las similitudes son asombrosas: la misma sangre y lenguaje latinos, la misma diferencia entre ricos y pobres, la misma corrupción, los mismos delincuentes en el poder. No es de extrañar que nuestra literatura también esté atravesada por una línea fantástica, exuberante y profunda.

Mi mayor problema cuando publico en el extranjero es sencillamente lograr que la gente lea mis libros. ¿Por qué tendrían que hacerlo? ¿Quién compra libros de un escritor de un país del que apenas han oído y del que no saben nada? ¿Quién puede interesarse en una cultura si no conocen a un solo escritor que provenga de ella? Mi país no solo es poco visible, sino que además a menudo es menospreciado por su pobreza y sus bajos índices educativos.

A pesar de tu amor por la literatura latinoamericana, nunca has visitado Latinoamérica. ¿Hay algún motivo por el que esto no haya sucedido, o simplemente es una cuestión de azar?

En los últimos años me han invitado a Argentina, Venezuela, Colombia y México, pero nunca me he animado a emprender un viaje tan largo. Es un asunto psicológico, en una forma arcaica, medieval: para nosotros, los europeos, el otro hemisferio es una suerte de tabú. En La divina comedia, Ulises confiesa que en su último viaje ha ido al sur, ha visto otras constelaciones y se ha acercado a la montaña del Purgatorio, pero murió ahí cuando Dios creó una tormenta que se tragó a su barco. Era un castigo por su audacia. También tengo problemas viajando por avión. La última vez que volé a Estados Unidos, uno de mis tímpanos se perforó cuando el avión descendía en el aeropuerto de Minneapolis. Pero sé que venceré mis inhibiciones y visitaré los maravillosos países de tu continente, quizá el próximo año cuando mi novela Solenoide se publique en español.

Desafortunadamente, tu diario no se ha traducido todavía al español, aunque es un género que ha cobrado mayor visibilidad en los países hispanohablantes. Por ejemplo en Chile, donde se publica esta revista, en los últimos años recibieron gran atención crítica los diarios de Gonzalo Millán y José Donoso. ¿Qué representa para ti este tipo de escritura?

Mi diario está hecho de los mismos materiales que mi literatura. Mi literatura en el fondo es una especie de diario. Kafka solía escribir ambos en los mismos cuadernos, haciendo poca o ninguna distinción entre ellos. A mí me sucede casi lo mismo. No puedo decirte cuán importante es para mí escribir esas notas día a día, dibujar en mis cuadernos los tropismos de mi mente y mi cuerpo, cada pensamiento, cada sensación, cada síntoma, cada visión, cada uno de mis sueños. Es la piel de mi escritura, que recubre de manera topológica todas las protuberancias e intrusiones de mi cuerpo/mente/alma. Si en tres o cuatro días no escribo nada en mi diario, sufro ataques de pánico muy reales y dolorosos. En rumano he publicado tres grandes volúmenes de mi diario. Cada uno de ellos cubre un período de siete años, así que 21 años de mi vida han sido debidamente cartografiados. El próximo año publicaré otros dos volúmenes de siete años cada uno. Por ahora, solo un volumen ha sido traducido al sueco. En Rumania mi diario siempre ha sido controversial, y ha creado algún escándalo, debido a mi manera no conformista de lidiar con la vida y con la literatura. Sin embargo, creo en él y voy a seguir publicándolo. Muestra mi verdadero rostro, así como lo hacen mis poemas y novelas, a diferencia de la máscara de pétalos que suelo usar.

Me contaste que el diario de Kafka es tu favorito. ¿Qué es lo que más te interesa de él? ¿Hay algunos otros diarios que admires especialmente?

Para mí, como dicen los chicos en Facebook, Kafka es lo más. Fue el escritor más grande justamente porque no era un escritor en absoluto. Era más un sacerdote que le rendía culto a los demonios de la literatura, así como también lo era Sabato y la mayoría de la gente a la que admiro. Su diario, quizás más que sus cuentos y novelas, evidencian una mente especulativa formidable, y una firmeza para explorar los mismísimos límites del lenguaje, que son también, como decía Wittgenstein, su homólogo en el ámbito de la filosofía, los límites del mundo. Insisto que no era un escritor, sino más bien un oráculo. Borges lo intuyó cuando, en uno de sus cuentos, le puso Qaphqa a un oráculo.

En “… escu”, uno de los ensayos incluido en El ojo castaño de nuestro amor (en el que se oyen algunas resonancias de “El escritor argentino y la tradición”, el extraordinario texto en el que Borges cuestiona un acercamiento nacionalista a la literatura), señalas que “no es fácil ser un escritor rumano”. Han pasado 20 años desde que lo escribiste. ¿La situación ha cambiado desde entonces con relación a lo que se espera de la literatura rumana y de tu propia literatura, y de cómo son leídas tanto en tu país como fuera de él?

Rodrigo, eres un escritor afortunado, escribes en un idioma importante internacionalmente. Eres heredero de una cultura enorme que tiene a Cervantes como emblema. Por mi parte, vengo del medio de la nada. Mi mayor problema cuando publico en el extranjero es sencillamente lograr que la gente lea mis libros. ¿Por qué tendrían que hacerlo? ¿Quién compra libros de un escritor de un país del que apenas han oído y del que no saben nada? ¿Quién puede interesarse en una cultura si no conocen a un solo escritor que provenga de ella? Mi país no solo es poco visible, sino que además a menudo es menospreciado por su pobreza y sus bajos índices educativos. ¿Cómo se ve un escritor rumano? Nadie lo sabe y a nadie le importa. Mi situación ha cambiado muy poco en estos últimos 20 años. Todavía me considero un escritor desconocido y escasamente publicado en el extranjero. Pero por supuesto convivo muy bien con ese hecho. Mi único anhelo es ser capaz de volver a escribir una página que me guste. Nada más, nada menos.

 

El Diario de Cartarescu

 "Mi Diario es como mi segunda piel. Puedo imaginarme no escribir ninguna novela más pero no puedo imaginarme no escribir mañana en mi diario. Mi Diario acaba de cumplir 50 años, lo empecé en 1973 cuando tenía 17 años y no dejé de escribir en él un sólo día de mi vida. Son mis 50 años de soledad".


Mircea Cartarescu, en el programa "Oir con los ojos (¿Ves lo que te digo?)", TV Ciudad, de Montevideo


https://youtu.be/hQHDHNCRte8

Se dice Mircha su nombre

 "Ser poeta significa ver la belleza de las cosas. Pero no donde la ve todo el mundo, en las flores, en los pájaros, sino en cualquier objeto por muy humilde que sea. Todos vivimos en un gran poema, somos parte de él, penetra en nosotros al mismo tiempo que el aire, sale de nosotros a través de la transpiración, y somos todos palabras de ese poema".


Mircea Cartarescu


https://youtu.be/5zEvdgqQFog

Detox: Día 4

 Fui a comprar mandarinas y caños de agua y me tenté con las cuadraditas. Una sola me comí. Ya me hartó esto de darle tanta centralidad a lo que como, no como y al ruido que me hace la panza. Me falta un día más y después el 6to de ayuno y el 7mo de regreso. Uffff. Me quedo con el cepillado y las zanahorias hervidas.

La participación en una familia de espíritus

 

El notable escritor rumano se presenta en el Filba

Mircea Cartarescu: "Nuestra historia es una colección de ruinas"

El autor de la trilogía Cegador y Solenoide, entre otras novelas, expresa como pocos la melancolía del destino humano. Sin embargo, este eterno candidato al Premio Nobel sostiene que vive "para percibir la belleza del mundo". Cartarescu señala que Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Ernesto Sabato han sido algunos de sus maestros literarios. "Borges es como la Biblia para mí, lo leo todos los días", dice. 

Cartarescu dará una clase magistral este viernes a las 18 en el auditorio del Malba, con entrada libre y gratuita,  (Fuente: Bernardino Avila)
Cartarescu dará una clase magistral este viernes a las 18 en el auditorio del Malba, con entrada libre y gratuita, . Imagen: Bernardino Avila

Nadie sacude el corazón de los lectores argentinos como Mircea Cartarescu. Línea tras línea, página tras página, libro tras libro, el escritor rumano explora el alma humana como si fuera un niño temblando en el umbral de la vida. Cada palabra llega hasta la médula. Cada frase revela sus entrañas, sus miedos y fragilidades. El autor de la trilogía Cegador Solenoide, entre otras novelas traducidas por esa especie de hada madrina llamada Marian Ochoa de Eribe para la editorial española Impedimenta, logra que la mayoría de los personajes que pueblan su narrativa sean como “parábolas vivas”. Hasta las cejas despeinadas parecen sonreír asombradas, como si la alegría por estar en el país de sus maestros literarios -Jorge Luis Borges, Julio Cortázar y Ernesto Sabato- se manifestara con un relieve desordenado. Este extraordinario poeta, narrador y ensayista, que podría ganar el premio Nobel de Literatura la próxima semana, dará una clase magistral sobre cómo escribe, con entrada libre y gratuita, el viernes a las 18 en el auditorio del Malba, en el marco del 15° Festival Internacional de Literatura Filba, que se extenderá hasta el próximo domingo.

“Borges es como la Biblia para mí, lo leo todos los días, lo leo y lo vuelvo a leer, y siempre me parece nuevo y descubro algo que no había descubierto antes. Creo que es un autor fundamental; es imposible entender la literatura moderna sin Borges, aprendí muchísimo de él porque construye de otra manera las parábolas de (Franz) Kafka, pero con la misma fuerza. Hace unos días releí uno de sus cuentos donde definía tres tipos de poesía con tres símbolos: la máscara, el espejo y el puñal”, cuenta Cartarescu a Página/12 mientras su esposa, la escritora rumana Ioana Nicolaie, saca fotos y las comparte en sus redes sociales.

El rumano suena como un italiano melancólico y menos estridente, como si tuviera incrustrada una tristeza estelar en la lengua. Cartarescu (Bucarest, 1956), uno de los escritores más importantes de la literatura rumana desde hace varias décadas, ha recibido importantes reconocimientos internacionales como el Premio Austríaco de Literatura Europea (2015), el Premio Thomas Mann de Literatura (2018), el Premio Formentor (2018) y el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances (2022), entre otros. “La literatura es fantástica, incluso la más realista. Balzac era un autor de literatura fantástica como Adolfo Bioy Casares. La división entre escritores realistas y fantásticos es una cuestión didáctica”, plantea el autor del volumen de cuentos NostalgiaLas Bellas Extranjeras y El ojo castaño de nuestro amor.

En el tercer tomo de la novela Cegador, “su libro más latinoamericano y el más político”, ajustó cuentas con la dictadura de Ceauşescu. Cartarescu, que participó del Filba online en 2020, definió a este volumen como “una devastadora sátira swiftiana”, su venganza contra los que le robaron la juventud. El poeta y narrador que ha traducido al rumano la obra casi completa de Bob Dylan (dos años antes de que recibiera el premio Nobel de Literatura) no quiere quedar atrapado, como otros escritores rumanos y de Europa Oriental, en esa especie de trampa sin escapatoria: “si sos rumano, tenés que escribir tan solo sobre la Securitate y sobre Ceauşescu”. Nunca escribió ni escribirá sobre lo que otros quieren que escriba. El más universal de los escritores rumanos sabe que ser poeta en Rumania, y en otras partes, significa "ser capaz de ver la belleza allí donde nadie la ve”.

La literatura como vocación de salvación

-¿Por qué en su obra aparece una constante en la que el sueño, la ficción y la literatura constituyen la verdadera realidad?

-Probablemente ese sea mi tema central, pero no el único; es el más obvio y me frustra el hecho de que otras expresiones no se observan tanto. A veces puedo tener un humor irónico, pero normalmente los críticos no lo perciben. De alguna manera es fácil de entender por qué nos pega en primer plano el aspecto visionario, la metafísica, el aspecto onírico. Mis libros tienen un lado grave porque hablan de la condición humana en todos sus aspectos y especialmente en los más profundos. Lo he dicho muchas veces, la realidad y el sueño no están separados; son como los dos lados de la banda de Moebius: no se sabe dónde empieza uno y termina el otro. De la vida pasamos a los sueños y viceversa. Eso es normal para mi manera de escribir. Como cualquier autor de literatura fantástica empiezo por el lado realista y luego paso lentamente hacia el lado fantástico. Aprendí muchas cosas de la literatura fantástica argentina, mis maestros siempre fueron Borges, Cortázar y Sabato, entre muchos otros.

- “Yo seguiré escribiendo cada vez más rápido para que no me alcancen el desastre y la desgracia”, subrayó en uno de los textos de “El ojo castaño de nuestro amor”. ¿En qué sentido la escritura lo salvó del desastre?

-La literatura tiene una vocación de salvación. (Fiodor) Dostoievski decía que la belleza va a salvar el mundo. Y al final, ¿para qué vivimos? Vivimos para percibir la belleza del mundo, esa belleza que los ojos de un niño miran inmediatamente. La vida cotidiana puede ser dura, complicada, llena de peligros, pero los artistas hacen que la vida sea más hermosa.

-Las ruinas como tema están presentes con mucha intensidad en sus libros a tal punto que se define como un “arquitecto de ruinas”. ¿Cómo explica lo que significan las ruinas en su literatura?

-La cultura europea está obsesionada por las ruinas.  Nuestra historia es una colección de ruinas. Las ruinas expresan la melancolía del destino humano. Nunca me gustó la arquitectura de acero y vidrio de las grandes ciudades. Mis recuerdos de infancia en Bucarest cuentan una historia completamente distinta. Viví entre edificios no terminados, algunos en un estado avanzado de decrepitud. Siempre sentí que esos edificios expresaban mejor la suerte de la humanidad, el paso inexorable del tiempo y el ocaso del mundo tal como lo conocemos. Las ruinas, especialmente en Solenoide, tienen un papel muy importante. Una vez estuve en un festival en México y me preguntaron cómo me imaginaba el paraíso. Me sorprendió la pregunta porque no tenía ninguna idea en la cabeza. Y de repente la respuesta llegó sin pensarlo. Respondí con la mayor sinceridad que me imagino el paraíso como un planeta de ciudades arruinadas. Yo soy un niño, tengo siete u ocho años, y estoy explorando todos esos edificios en ruinas, caminando por las habitaciones donde en algún momento habrán vivido personas y encuentro objetos vacíos, llenos de humedad; muñecas e instrumentos de cocina que me dan mucha alegría. Entro en cualquier casa porque ninguna está cerrada. Yo viviría una eternidad explorando ese planeta en ruinas.

-Al comienzo de “El Ruletista”, el narrador dice que no va a escribir nunca más nada. ¿Por qué irrumpe, como si fuera un fantasma, la renuncia a la escritura?

-Creo que no hay escritor en este mundo que no haya querido alguna vez renunciar completamente a la escritura. Dejar de escribir es como un pensamiento suicida porque cuando dejás de escribir no existís como escritor. Escribir no solo es una gran alegría, sino también una carga tremenda, como la vida para algunas personas que piensan en el suicidio. Hay casos de escritores que a partir de un cierto momento no pudieron escribir más. Y nunca más escribieron, como Salinger y muchos otros. De esta manera para todo autor dejar de escribir se convierte en una obsesión. Te da miedo la idea de que algún día no puedas escribir más. La vocación de la escritura es muy difícil de soportar.

-¿Cómo se lleva con ese miedo a no poder escribir más?

-Muchas veces escribo por miedo, por el temor a fallarles a las personas que aman mi escritura; por eso tengo un sentimiento ambiguo; la escritura es mi mayor alegría, pero también es una fuente de inquietud y de pensamientos negativos. Al final un autor es como cualquier otro ser humano: una pobre persona llena de amor por la vida.

Una manera de mirar el mundo

-“La poesía es el gato muerto del mundo consumista, hedonista y mediático en el que vivimos”, planteó en un ensayo. ¿Lo desanima el hecho de que la poesía esté tan relegada? ¿En algún momento entró en crisis y pensó abandonarla?

-No creo que haya habido algún momento en que la poesía haya sido celebrada por todo el mundo. La poesía agonizó en cada época. La agonía es el estado natural de la poesía. No es normal que pongan la poesía sobre un pedestal; tiene que quedar en un estado de anonimidad, como el aire que respiramos pero no vemos. No podemos vivir sin respirar. No podemos vivir sin esta poesía que a la vez es ignorada y despreciada por todo el mundo. La poesía siempre estuvo afuera de todos los circuitos de poder. La poesía no se puede corromper; no puedo imaginar a un poeta escribiendo para conseguir premios, para ganar plata, para tener poder por encima de otras personas. Por eso un poeta es como un pájaro que vuela libre e inocente.

-En sus novelas se respira poesía. ¿Cómo se produjo el pasaje de la poesía a la narrativa?

-No fue un pasaje. Siempre he seguido escribiendo poesía de otra manera. Yo le debo mis novelas al poeta que era. Aprendí mucho de mi actividad de poeta en mi juventud y espero seguir siendo poeta. La poesía es una manera de mirar el mundo. Hay personas que nunca en su vida escribieron poesía y sin embargo son poetas porque saben ver lo bello del mundo, incluso en lugares donde nadie lo observa.

-Su mamá no escribió poesía, pero era una poeta, ¿no?

-Aprendí mucho de ella, especialmente el lado onírico porque siempre tuvo muchos sueños. Mi madre fue una gran soñadora que me contaba todas las mañanas lo que había soñado. Y me transmitió este poder de soñar con muchos colores y de una manera fantástica.

-¿Por qué en su escritura hay más influencias de Kafka, Sabato, Eliot o Proust que de la tradición rumana?

-Creo que no se trata de influencias en sí, sino de la participación en una familia de espíritus. Soy como un primo tercero de Kafka o Proust. Obviamente que leí prácticamente todas sus obras y mi mente se impregnó de su manera de escribir y del espíritu de su literatura. Yo no hago mucha diferencia entre las zonas de las cuales vienen los escritores ni las épocas. No encuentro mucha diferencia entre mis influencias rumanas y extranjeras. Hay algunos grandes escritores rumanos que obviamente influyeron en mi obra, como el más importante escritor que tenemos, Mihai Eminescu. En nuestra cultura yo soy un heredero de Eminescu, así como ustedes tienen herederos de Borges. Y muchos otros poetas y prosistas de nuestra cultura forman parte de mi ADN. Pero la influencia de Cortázar y de Eminescu son iguales; no es una más poderosa que la otra porque Eminescu es rumano como yo. O porque Cortázar es un escritor fantástico como yo. A los dos los amo por su valor literario.

-¿De qué modo marcó su vida la muerte de su hermano gemelo Victor?

-Este hermano que está presente en toda mi escritura como fantasma es importante para mí, desde los primeros versos que jamás escribí hasta la última novela que publiqué. Es como mi otro yo en el espejo. También hay un lado biográfico, obviamente; es lo que en la poesía romántica se llama un doppelgänger: un doble, un alter ego del otro lado del espejo en lo onírico, en lo fantástico, en el lado extraño y raro de mi obra. Victor, entonces, es el hombre oscuro de mi escritura.

-El próximo jueves 5 de octubre se anuncia el ganador o ganadora del Premio Nobel de Literatura. En las casas de apuestas, Cartarescu está en sexto lugar. ¿Se imagina ganando el premio Nobel?

 

-No sé si el comité del Nobel sabe que yo existo en este mundo. No tengo idea, la verdad, entonces no tengo por qué pensar en este premio. En lo único que pienso todos los días es en mi escritura. 

Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...