miércoles, 31 de diciembre de 2014

El año de la cabra y de Malú


Malú Urriola ha compartido su foto.
27 min · 
Soy una cabra, no le temo a los caminos empinados para ver la luna, porque aún en los caminos empinados hay flores.
¡Feliz año de la cabra!

El azul se reconcilia con el rojo

Eduardo Chirinos (Perú)



CÍRCULOS CERRADOS



Con los años uno espera que los círculos se cierren.
Una noche sin dormir puede ser la clave,
un simple descuido y todo empieza a encajar: el azul
se reconcilia con el rojo, el rencor infantil con el amor correspondido,
el antiguo desdén con la más loca pasión.
Los círculos sonríen y giran como aspas sin esperar respuesta.
Pero la pasión reclama su veneno, el rojo hace lo suyo
y el rencor infantil asoma su crudeza, justo
cuando nos alegrábamos de llegar a viejos.
Ah, los círculos cerrados. Ellos se dibujan en la frente,
se hunden en la carne y brillan como el aura de los santos
en las viejas pinturas. A menudo veo círculos cerrados.
Me inquieta su vana geometría, su terca y vacilante redondez.
de nada sirve abrir los ojos, afilar las puntas. Ellos
actúan por su cuenta, les somos tan indiferentes. Todos
esperamos que los círculos se cierren. Ellos nos ahogan
cada noche. Y al día siguiente nos rescatan.

Proyectos 2015

Quiero ir a laburar vestida así:


2015 el mejor



Nerina Canzi Ilustraciones
¡Felicidades! http://nerinacanzi.blogspot.com.ar/

2015 más más

2015 más

Hermoso

Mi día.

2015

Qué felicidad

Estimada amiga:
Le hacemos llegar este correo para que tenga constancia de la recepción de su original para el premio.

Un saludo,
Comité lector del
IV PREMIO INTERNACIONAL DE NARRATIVA BREVE RIBERA DEL DUERO

31 de diciembre 5 AM

Esta no me la cree nadie, pero hoy no es el día de los inocentes así que hagan un esfuerzo: Me puse el despertador a las 5 AM (sí, ni las 6, las 5), me levanté, desayuné, me calcé las calzas y las zapas y me fui a lo de mi señor porque dijimos que íbamos caminando a buscar su auto. 40 minutos de ejercicio matinal, hasta paramos (a probarlos no más) en los aparatos que están en la plaza.

martes, 30 de diciembre de 2014

Fases como la luna

Tenho fases, como a lua.
Fases de andar escondida,
fases de vir para a rua... 



-Cecilia Meireles 



___________arte de SHEVCHENKO Alexandr

Un especie de distopía del agotamiento

libros
DOMINGO, 16 DE NOVIEMBRE DE 2014

CRÓNICAS MARCIANAS

Urgencias del presente, como la trata de personas y la violencia doméstica, se vuelven materiales de un futuro distópico en Las chanchas. Félix Bruzzone ahonda en líneas de libros anteriores como Los Topos y Barrefondo y avanza hacia un realismo delirante que no deja de reconocer una tradición argentina.
 Por Damián Huergo
Según el Diccionario de la Lengua Española, la palabra chancha tiene dos acepciones. Por el lado del mundo animal, sirve para identificar a la hembra del cerdo (para más datos: se las debe mantener encerradas en corrales pequeños, inundados de barro, que –por lo general– están apartados de los centros urbanos y de los cascos centrales de las casas familiares), en sintonía semántica, por el camino salvaje del hombre se utiliza el vocablo para nombrar a la mujer sucia, a la piba puerca, a la chica dejada, grosera para hablar e infame para proceder, tal la vara moral de la RAE. A la vez, en palabras de Gordini, uno de los personajes que anima Las chanchas, “Chanchas” es el apodo que reciben las mujeres secuestradas para la explotación sexual y laboral. Félix Bruzzone, en su última novela, toma el acontecimiento criminal –con sus respectivos conductos policiales, mediáticos y culturales– y lo somete a su universo narrativo controvertiendo los hechos.
Desde los cuentos de 76 (acaba de ser reeditado por la editorial Momofuku), como en sus novelas Los topos y, en especial, Barrefondo, Bruzzone viene desarrollando una especie de realismo alucinado, maravilloso y gradual. En su literatura, lo real y lo disparatado conviven, se complementan, confunden. Las chanchas no es la excepción. La trama –el detonante al menos– empieza en el Planeta Marte; pero desde el uso del lenguaje ordinario y coloquial Bruzzone nos ubica en un suelo cotidiano, cargado de modismos y hábitos circulantes en cualquier periferia urbana.
La historia nos llega, en el primer bloque, por medio de Andy. El hábil problema –en términos narrativos– es que Andy duda de su percepción: los marcianos colgados en los árboles, el territorio Marte que habita, las armas cargadas y los conejos masticados por perros callejeros podrían no existir. Lo mismo sucede con la aparición impetuosa de Mara y Lara, dos quinceañeras que llegan a la casa familiar de Andy escapando de un secuestro, para –luego– vivir confinadas en el mundo frágil y delirante de sus salvadores.
Como en La villa, de César Aira, Bruzzone se encarga en Las chanchas, de un material actual, de una problemática coyuntural de aquí y ahora, para luego alejarse progresivamente diluyendo el tema en beneficio de lo descabellado e ilógico. Otra similitud con el universo de Aira, es la voz ambigua de los narradores. Una que es directa, por el corte etnográfico y testimonial propio del que protagoniza los hechos; a la vez, una voz que resuena indirecta al contar lo sucedido con displicencia, con la distancia del que no asume el compromiso de sus acciones. Tanto Andy como Gordini (su amigo y posible secuestrador) o las chicas encerradas en una casa de puertas abiertas dudan de la forma, del sentido de aquello que les está sucediendo. No dudan en clave de engaño, sino en tono de incomprensión, de reflexión introspectiva acerca de sus pasos y, sobre todo, de aquellos atropellos que podemos cometer sin dilucidar –por entero– nuestras intenciones. Este hacer constante de los personajes los lleva a un trip de escenas disparatadas, maravillosas y naturalizadas en su encadenamiento narrativo. Por ejemplo, Mara concurre de incógnito a “La marcha de los palos”, donde una troupe de caceroleros indignados reclaman por las chicas y “por más seguridad”.
Así como la literatura de Bruzzone tiene líneas de fuga con el universo Aira, también comparte meridianos con los –denominados– post Aira Daniel Guebel y Sergio Bizzio. El personaje feminizado de Andy recuerda a José María, el protagonista masculino de Rabia, por su artificial delicadeza y su predisposición a ser “amo de casa” en medio de la aventura. Ese rol parece ser su única certeza, su ancla de identidad ante una travesía que lo enajena de su yo. Sin embargo, la asociación de Bruzzone al radar post Aira pasa, en particular, por el uso de la trama; mejor dicho, por el desuso. En Las chanchas el argumento potente se va disgregando en escenas insólitas, construidas para que se luzcan los personajes en detrimento de la ilación narrativa. De a poco la fuerza inicial empieza a desinflarse, creando una especie de distopía del agotamiento, de la dejadez; como si la misma novela se mimetizara con la desidia (una palabra que se repite varias veces en la novela) que acarrea la mayoría de los personajes.
La estructura de Las chanchas remite a la misma tesis. Dividida en tres partes, en tres voces narrativas; donde cada apartado funciona como un sistema de postas entre varios personajes que se pasan el relato una vez que se agotan de contarlo. La novela empieza con la mirada alucinada de Andy; luego prosigue desde la voz adolescente de Mara, que historiza su vida y aporta otra dimensión a los vínculos construidos en su extraño cautiverio, y, por último, concluye en la prosa de Romina, la mujer de Andy –importada por Bruzzone de su anterior novela Los topos–, a quien se le activa una memoria y un pasado militante en HIJOS, y escribe textos breves, cargados de silencios, hiatos y desesperanza.
Las chanchas. Félix Bruzzone Literatura Random House 222 páginas
Siempre es complejo escribir literatura partiendo desde la coyuntura; postergar la pulsión de escribir sobre los hechos que están aconteciendo sin tomarse el tiempo de procesarlos. En Las chanchas, Bruzzone incluye el presente real en su universo de ficción, ligando traumas del pasado (desaparecidos) centrales en su literatura, con continuidades actuales (la trata como la nueva picadora de carne humana). La pregunta, otra vez en su obra, es cómo narrar lo político. En Las chanchas Bruzzone apela al presente, despegándose de un lastre biográfico, apelando a sistemas literarios que desdeñan de la experiencia pero que se resiste –como autor– a cederla. De ese modo cuenta un presente de violencias extendidas y de amores prematuros. Un presente de relaciones que ensayan formas nuevas, que las buscan, que las encuentran, y una vez que las tienen se preguntan ¿qué hacemos con esto?


Toda novela siempre guarda en su interior una imagen microscópica de sí misma: un corazón miniatura que esconde su forma diminuta y secreta

LAS CHANCHAS, DE FELIX BRUZZONE



La nueva novela de Félix Bruzzone nos arrastra a un mundo donde los personajes no pueden dejar de ser cómplices de situaciones absurdas y siniestras.

Por Cristian Franco

Intro

Confesar la ignorancia es siempre una buena táctica. Nos pone a resguardo, erige un escudo pequeño y efectivo. Y encima da chapa de humildad. Confieso entonces que Las chanchas son mi debut con Félix Bruzzone. Quiero decir: nunca había leído nada de él. Claro que tenía noticias (lejanas, borrosas, titilantes) sobre su existencia: fue (¿todavía es?) lo que se conoce como “joven promesa de su generación”; fundó una pequeña y ya casi legendaria editorial (Tamarisco); fuentes que son de mi entera confianza aseguran que su primer libro de cuentos (76, recientemente reeditado) es muy bueno: les creo.

Como debutante en el universo Bruzzone pido, pues, piedad, consideración, una pizca de tolerancia hacia las siguientes hipótesis de lectura.

Hipótesis I (astronomía)

“Es una tarde cualquiera en el Planeta Marte”. Así empieza Las chanchas. Con apenas una oración, la novela se desmarca, se escabulle. Después, enseguida, cotorras, marcianos trepados a los árboles, cotorras comidas por marcianos trepados a los árboles. “Un juego macabro”. Y cuando ni siquiera nos estamos acostumbrando a ese aire enrarecido, ya vamos a estar metidos hasta el cuello en la historia: no es una tarde cualquiera, ahora es el día en que las chanchas (que todavía no son chanchas, son apenas dos quinceañeras que escapan) llegan a la vida de Andy, un pobre tipo que había salido a sacar la basura. A partir de ahí, Bruzzone despliega página a página, usando lo que yo llamaría refinado realismo cínico, una historia apaciblemente delirante: síndrome de Estocolmo, karaoke, marchas, conejos, sierras, hippies, magia.

Bruzzone se propone hacer de lo irreal y su fiebre algo verdadero, palpable, un desquicio irresistible y sutil. Y en ese menjunje, Marte y los marcianos (si es que existen) son apenas un condimento para jugar mejor con nuestras mentes: en los resquicios, en las grietas de ese mundo, escarbando un poco con los dedos, no vamos a descubrir otra cosa que carne, polvo, perfumes demasiado familiares.

Hipótesis II (estética)

Toda novela siempre guarda en su interior una imagen microscópica de sí misma: un corazón miniatura que esconde su forma diminuta y secreta. En Las chanchas, unos de los narradores-personajes nos habla de un cuadro titulado “Árboles junto al río”. En ese cuadro se ven los árboles y dos colinas, pero ningún río. El centro de esta novela, como el río del cuadro, es invisible: existe porque es apenas insinuado, pero —aunque nos arrastra, nos obsesiona— permanece desvanecido, acurrucado en las sombras. Las chanchas nombra eso que existe y nos envuelve pero no podemos ver, como el pez ignora la existencia del río envenenado que lo arrastra.

Hipótesis III (teología)

La lectura es un acto de fe. O mejor: varios actos de fe, concatenados, entrelazados: sin creencia, es sabido, no es posible la literatura de ficción. Sören Kierkegaard afirmaba que la duda es un elemento esencial de la fe: creer y reventar. En Las chanchas Bruzzone construye una ficción que quiere ser la fe y la duda al unísono. Arrodillarse, persignarse, comulgar, escupir, blasfemar: todo en un mismo gesto. Como cualquier libro sagrado, Las chanchas es un símbolo complejo y evasivo. Como cualquier libro sagrado, Las chanchas propicia y alienta la herejía. Tenemos que creer, embadurnarnos con el mundo que nos propone, pero al mismo tiempo desconfiar, quedarnos a distancia, tocarlo de lejos con un palo como a un perro (o un conejo) muerto, brotado de moscas.

Hipótesis IV (criptología)

En algún lado escuché o leí esta historia, que resumo: una isla deshabitada, un náufrago, años y años y años; luego: un atardecer enceguecido, un mensaje, una botella al mar. Alguien (¿un profesor? ¿un odontólogo? ¿un maratonista?) encuentra la botella; para su sorpresa, el mensaje de la botella está cifrado; ese alguien (¿un contador? ¿un cura? ¿una peluquera?) descubre la clave, descifra el mensaje, llega a la isla, mata al náufrago y se queda en la isla.

¿Qué tendrá que ver esta historia con una novela que habla de secuestros, de camuflajes, de animales sacrificados? Creo que mucho: me gusta pensar que cada uno de los personajes-narradores de Las chanchas es como ese náufrago: lanza su botella y espera, tiene fe en que tarde o temprano algo o alguien o todo llegará.

Outro

En una entrevista un periodista se reía de Ray Bradbury: ese marciano creía que Marte iba a ser la puerta cósmica para descubrir por fin todas las potencialidades del ser humano. A la risa escéptica del periodista, el marciano respondió: “¡Ríase! Y mientras usted se burla, nosotros nos habremos marchado y estaremos viajando”.

Eso es la ficción: un viaje a años luz, incierto y desesperado, que deja atrás la risa desdeñosa de las mentes sensatas.

Gris, sarcástica, ambigua, misteriosa, sombría, Las chanchas es el viaje a un planeta rojo donde la memoria, la identidad y la violencia son infectadas por las radiaciones de una estrella moribunda y olvidada.//∆z



Tomado de http://artezeta.com.ar/las-chanchas-de-felix-bruzzone/comment-page-1/#comment-7444

Construida para que ninguno encuentre el río

FÉLIX BRUZZONE

En "Las Chanchas" sobrevuela la desesperanza, el sarcasmo y la representación


La novela de Felix Bruzzone, Las chanchas, es como el eco amortiguado de una anterior, Los topos, en la que el tema de los desaparecidos durante la dictadura militar acapara el primer plano, pero aquí emerge con otras connotaciones, una puesta en escena donde sobrevuela la desesperanza, el sarcasmo y la representación.
"El disparador de la trama es la escena inicial, el tipo que sale con la basura a la calle y se encuentra con dos chicas, gritan que las quieren secuestrar y todo el libro es el desarrollo de esa situación", cuenta a Télam en un diálogo telefónico, entrecortado por el ruido del tren que lo lleva a la estación Retiro.

En Las chanchas -recién publicada por Random House- "creo que hay mucha idiotez de parte de los personajes, una enorme dificultad para relacionarse con lo que les pasa, y es cierto que la expresión para dar cuenta de esto es sarcástica", asiente el escritor.

Estructurada en tres partes, cada una con la voz de un personaje -Andy, Mara y Romina (aquella que tuvo un papel central en Los topos, publicada en 2008)- Bruzzone sostiene, al referirse a ellos, "que son ví­ctimas de una sucesión de cosas en escena, de ficciones que un poco inventan o se creen. Por ejemplo Andy se cree demasiado que las chicas están muy angustiadas, que alguien las persigue y termina no haciendo lo que tiene que hacer: llevarlas a su casa".

Todo transcurre en el planeta Marte, y en ese escenario inverosí­mil en el que se atisban marcianos y abundan los conejos, comienzan a desfilar los que narran y otros personajes como Lara, Gordini y Omi (un bebé, hijo de Romina y Andy).


"Creo que hay dos dimensiones: lo que pasa todo el tiempo y lo que ellos mismos empiezan a representar. Voy hilvanando lo que aparece, un trabajo más lineal, no de fondo en la escritura, en instancias de corrección sí­ trato de que ese hilvanado tenga algún sentido", desliza sobre esta novela que se sustenta por sí­ misma, aunque establezca ciertas recurrencias con "Los topos".

¿Por qué transportas a Romina a esta ficción?
En Los topos era alguien que se creía cosas que no estaban a su alcance. Y en esta novela sigue en ese cí­rculo, ella es la que lleva adelante esas marchas, la que lidera, la voz que pide justicia para esa chicas, tópicos que son recurrentes a la militancia que tení­a en HIJOS en el otro libro.

¿Pero no hay una mirada diferente, una acentuación más liviana frente al tema de los desaparecidos?
 Lo que resultaba muy siniestro y muy cercano en Los topos, con la historia reciente de la Argentina, acá se convierte en una ficción. Es como si hubiera un corrimiento, un personaje terrible en la otra novela como el alemán, que hace cosas tremendas, se permuta por Gordini, este no hace nada tremendo y es artí­fice de una situación -que puede ser una puesta en escena- y lo transfigura matando conejos, un perro...

Pareciera que en esta novela el pasado y el presente se articulan de manera distinta se ponen en juego otras cosas...
Sí­, como que los personajes hicieran su show, el acecho real está corrido de lugar, también Andy tiene miedo de ese 'otro' que está ahí­ amenazando a las chicas, ese otro que él llama marcianos y hace chistes con su hijo, porque su mujer no le da bola con eso. Son todas sensaciones menos reales que imaginarias. Y Gordini es una especie de doble de Andy, el que acciona, lo lleva a Andy de gira con las chicas, a hacer espectáculos de karaoke, shows de magia y termina matando conejos y un perro.

También reaparece el tema de la identidad...
Sí­ Mara y Lara son como dobles, se vuelve a repetir lo mismo que en Los topos con la búsqueda de un posible hermano que estaría desaparecido. A Mara le pasa un poco lo mismo en otro contexto, con otros padres y circunstancias.

Vos hablás de una búsqueda que está muy bien resumida en los dibujos del libro, esos esbozos de un mismo paisaje, en el que saques lo que saques -ya sea árboles o montañas- nunca se ve el rí­o.
La novela está un poco construida para que ninguno encuentre el río, la que parece que podrí­a encontrarlo es Romina, pero termina negando todo. Podrí­a resolver lo que pasa y no lo hace, decide mirar hacia otro lado y mirar al futuro otra vez.

Entonces, ¿la búsqueda es imposible?
En Los topos hay una imposibilidad real de encontrar a los desaparecidos, enLas chanchas hay una posibilidad real de encontrar, que al final se termina volviendo imposible, con un montón de acciones que no conducen a ningún lado.

Hay un juego con lo que se tiene a mano para forjar esa búsqueda de las chicas que pueden ser los palos de hockey, una idea de Andy -el personaje con mayor nivel de desidia de la novela- que agarra lo que tiene más cerca para que su mujer siga con las marchas.

¿Cómo se resignifica el pasado y qué conexión se establece con el presente? 
Lo que hay es un presente continuo que no está del todo atado a ese pasado tan fuerte, que se contamina de cosas que van apareciendo y que resultan más relevantes y sensibles que la historia de los personajes. El caso de Andy que les cuenta en un viaje su historia a las chicas, pero queda en un relato y no pasa nada.

En los años entre una novela y otra hay una continuidad pero también se ven temas que con el tiempo comienzan a ser procesados de forma distinta ¿Tenés esa percepción?
Sí­, Las chanchas es una novela más desencantada, desesperanzada y no sé si un poco desangelada, más que nada la parte de Romina, ella se vuelve más seca, como si la novela se fuera secando, no hay espacio para nada. Hay cosas que no conmueven, que perdieron su significante.


Más fotos robadas en navidá de gente que no quiere sacarse fotos y gente que está gorda

Yo lo pedí

Él me pregunta por Rafa, dice que lo ve así o asá. Me habla de Magda, que él piensa esto o aquello. Él opina sobre Ju, me cuenta tal o cual cosa. Y me veo a mí misma tantos años tragándome todo lo que quería hablar sólo con él sobre nuestros hijos e hija. Y pienso que todavía estamos a tiempo y que él ha tenido una relación con ellos en la que yo no pude interferir, en la que concientemente traté de ser un punto a favor y no en contra. Que solamente nos faltaba sentarnos a charlar.

171

De repente veo que la entrada que hice con la poesía de Rebeca Urbina Balbuena, ver ayer o antes de ayer aquí abajo, que titulé "Nunca me costó creer en Dios" tiene, ella solita 171 visitas. ¿Será la poeta o el título? Misterios blogueriles.

Felix y el que agarra el sacahojas


Dice en feis Felix Bruzzone
18 min · 
Otra vez el Hombre del Fernet. Se ve que es de los inquilinos que quieren que les limpies la pileta todos los días, así que hoy volví. Y mañana me toca de vuelta, lógico. Todavía no sé cómo se llama pero ya lo voy a averiguar. En la galería estaban la tía quejosa, la hija-novia, y de golpe cayó uno en una moto que casi se me tiró encima con abrazo y beso. Supongo que creyó que me conocía. Enseguida la tía quejosa le ofreció unas "tostaditas". Eran las 9 de la mañana. 
-No, una birra -dijo él.
Él birra, yo fernet. Él moto, yo camioneta. Él cara de araña, yo cara de abrojo. Él rulos, yo rulos. Él voz patinosa, yo mudo. Él tiqui tiqui con la hija-novia del Hombre del Fernet, yo mudo. Él tiqui tiqui con la tía quejosa, yo mudo. Él tiqui tiqui conmigo, yo que le pregunto si sabe nadar.
-No, no sé, soy re boludo, ¿no?
No contesto, sigo limpiando el fondo y él al rato agarra un sacahojas y se pone a ayudarme.
-Cuidado no te vayas a caer -le digo.
-Papá.
-Por las dudas.
-Papá.
Termino mi parte y él sigue. Es muy meticuloso. Desarmo las mangueras y él sigue. Enrollo el cable, achico el barral, y él sigue. El Hombre del Fernet me paga, me voy, y él sigue. Todo el día pensé en él, la verdad. Y ahora me dan ganas de volver y ver qué pasó. Si sigue sacando hojas invisibles o si se cayó a la pileta y se ahogó.

Colchón de dos plazas

Si ponemos una cama de dos plazas en mi pieza (no voy a usar el adjetivo normalizante que se usa para este tipo de camas), va a ser como una gran pecera de paredes de libros y una superficie única en el medio para nadar, digo, dormir.

Colchón de una plaza

Yo digo que tirado en el piso parece menos chico, que puesto en su lugar una se choca con la pared o se cae. Él dice que es lo mismo, que cuando él se levanta yo me ocupo todo (y cuando no se levanta también).
Anoche era él el que se despatarró cuando me fui al baño. Estuve dándole vueltas y hasta me tiré en el sofá hasta que me animé a tirármele encima.
Me ofreció traer su cama de dos plazas. Me pareció un atrevimiento. No dije nada. Nos miramos un rato. Dijimos, cobardes, que mi pieza es muy chica.

Enviado

Ya está hecho: 19 cuentos en 122 páginas con escaneado y manifestaciones expresas de originalidad y aceptación de bases y blablabla. Nada para la humanidad, un gran paso para mamita.

Me encontré a Mary Oliver

LLUVIA Y OTROS POEMAS - MARY OLIVER



LLUVIA

1.

Toda la tarde llovió, y luego
semejante poder cayó de las nubes
en un hilo amarillo,
autoritario como se supone que es Dios.
Cuando golpeó el árbol, el cuerpo de ella
se abrió para siempre.


2. LA CIÉNAGA

Anoche, bajo la lluvia,algunos hombres treparon
el alambrado del centro de detención.
En la oscuridad se preguntaron si iban a lograrlo 
supieron que lo tenían que intentar.
En la oscuridad treparon el alambre de púas, puñado
tras puñado.
En la oscuridad, también, capturaron a la mayoría
y los devolvieron adentro.
Pero unos pocos todavía están trepando, o vadeando
la ciénaga azul del otro lado.

¿Cómo se sentirá agarrar el alambre de púas como
si fuese un pedazo de pan o un par de zapatos?
¿Cómo se sentirá agarrar el alambre de púas como
si fuese un plato y un tenedor, o un manojo de flores?
¿Cómo se sentirá agarrar el alambre de púas como
si fuese el picaporte de una puerta, papeles de trabajo o
una sábana limpia con la que querés cubrirte el cuerpo?


3.

O esto: un día de lluvia, mi tío
acostado en un lecho de flores,
frío y roto,
arrancado del auto inútil
con su tapa de trapo, y su manguera
larga y brillante. Mi padre
gritó,
después llegó la ambulancia,
después todos miramos a la muerte,
después la ambulancia se lo llevó.
Desde la puerta de calle
me di vuelta otra vez
buscando a mi padre, que se había quedado,
que todavía estaba de pie entre las flores,
que era ese hombre embarrado e inmóvil,
que era esa figura diminuta bajo la lluvia.


4. A la mañana temprano, mi cumpleaños

Los caracoles se mueven entre las campanillas
sobre el trineo rosado de su cuerpo.
La araña duerme entre los pulgares rojos
de las frambuesas.
¿Qué voy a hacer, qué voy a hacer?

La lluvia es lenta.
Bajo ella los pajaritos reviven.
Hasta los escarabajos.
Las hojas verdes la beben a lengüetazos.
¿Qué voy a hacer, qué voy a hacer?

La avispa se sienta en el porche de su castillo de papel.
La garza azul sale de las nubes flotando.
El pez salta, todo arcoiris y boca, del agua oscura.
Esta mañana los lirios de agua no son menos hermosos, creo,
que los lirios de Monet.
Y yo no quiero más ser útil, ser dócil,
guiar
a los chicos desde los campos hasta el texto
de la civilidad, enseñarles que son (no son) mejores
que el pasto.


5. A la orilla del mar

Ya escuché esta música antes
dijo el cuerpo.


6. El Jardín

La manga arrugada
del repollo,
la campana hueca
del pimiento,
la cebolla laqueada.

Remolachas, borraja, tomates.
Chauchas.

Entré y puse todo
sobre la mesa: cebollines, perejil, eneldo,
el zapallito como una luna pálida,
las arvejas con sus zapatos de seda, el maíz
hermoso que la lluvia empapó.


7. El bosque

De noche
bajo los árboles
la serpiente negra
avanza gelatina
frotando
áspera
los tallos de la sanguinaria,
las hojas amarillas,
pequeños trozos de corteza,
para quitarse
la vida vieja.
Yo no sé
si sabe
lo que pasa.
Yo no sé
si sabe
si va a funcionar.
A lo lejos
la luna y las estrellas
iluminan un poco.
A lo lejos
chilla la lechuza.

A lo lejos
chilla la lechuza.
La serpiente sabe
que este es el bosque de la lechuza,
que este es el bosque de la muerte,
que este es el bosque de la miseria
donde uno se arrastra y se arrastra,
donde se vive en la cáscara de los árboles,
donde se duerme sobre ramas silvestres
que no pueden soportar tu peso,
donde la vida no tiene un propósito
y no es civil ni inteligente.

Donde la vida no tiene un propósito,
y no es civil ni inteligente,
empieza
a llover,
empieza
a oler como a cadáveres
de flores.
Detrás de la nuca
la piel vieja se abre.
La serpiente tiembla
pero no vacila.
Avanza lentamente.
Debajo empieza a sangrar
como si fuera seda.


RAIN

1.

All afternoon it rained, then
such power came down from the clouds
on a yellow thread,
as authoritative as God is supposed to be.
When it hit the tree, her body
opened forever.

2. THE SWAMP

Last night, in the rain, some of the men climbed over
the barbed-wire fence of the detention center.
In the darkness they wondered if they could do it, and
knew they had to try to do it.
In the darkness they climbed the wire, handful after
handful of barbed wire.
Even in the darkness most of them were caught and
sent back to the camp inside.
But a few are still climbing the barbed wire, or wading
through the blue swamp on the other side.

What does barbed wire feel like when you grip it, as
though it were a loaf of bread, or a pair of shoes?
What does barbed wire feel like when you grip it, as
though it were a plate and a fork, or a handful of
flowers?
What does barbed wire feel like when you grip it, as
though it were the handle of a door, working papers,
a clean sheet you want to draw over your body?



3.

Or this one: on a rainy day, my uncle
lying in the flower bed,
cold and broken,
dragged from the idling car
with its plug of rags, and its gleaming
length of hose. My father
shouted,
then the ambulance came,
then we all looked at death,
then the ambulance took him away.
From the porch of the house
I turned back once again
looking for my father, who had lingered,
who was still standing in the flowers,
who was still motionless muddy man,
who was that tiny figure in the rain.

4. Early Morning, My Birthday

The snails on the pink sleds of their bodies are moving
among the morning glories.
The spider is asleep among the red thumbs
of the raspberries.
What shall I do, what sall I do?

The rain is slow.
The little birds are alive in it.
Even the beetles.
The green leaves lap it up.
What shall I do, what shall I do?

The wasp sits on the porch of her paper castle.
The blue heron floats out of the clouds.
The fish leap, all rainbow and mouth, from the dark water.
This morning the water lilies are no less lovely, I think,
than the lilies of Monet.
And I do not want anymore to be useful, to be docile,
to lead
children out of the fields into the text
of civility, to teach them that they are (they are not) better
than the grass.

5.  At the edge of the ocean





I have heard this music before,
saith the body.



6. The Garden

The kale's
puckered sleeve,
the pepper's
hollow bell,
the lacquered onion.

Beets, borage, tomatoes.
Green beans.

I came in and I put everything
on the counter: chives, parsley, dill,
the sqash like a pale moon,
peas in their silky shoes, the beautiful
rain-drenched corn.

7. The Forest

At night
under the trees
the black snake
jellies forward
rubbing
roughly
the stems of the bloodroot,
the yellow leaves,
little boulders of bark,
to take off
the old life.
I don't know
if he knows
what is happening.
I don't know
if he knows
it will work.
In the distance
the moon and the stars
give a little light.
In the distance
the owl cries out.

In the distance
the owl cries out.
The snake knows
these are the owl's woods,
these are the woods of death,
these are the woods of hardship
where you crawl and crawl,
where you live in the husks of trees,
where you lie on the wild twigs
and they cannot bear your weight,
where life has no purpose
and is neither civil nor intelligent.

Where life has no purpose,
and is neither civil nor intelligent,
it begins
to rain,
it begins
to smell like the bodies
of flowers.
At the back of the neck
the old skin splits.
The snake shivers
but does not hesitate.
He inches forward.
He begins to bleed through
like satin.







                                                            en mi felicidad
                                                            en mi cuerpo blando,
                                                            en mi pelo largo y brillante –
                                                            porque todo eso fue verdadero:
                                                            el milagro de mí misma,
                                                            sus sueños,
                                                            su desesperación.

LAS POLILLAS

Hay una polilla blanca, no sé
de qué especie, que brilla
a mediados de mayo
en el bosque, justo
cuando las flores rosadas de la orquídea
están saliendo.

Si te das cuenta de algo,
eso te lleva a
darte cuenta
de más
y más.

Pero, bueno
yo estaba tan llena de energía.
Siempre corriendo, mirando
ésto y aquello.

Si me detenía
el dolor
era insoportable.

Si me detenía y pensaba que tal vez
el mundo
no se puede salvar,
el dolor
era insoportable.


                                                           in my happiness,
                                                           in my soft body,
                                                           in my long and shining hair –
                                                           for all of it was true:
                                                           the miracle of myself,
                                                           their dreams,
                                                           their despair.


The Moths

There's a kind of white moth, I don't know
what kind, that glimmers
by mid-May
in the forest, just
as the pink moccasin flowers
are rising.

If you notice anything,
it leads you to notice
more
and more.

And anyway
I was so full of energy.
I was always running around, looking
at this and that.

If I stopped
the pain
was unbearable.

If I stopped and thought, maybe
the world
can't be saved,
the pain
was unbearable.


CUARENTA AÑOS

Cuarenta años
las hojas de papel blanco
pasaron por mis manos y traté
de mejorar su vacío

pacífico poniendo
pequeños rulos pequeñas astas
de letras y palabras
llamitas saltando

ninguna página
fue menos que fascinante para mi
discursiva llena de cadencia
con sus pálidos nervios escondidos

en las curvas de las Qs
tras las Hs marciales
en las patas palmípedas de las Ws
cuarenta años

y otra vez estoy esta mañana como siempre
detenida mientras el mundo vuelve
húmedo y hermoso estoy pensando
que el lenguaje

no es ni siquiera un río
no es un árbol no es un campo verde
no es ni siquiera una hormiga negra que viaja
eficiente y modesta

de un día al otro de una
página dorada a la otra.


Forty years

for forty years
the sheets of white paper have
passed under my hands and I have tried
to improve their peaceful

emptiness putting down
little curls little shafts
of letters words
little flames leaping

not one page
was less to me than facinating
discursive full of cadence
its pale nerves hiding

in the curves of the Qs
behind the soldierly Hs
in the webbed feet of the Ws
forty years

and again this morning as always
I am stopped as the world comes back
wet and beautiful I am thinking
thet language

is not even a river
is not a tree is not a green field
is not even a black ant traveling
briskly modestly

from day to day from one
golden page to another.


LA PRÓXIMA VEZ

La próxima vez lo que haría es mirar
la tierra antes de decir algo. Detenerme
justo antes de entrar en una casa,
y ser emperador por un minuto
y escuchar el viento
o el aire inmóvil.

Cuando alguien me hablase, para
culparme o alabarme o sólo por pasar el rato,
le miraría la cara, cómo la boca
debe trabajar, y vería cada tensión, cada
signo de lo que alzó la voz.

Y sobre todo, conocería más –la tierra
apoyándose en sí misma y levantándose, el aire
encontrando cada hoja y cada pluma sobre
el bosque y el agua, y en cada persona
el cuerpo resplandeciendo dentro de la ropa
como una luz.


Next Time

Next time what I'd do is look at
the earth before saying anything. I'd stop
just before going into a house
and be an emperor for a minute
and listen better to the wind
or to the air being still.

When anyone talked to me, whether
blame or praise or just passing time,
I'd watch the face, how the mouth
has to work, and see any strain, any
sign of what lifted the voice.

And for all, I'd know more -- the earth
bracing itself and soaring, the air
finding every leaf and feather over
forest and water, and for every person
the body glowing inside the clothes
like a light.


DORMIR EN EL BOSQUE

Creí que la tierra me recordaba,
me recibió tan tierna, arreglándose
las polleras oscuras, con los bolsillos
llenos de semillas y de líquenes. Dormí
como nunca, como una piedra
en el lecho del río, nada
sino mis pensamientos entre el fuego blanco
de las estrellas y yo, y ellos flotaban
livianos como polillas entre las ramas
de los árboles perfectos. Toda la noche
oí respirar a los pequeños reinos
a mi alrededor, los insectos, y los pájaros
que hacían su trabajo en la oscuridad. Toda la noche
subí y bajé, como en el agua, forcejeando
con una condena luminosa. Por la mañana
me había desvanecido al menos una docena de veces
en algo mejor.


Sleeping in the woods

I thought the earth remembered me, she
took me back so tenderly, arranging
her dark skirts, her pockets
full of lichens and seeds. I slept
as never before, a stone
on the riverbed, nothing
between me and the white fire of the stars
but my thoughts, and they floated
light as moths among the branches
of the perfect trees. All night
I heard the small kingdoms breathing
around me, the insects, and the birds
who do their work in the darkness. All night
I rose and fell, as if in water, grappling
with a luminous doom. By morning
I had vanished at least a dozen times
into something better.


LA TORMENTA

Ahora por el huerto blanco mi perrito
retoza, rompe la nieve nueva
con patas salvajes.
Corre para aquí corre para allá, exaltado,
casi sin poder parar, salta, gira
hasta que en la nieve blanca queda escrita
en letras grandes y exuberantes,
una oración larga, que expresa
los placeres del cuerpo sobre este mundo.
Oh, yo no podría haberlo dicho mejor


The Storm

Now through the white orchard my little dog
romps, breaking the new snow
with wild feet.
Running here running there, excited,
hardly able to stop, he leaps, he spins
until the white snow is written upon
in large, exuberant letters,
a long sentence, expressing
the pleasures of the body in this world.
Oh, I could not have said it better


EL VIAJE

Un día supiste por fin
lo que tenías que hacer, y empezaste,
aunque a tu alrededor las voces
seguían gritando
sus malos consejos ---
aunque toda la casa
empezó a temblar
y sentiste el antiguo tirón
en los tobillos.
“¡Arreglame la vida!”
gritaba cada voz.
Pero no paraste.

Sabías lo que tenías que hacer,
aunque el viento hurgaba
con sus dedos rígidos
en las bases mismas ---
aunque su melancolía
fuese terrible. Ya era bastante
tarde, y una noche salvaje,
y la calle llena de ramas
caídas y de piedras.

Pero de a poco,
mientras dejabas las voces atrás,
las estrellas empezaron a arder
entre las sábanas de nubes,
y había una voz nueva,
que lentamente
reconociste como tu propia voz,
que te acompañaba
mientras te adentrabas más y más
en el mundo,
decidida a hacer
lo único que podías hacer --- decidida a salvar
la única vida que podías salvar.


The Journey

One day you finally knew
what you had to do, and began,
though the voices around you
kept shouting
their bad advice - - -
though the whole house
began to tremble
and you felt the old tug
at your ankles.
'Mend my life!'
each voice cried.
But you didn't stop.

You knew what you had to do,
though the wind pried
with its stiff fingers
at the very foundations - - -
though their melancholy
was terrible.It was already late
enough, and a wild night,
and the road full of fallen
branches and stones.

But little by little,
as you left their voices behind,
the stars began to burn
through the sheets of clouds,
and there was a new voice,
which you slowly
recognized as your own,
that kept you company
as you strode deeper and deeper
into the world,
determined to do
the only thing you could do - - - determined to save
the only life you could save.


MIEL EN LA MESA

Te colma con la esencia suave
de flores desaparecidas, se transforma
en un hilo filoso como un pelo que seguís
desde el frasco de miel sobre la mesa

hasta la puerta, hasta el piso,
y que todo el tiempo se engrosa,

se hace más hondo y salvaje, bordeado
de ramas de pinos y de piedras húmedas,
de huellas de ocelotes y de osos, hasta que

bosque adentro
te encaramás a un árbol, arrancás la corteza,

y flotás, tragando panales que chorrean,
trozos de árbol, abejas aplastadas --- un sabor
compuesto de todo lo perdido, en el que todo lo perdido se encuentra.


Honey At The Table

It fills you with the soft
essence of vanished flowers, it becomes
a trickle sharp as a hair that you follow
from the honey pot over the table

and out the door and over the ground,
and all the while it thickens,

grows deeper and wilder, edged
with pine boughs and wet boulders,
pawprints of bobcat and bear, until

deep in the forest you
shuffle up some tree, you rip the bark,

you float into and swallow the dripping combs,
bits of the tree, crushed bees - - - a taste
composed of everything lost, in which everything lost is found.


ROBLES NEGROS

Okay, nadie puede escribir una sinfonía, ni un diccionario,
ni siquiera una carta a un viejo amigo, plagada de recuerdos
y de consuelo.

Nadie puede controlar un solo sonido aunque el arrendajo azul
se queje y silbe el día entero en las ramas, sin
el empujón del viento.

Pero a decir verdad, después de un rato palidezco de anhelo
por sus cuerpos gruesos ahogados por el líquen

y no me pueden apartar del bosque, del tonelaje

de sus hombros, de su melena verde brillante.

Hoy es un día como cualquiera: veinticuatro horas, un
poquito de sol, un poquito de lluvia.

Escuchame, dice la ambición; cargando el peso de una bota
a la otra, nerviosamente- ¿por qué no te movés?

Porque ahí estoy, en las sombras musgosas, debajo de los árboles.

Y a decir verdad, no quiero soltarle las muñecas
a la pereza, no quiero vender mi vida por dinero,

ni siquiera quiero entrar porque empieza a llover.


Black Oaks

Okay, not one can write a symphony, or a dictionary,
or even a letter to an old friend, full of remembrance
and comfort.

Not one can manage a single sound though the blue jays
carp and whistle all day in the branches, without
the push of the wind.

But to tell the truth after a while I'm pale with longing
for their thick bodies ruckled with lichen

and you can't keep me from the woods, from the tonnage

of their shoulders, and their shining green hair.

Today is a day like any other: twenty-four hours, a
little sunshine, a little rain.

Listen, says ambition, nervously shifting her weight from
one boot to another -- why don't you get going?

For there I am, in the mossy shadows, under the trees.

And to tell the truth I don't want to let go of the wrists
of idleness, I don't want to sell my life for money,

I don't even want to come in out of the rain.




GANSOS SALVAJES

No tenés que ser bueno.
No tenés que caminar de rodillas
cien kilómetros por el desierto, arrepintiéndote.
Solamente tenés que dejar que el animal blando que es tu cuerpo
ame lo que ama.
Contame de tu desesperanza, y yo te cuento de la mía.
Mientras tanto el mundo sigue.
Mientras tanto el sol y las piedritas claras de la lluvia
se mueven por los paisajes,
sobre los prados y los árboles frondosos,
las montañas y los ríos.
Mientras tanto, arriba, en el aire limpio y azul, los gansos salvajes
vuelven a casa una vez más.
Seas quien seas, no importa qué tan solo estés,
el mundo se ofrece a tu imaginación,
te llama como los gansos salvajes, ensordecedor y fascinante
anunciándote una y otra vez tu lugar
en la familia de las cosas.



WILD GEESE


You do not have to be good.
You do not have to walk on your knees
for a hundred miles through the desert repenting.
You only have to let the soft animal of your body
love what it loves.
Tell me about despair, yours, and I will tell you mine.
Meanwhile the world goes on.
Meanwhile the sun and the clear pebbles of the rain
are moving across the landscapes, 
over the prairies and the deep trees,
the mountains and the rivers.
Meanwhile the wild geese, high in the clean blue air,
are heading home again.
Whoever you are, no matter how lonely, 
the world offers itself to your imagination,
calls to you like the wild geese, harsh and exciting  
over and over announcing your place 
in the family of things.




OJOS BLANCOS

En invierno
    todo el canto está
        en las copas de los árboles
            donde el pájaro-viento

con sus ojos blancos
     presiona y empuja
          entre las ramas.
               Como todos nosotros

quiere irse a dormir,
     pero está inquieto--
          tiene una idea,
              y despacio se despliega

bajo sus alas batientes
     mientras sigue despierto
           Pero su música grande y redonda, al fin y al cabo
                es demasiado jadeante para durar.

Así que se acabó.
     En la punta del pino
         arma su nido,
              hizo todo lo que pudo.

No sé el nombre del pájaro,
      solo imagino su pico rutilante
           mientras las nubes--

que ha sometido
      desde el norte--
           a las que enseñó
               a ser leves y silenciosas--

se espesan, y empiezan a caer
     sobre el mundo allá abajo
          como estrellas, o plumas
               de un pájaro inimaginable

que nos ama,
      y ahora está despierto, en silencio--
           que se ha convertido
                 en nieve.



WHITE-EYES


In winter
     all the singing is in
         the tops of the trees
              where the wind-bird

with its white eyes
      shoves and pushes
           among the branches.
                Like any of us

he wants to go to sleep,
      but he’s restless—
           he has an idea,
                and slowly it unfolds

from under his beating wings
        as long as he stays awake
            But his big, round music, after all,
                     is too breathy to last.

So, it’s over.
      In the pine-crown
            he makes his nest,
                 he’s done all he can.

I don’t know the name of this bird,
        I only imagine his glittering beak
              while the clouds—

which he has summoned
      from the north—
            which he has taught
                   to be mild, and silent—

thicken, and begin to fall
     into the world below
         like stars, or the feathers
              of some unimaginable bird

that loves us,
     that is asleep now, and silent—
           that has turned itself
                  into snow.







(Versiones en castellano de Sandra Toro)




Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...