sábado, 28 de marzo de 2009
Yo te pido II
envenename de amor...
Dame a beber de tus ojos
dos tragos de sombra de tu corazón."
Yo te pido
Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
solo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.
Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tu quieras
las palomas que suelo mirar.
De lo pasado no lo voy a negar
el futuro algún día llegara
y del presente
que le importa a la gente
si es que siempre van a hablar.
Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas no te niegues
no hables por hablar.
Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
solo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.
Mario Benedetti
Quiero alegría
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría
Mario Benedetti
Hagamos catarsis poética
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha como ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.
Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.
Mario Benedetti
El fuego y la llama
(Estar enamorado. Francisco Luis Bernárdez)
Otro poema de mi nuevo amigo
El mar me llega por la nariz y los ojos, siempre
Las valijas de mi casa tienen el olor del mar
Las ojotas, como caracoles, tienen el sabor del mar
La malla huele a esa humedad hermosa también
Hace poco descubrí que no puedo estar sin ver el mar
Desde chico siempre fui feliz en sus orillas
Como cuando armaba castillos
O corría en mi fórmula uno de plástico
Años después conocí a mi amor en la orilla del mar
Era medio china y con el pelo mal cortado apropósito
Después le canté Spinetta y nunca más se fue
El mar me llegó hasta el corazón, siempre.
Poeta desconocido
Fin de mes
El techo se me cae encima otra vez
Afuera, dicen que hay sol
Siento hambre y sed
Me arrastro a la heladera sin ganas
Medio limón usado, una zanahoria negra,
Olor a podrido,
Una cubetera y una botella de agua vacías
La nada
Todo indica que llegó el fin del mundo.
viernes, 27 de marzo de 2009
Las chicas crecen
miércoles, 25 de marzo de 2009
Emma Luaces, poeta
La loba y la mujer son iguales en el escoger.
Dicho popular
Loba Bella Mujeres y lobos Las mujeres y los lobos Bosques y lobos el lobo es una sombra que está sola y que busca a la hembra y siente frío. La loba es una hembra La cueva de las lobas Cueva Loba de leche Soy loba de leche Hermana loba Hermana loba Loba de la gente Soy extranjera y extraña Lobas libres Lobas Libran Libertan Libres
Del poemario Lobo azul. |
|
Del blog de Minerva
O. K. Bernhardt.
MInerva
Su blog: Hablemos de mujer a mujer, en la columna de la derecha.
Cranck
Me encantaron las escenas con la novia que cree que su chico asesino a sueldo era vendedores de juegos electrónicos. Muy fuerte la escena de conseguir adrenalina con sexo en la calle.
El final, terriblemente impactante.
Mi mamá me abraza
martes, 24 de marzo de 2009
24 de marzo: Hacer memoria
para que los chicos que nacieron después del 90
sepan de qué se trata.
Canción de Alicia en el país
Quién sabe Alicia éste país
no estuvo hecho porque sí.
Te vas a ir, vas a salir
pero te quedas,
¿dónde más vas a ir?
Y es que aquí, sabes
el trabalenguas trabalenguas
el asesino te asesina
y es mucho para ti.
Se acabó ese juego que te hacía feliz.
No cuentes lo que viste en los jardines, el sueño acabó.
Ya no hay morsas ni tortugas
Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie
juegan cricket bajo la luna
Estamos en la tierra de nadie, pero es mía
Los inocentes son los culpables, dice su señoría,
el Rey de espadas.
No cuentes lo que hay detrás de aquel espejo,
no tendrás poder
ni abogados, ni testigos.
Enciende los candiles que los brujos
piensan en volver
a nublarnos el camino.
Estamos en la tierra de todos, en la vida.
Sobre el pasado y sobre el futuro,
ruinas sobre ruinas,
querida Alicia.
Se acabó ese juego que te hacía feliz.
24 de marzo
Ayer en una de mis escuelas: la Técnica nª1 de Muñiz
comtemplé con admiración la cartelera realizada
por profes con conciencia política
y compromiso real con la docencia.
El tema era el aniversario del golpe de Estado del 76
y entre los textos e imágenes elegidos estaba
este poema de Jorge Luis Borges.
MILONGA DEL MUERTO
Lo he soñado en esta casa
entre paredes y puertas.
Dios les permite a los hombres
soñar cosas que son ciertas.
Lo he soñado mar afuera
en unas islas glaciales.
Que nos digan lo demás
la tumba y los hospitales.
Una de tantas provincias
del interior fue su tierra.
(No conviene que se sepa
que muere gente en la guerra).
Lo sacaron del cuartel,
le pusieron en las manos
las armas y lo mandaron
a morir con sus hermanos.
Se obró con suma prudencia,
se habló de un modo prolijo.
Les entragaron a un tiempo
el rifle y el crucifijo.
Oyó las vanas arengas
de los vanos generales.
Vio lo que nunca había visto,
la sangre en los arenales.
Oyó vivas y oyó mueras,
oyó el clamor de la gente.
El sólo quería saber
si era o si no era valiente.
Lo supo en aquel momento
en que le entraba la herida.
Se dijo "No tuve miedo"
cuando lo dejó la vida.
Su muerte fue una secreta
victoria. Nadie se asombre
de que me dé envidia y pena
el destino de aquel hombre.
Dicen que me veo distinta
Dicen que es poca la gente
que encuentra en su vida la otra mitad
pero el que encuentra te dice no hay que morirse
sin saber amar.
Dicen que tambien llega cuando no lo esperas
y que no hay edad
dicen que anda sin ver
hasta que llegue tu verdadero amor
entonces ves la belleza que vive oculta a tu alrededor.
Dicen que te cambia la cara
que se trasluce el alma
y dicen la nubes cuando alguien te ama.
Dicen que me veo distinta
que me brillan los ojos
y me ahogo entre risas
cuando contigo estoy.
Hay un juramento que hacen los amantes
en la intimidad.
Si la entrega es mutua y no hay traición
tendrá buen final.
Dicen que si esto ocurre seguro vuelve
más fuerte el amor.
Y que nunca jamas se podrán separar,
pasan buenas cosas cuando dos personas se dejan amar.
Dicen que te cambia la cara
que se trasluce el alma
y dicen las nubes cuando alguien te ama.
Dicen que me veo distinta
que me brillan los ojos
y me ahogo entre risas
cuando contigo estoy
eso dicen...
eso dicen...
Dicen que te cambia la cara
que se trasluce el alma
y dicen las nubes cuando alguien te ama.
Dicen que me veo distinta
que me brillan los ojos
y me ahogo entre risas
cuando contigo estoy
eso dicen...
.
domingo, 22 de marzo de 2009
Ayer: irremediable
Deconstruir la identidad
Los constructivistas o la masculinidad resquebrajada
“Los especialistas de los Mens s Studies coinciden en rechazar la idea de una masculinidad única. Con una formación humanística, niegan el papel fundamental de la biología y se inclinan por la idea de una plasticidad humana. Se basan en los diversos trabajos de antropología social y cultural, y en las últimas investigaciones históricas y sociológicas sobre la masculinidad (y la feminidad), para concluir que no existe un modelo masculino universal, válido para todos los tiempos y todas las latitudes. La masculinidad, más que una esencia es una ideología que tiende a justificar la dominación masculina. (…)
Si la masculinidad es algo que se aprende y se construye, también puede cambiar. Como es obvio, lo que se construye puede ser reconstruido para ser reconstruido de nuevo. Pero a los más radicales de los “constructivistas”, inspirados por J. Derrida, sólo les interesa la reconstrucción. Pretenden acabar definitivamente con el dualismo de los géneros y los sexos, que no son más que oposiciones ideológicas encaminadas a establecer la opresión de uno sobre otro. Piensan deshacerse así, de una vez por todas, de los problemas de identidad sexual –incluidos los de los transexuales- e instaurar un régimen de plena libertad.
”
Badinter Elisabeth, XY, la identidad masculina. Ed. Norma. Bogotá 1993
Empanadas del domingo
Pintando casa
Mi casa de blanco. Primera pintada en seis años ya que vivimos acá.
Una experiencia religiosa: difícil decidirse a sacar todos los papeles y los trapos pero una vez que estamos en el baile es lindo bailar. Aunque yo pasé de "Dancing queen" a "la reina del enduido".
¡Grande mi amiga Ali ayudando y poniéndole onda "a lo tía que pega"!
viernes, 20 de marzo de 2009
Fábricas del amor
Fábricas del amor
Juan Gelman
II
Alza tus brazos, ellos encierran a la noche, desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra con una campana
que suene suavemente a cada golpe del amor.
Entiérrame la sombra, lávame con ceniza, cávame del dolor,
límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.
Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.
Ruiseñores de nuevo (Te amo, Juan)
Ruiseñores de nuevo
Juan Gelman
" En el gran cielo de la poesía,
mejor dicho
en la tierra o mundo de la poesía que incluye cielos
astros
dioses
mortales
está cantando el ruiseñor de Keats
siempre
pasa Rimbaud empuñando sus 17 años como la llama de amor viva de San Juan
a la teresa se le dobla el dolor y su caballo triza el polvo enamorado Francisco de Quevedo y Villegas
el dulce Garcilaso arde en los infiernos de John Donne
de César Vallejo caen caminos para que los pies de la poesía caminen
pies que pisan callados como un burrito andino
Baudelaire baja un albatros de su reino celeste
con el frac del albatros Mallarméva a la fiesta de la nada posible
suena el violín de Verlaine en la fiesta de la nada posible
recuerda que la sangre es posible en medio de la nada
que Girondo liublimará perrinunca lamora
y girarán los barquitos de tuñón contra el metal de espanto que abusó a Apollinaire
oh Lou que desamaste la eternidad de viaje
el palacio del exceso donde entró la sabiduría de Blake
el paco urondo que forraba en lamé la felicidad para evitarle fríos de la época
mientras Roque Dalton trepaba por el palo mayor de su alma y gritaba. "
"La gran ciudad estaba equivocada sin tu pelo"
En la fecha
Juan Gelman
Solo de ti, lleno de ti,
esta tarde a las 7,
el ciudadano de tu ausencia
se palpaba la cara, la voz, los papelitos,
deveras comprobando
que tus ruidos andaban por sus huesos
y en general te habías ido.
Golpeó puertas, teléfonos.
La gran ciudad estaba equivocada sin tu pelo, señora,
y él sentía tirones detrás del corazón.
A lo mejor era el tabaco,
de todos modos yo soy otro:
un pedazo de ti,
alguien a quien castigan puertas, ruidos, teléfonos,
y, andá a saber por qué,
toda la parentela de la muerte.
de "El juego en que andamos"
Una mujer y un hombre
Una mujer y un hombre
Juan Gelman
Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz,
una mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra.
jueves, 19 de marzo de 2009
Amores finales
Sé que es infantil, sé que dicen que no dura para siempre. Pero yo sigo queriendo creer que crece, que el señor amor es capaz de crecer, de cambiar, de modificarse, de vivir y revivir como el ave fénix, de ser alimentado y sostenerse a través del tiempo y de las vidas. Lo sigo creyendo.
Cuenta regresiva
Guau. Toy reansiosa.
Toy refeliz de llegar acá.
Refeliz de ser lo que soy. De haber vivido tantas vidas. De estar empezando a vivir lo mejor.
Estar enamorad@
Estar enamorado. Francisco Luis Bernárdez |
Francisco Luis Bernárdez |
Es como
Y no es una tormenta, ni un huracán, ni algo que arranque y rompa y avance.
domingo, 15 de marzo de 2009
Nuevo aspecto
Juana Pimienta
Juana Pimienta soy (Copiado de la bloga: larosabrindada)
Soy Juana Pimienta, mujer de esta tierra
raíz en el aire, sonidos en movimiento.
Soy mujer originaria de esta región del mundo
que los que nos negaron llamaron América.
Soy mujer afro.
Llego una y otra vez, esclavizada, en los barcos negreros.
Soy mujer mestiza. Soy mujer esclava. Soy mujer rebelde.
Soy mujer que junta, en su cuero y en su sangre, los años del continente.
Tengo la memoria encendida en donde duele.
Tengo la esperanza abierta a los latidos de las mujeres que vendrán.
De las que están viniendo desde el fondo de la historia.
Soy Juana Pimienta.
Estoy en la cocina de la historia.
Canto en guaraní, en mapuzundgun, en quichua, en aymara,
en kaqchikel, en tzeltal, en tojolabal...
canciones de cuna para un pueblo en nacimiento.
Soy digna rabia. Soy amazona.
Soy la amante de las pajarillas libertarias que recorren el cielo, migrando,
para encontrar el horizonte esperado.
Soy bruja quemada en las hogueras de todas las inquisiciones.
Soy desaparecida treinta mil veces en Argentina,
y otras miles en Guatemala, en Chile, en México, en Uruguay,
esos trozos de territorios que les dicen patrias.
Soy matria. Soy munda encantada.
Soy canto general. Soy Ramona. Soy Violeta.
Soy Juana, Pimienta, Azurduy...
Todas las Juanas que se asoman a las ventanas.
Soy Juana Pimienta, la misma que cultivaba una rosa,
en la Tribu de todas las resistencias.
Soy la que baila, tan sólo por el gusto de bailar.
Soy la que canta, tan sólo por el placer de cantar.
Soy la que escribe poemas en las hojas de los árboles caídos,
para que aún caídas,
las hojas sigan escribiendo la historia de las pasiones olvidadas.
Soy humus. Soy semilla que cae en el humus.
Soy flor y fruto. Y no soy nada.
Nada más que una mujer que puebla una hora del aire de la radio.
Te busco. Te encuentro.
Cuando la noche promete la danza de las brujas.
La JUANA PIMIENTA vuelve a la radio: de lunes a viernes de 22 a 23 hs.
por Radio Nacional, la radio pública (AM 870) – (www.radionacional.com.ar)
Idea y conducción: Liliana Daunes
Colaboran: Claudia Korol y Diana Tarnofky
¿Nos encontramos en las orillas del aire para seguir brindando por rebeldía, resistencia y efervescencia!?
El silencio que brota de los libros
Rodrigo Fresán, en su novela "Jardines de Kesington".
sábado, 14 de marzo de 2009
Ícara
Desenroscarme
Silvina Ocampo y sus niñas inquietantes
Silvina Ocampo y sus niñas inquietantes
María Noemí Balbi de Cerini
Cambios y rupturas…
Es sabido que, a fines de la década del 60, en el campo de la literatura infantil argentina comienzan a gestarse cambios y rupturas. Con más razón si se tiene en cuenta el lugar central que ocuparon en los relatos de las décadas anteriores el aleccionamiento y la marcación de pautas cívicas y morales.
La propuesta de romper esas matrices pseudo-literarias, revalorizando la auténtica literatura destinada a los niños y jóvenes, llega de la mano de María Elena Walsh quien “comete la originalidad” de dejar que las palabras tomen la iniciativa y construyan textos chispeantes, autónomos, gratuitos. Gracias a esas maniobras retóricas, los niños se descubren siendo niños: ni modelos de hombres, ni ventrílocuos de adultos (Montes, 1999).
Desde el espigón poético levantado por Walsh, esta literatura comienza a delinear su propio espacio cultural con nítidas marcas discursivas. María Adelia Díaz Rönner (2000:526) la presenta así “Es evidente que hubo condiciones objetivas en los años ’60, acaso el desarrollismo económico y el auge universitario y científico, pero también la impetuosa presencia de una narrativa consolidada que estaba modificando el universo lector, para hacer posible esta apertura y cambiar el signo de las direcciones precedentes, conservadoras, populistas o progresistas. Fue una suerte de entretejido –una hibridación- de lo culto y lo popular con sus ramales y sus atajos, sus nervaduras y sus pliegues, lo que dio lugar a una zona de culturización abierta, penetrable, de claves propias.”
Dentro de esa narrativa consolidada, ocupa un espacio fundante la narrativa femenina. Tanto desde lo ficcional como desde la escritura, las décadas del ’60 y del ’70 muestran una fuerte presencia de la mujer.
Se trata de una doble toma de posición iluminadora que atraviesa el campo literario: la de los textos escritos por mujeres y la de los textos destinados a los niños, cuya novedad tiene que ver con la instauración de nuevas matrices de sentido a favor de otra visión de lo femenino y de la infancia, diferente de la canónica e infalible, generada por culturas marcadamente patriarcales.
Bajo estas condiciones de producción es que se escucha una voz femenina y singular. Es la voz de Silvina Ocampo que incluye en la serie literaria infantil personajes femeninos que atraviesan las fronteras de la tradicional división de géneros y circulan por la ficción “haciendo cosas extrañas” que provocan incertidumbre en el lector.
Niñas rebeldes
“La poética que creó Silvina Ocampo opera con el mamarracho genial, hecho en los márgenes de la hoja de la narrativa consagrada”, dice Elsa Drucaroff, con la seguridad de estar hablando de una escritora que se constituye literariamente en la paradoja; ya que mientras la crítica ignora o no comprende lo que escribe, ella va haciendo aparecer, despacio y probablemente sin proponérselo, una escritura impregnada de búsquedas, obsesiones y artificios compositivos femeninos. Una escritura que se volverá insoslayable para comprender la producción de escritoras posteriores, porque favorecerá apropiaciones creativas y otorgará legitimidad específica a nuevas formas.
Es que a través del lenguaje, ella logra construir una mirada más femenina; esa perspectiva que aprovecha el lugar lateral desde donde observa, para ver algo que desde un lugar central no se ve. Por eso su mirada no es contundente sino vacilante y contradictoria, es más bien un atisbo, un momento, “un ojo bizco”[1], que observa en una sociedad donde las mujeres ya no son las que, masivamente, se someten a los modelos masculinos que la cultura les obligó a internalizar, pero todavía no se despojan totalmente de ellos.
Silvina Ocampo es una escritora atípica, durante mucho tiempo excluida de la narrativa literaria argentina. Su marido, Adolfo Bioy Casares, dijo alguna vez que la crítica no la había entendido. Ciertamente la crítica ignoró, hasta finales de los años ochenta, la complejidad, el humor y la originalidad de la Ocampo.
Parecida actitud “silenciosa” ha tenido la crítica para con su obra dedicada a los niños, de la cual muy pocos han hablado hasta ahora, seguramente, por la abismal distancia dialógica que se establece entre estos relatos y el paradigma literario concebido para la infancia. El cofre volante, El caballo alado, La naranja maravillosa son sus colecciones de cuentos.
Díaz Rönner (1988:83) afirma que los dieciséis cuentos que arman el libro titulado La naranja maravillosa, constituyen “la poética de la zozobra, de lo paradójico” que se aviva con la abundante presencia de la fantasía y de la magia. Son “cuentos para niños o cuentos con niños”, que no suponen un lector convencional en busca de lo previsible sino uno dispuesto a internarse en un mundo de rupturas que provoca desasosiego, enojo o frustraciones.
No habían circulado en la literatura infantil, hasta que Ocampo las instaló, protagonistas tan inestables, tan extrañas: sus niñas son feas pero inteligentes, lindas pero tartamudas, curiosas pero muy crueles, es decir inquietantemente transgresoras del estereotipo femenino que se venía configurando hasta ese momento en esta serie.
Alejados, asimismo, de la pasividad que los carecterizó en otros relatos, aquí los personajes femeninos siempre son protagonistas activos, significantes de una vida normal que en un punto se quiebra y da lugar a lo extraño, lo maravilloso o lo fantástico, como para demostrar la fragilidad de las reglas que rigen la existencia humana.
Claudia y Virginia, seres construidos dialógicamente en la trama del cuento La naranja maravillosa, llevan esa vacilación y esa contradicción marcadas a fuego. En sus voces se entrecruzan y se reinscriben las voces de las heroínas de los cuentos clásicos, lamentándose por su fealdad y su destino de pobreza.
La leve tartamudez, padecida por una de las protagonistas se suma en esta instancia del diálogo, instaurando el primer distanciamiento paródico del cuento. No sólo por el defecto, sino por el artificio verbal de presentarlo a través de la expresión: “hablar al ‘vesre’”, que no pertenece a la serie lexical del texto, y con su irrupción inesperada provoca una especial coloratura lexical (Tinianov, 1968:169) que desemboca en el humor.
En la ubicación espacial y temporal, también se lee un quiebre con respecto a la típica atemporalidad de los cuentos maravillosos. No están estas niñas en un idílico paisaje, sino que al palacio al que llegan en un momento del relato, lo rodea el espacio porteño, con nombres de barrios, de calles, de plazas, con trenes y coches de caballo que plantean una absurda relación con la realidad.
Alejadas de la maniquea separación entre el bien y el mal, típica de aquellos discursos, oscilan entre la caridad y la burla, entre la seguridad y la indecisión, durante el desarrollo de una trama discursiva sencilla y ágil, hábilmente trabajada a través del lenguaje.
Asimismo, se van configurando los sentidos de la incertidumbre que provoca lo fantástico en las subjetividades de ambas protagonistas. Por eso es que al recibir un telegrama del mago Chucuchucu, con una invitación para gozar de los dones de las naranjas maravillosas, que les ayudarían a revertir sus desventuras, primero se paralizan ante lo absurdo de la situación, pero luego se deciden a probar suerte.
Es aquí donde se marca la mayor diferencia entre estas nuevas heroínas del relato infantil argentino y las de los cuentos clásicos. No solamente se construyen en la incertidumbre sino que aquí, lo extraño aparece alivianado por el humor que distiende y no alcanza para inmovilizarlas. Así es que dejan todo de lado y enfrentan activamente el desafío del “viaje en busca de la felicidad”. Comienzan a leerse mujeres que intentan romper la “seguridad” de la espera pasiva en el ámbito privado, para exponerse a la lucha activa en el ámbito de lo público.
Otro tipo de tensión es la que plantea la protagonista del relato Viviana, la curiosa[2]. En su interior pugnan la inocencia de la niñez y la crueldad, la sujeción a la norma y su desvío extremo. Trabajada desde la ambivalencia, en la subjetividad de este personaje se aloja una fuerte lucha entre sus sentimientos más nobles –cariño y protección hacia una calandria de juguete- y su curiosidad desmesurada por conocer el mecanismo que gobierna los seres y las cosas, que la lleva a la disección del objeto con impulsiva frialdad:
“Sin vacilar Viviana puso a Ovillito sobre un escalón de piedra del jardín, se arrodilló en el suelo y lo abrió de arriba abajo con el cortaplumas.” (p. 127)
Si bien es cierto que la curiosidad entra dentro del imaginario infantil, la manera de constituirla en este discurso literario hace que se la lea como una reacción primitiva, desaforada, cruel, frente a la cual la niña no puede sobreponer su voluntad. Se puede interpretar esto a la luz de las palabras de Andrea Ostrov ( 1997:98) quien opina que la mujer que se permite tener deseos propios y llevarlos a cabo -y en los textos de Silvina Ocampo casi no existen obstáculos para la realización de los deseos- deja de ser mujer-ángel para convertirse automáticamente en’ monstruo’. Es así que, la protagonista rompe el equilibrio de lo previsible y, por un instante, se convierte en un ser perverso. Sin embargo, inmediatamente, su arrepentimiento la redime, reinstaurando el orden “normal” de un relato en el que coexiste lo ordinario con lo sobrenatural, pues la gratificación le llega de la mano de los pájaros, que la ayudan a ascender al cielo en busca del animal maltratado.
El salirse del lugar recomendable en el que socialmente fueron confinadas, convierte a estas niñas en criaturas extravagantes, que van construyendo activamente pero con desasosiego su identidad dentro de un mundo igualmente extraño, en el que el juego de contrarios y la subversión del orden real son moneda corriente. Tal es el caso de “Icera”, protagonista del cuento que lleva su nombre, e integra también la colección La naranja maravillosa.
Al iniciar la lectura de este relato, en el cual lo extraño está delineado ya desde el nombre propio, asistimos a la proliferación descriptiva de elementos relacionados con el campo semántico de los juguetes, y específicamente de las muñecas, cuya lectura, en un principio, induce a pensar el texto como una puesta en escena de la infancia de una niña convencional. Sin embargo, Icera interpela al lector desprevenido desde una fuerte identidad que siente aversión por las muñecas. En cambio, desea obsesivamente las vestiduras y los objetos que las adornan cuando están expuestas en la vidriera de una juguetería, donde ella las observa día a día. No los desea para jugar sino para su uso personal, como estrategia imprescindible en su afán de no crecer, de seguir siendo niña siempre.
Lo habitual se exacerba en comportamientos que lo vuelven anómalo, explica Enrique Pezzoni en referencia a esa oposición binaria que se vuelve recurrente en los textos de Silvina Ocampo. Icera se convierte en una subjetividad anómala, en la cual la exageración corroe la normalidad de su comportamiento hasta el punto de hacerla aparecer caricaturesca:
“Icera pensó que al introducirse en esa caja no seguiría creciendo, pero también pensó que se vengaba un poco de todas las muñecas del mundo, quitándole a la más importante esa caja con puntilla de papel.” (p. 50)
Sin embargo, ella y quienes la rodean, toman la situación con tremenda naturalidad, lo cual produce mayor inquietud en el lector, incrementando el efecto de incertidumbre, que se tensa aún más hacia el final del relato cuando la protagonista, ya adulta pero de pequeña estatura, es ayudada por el dependiente de la juguetería, Darío Cuerda, a introducirse en la caja de una muñeca, como último intento de impedir su crecimiento.
La niña es capaz de transformar el mundo en la imagen de su deseo, parece sostenerse desde este relato. Ante ese poder, respeto absoluto. El deseo de no envejecer se extrapola al de no crecer, aunque se sabe que no es lo mismo. Así lo demuestran las desagradables arrugas del rostro de Icera y las reflexiones, hechas con desazón por Darío Cuerda:
“Tantos niños que se hacen los grandes y grandes que se hacen los niños! (...) me obsesiona la vejez, hasta los niños parecen viejos (...)”. (p.50)
El tópico de la eterna niñez y su correlato, el tamaño, se configuran de diferentes modos en otros relatos de esta autora, llegando a su culminación en La raza inextinguible[3], en donde la niñez es presentada como el único espacio posible de perfección y pureza, del cual son expulsados los impostores, los que se reducen o se caricaturizan para entrar en él.
Los niños son dueños de un orden autónomo, con un tiempo y un fluir exclusivos, frente al cual sólo queda para los adultos, la nostalgia, de no poder acceder.
“¡Cuánta riqueza hay en este mundo! ¿Cómo haré para aprenderla?”_(p.154)
exclama la protagonista de La lucecita[4],-relato que cierra la colección La naranja maravillosa: una niña ciega en cuyos ojos ha encontrado morada permanente una luz prodigiosa. Confusión aparente de la niña, éxtasis íntimo. La suya es la alegría de quien confirma una certeza. Gracias a esa luz nueva y diferente a la del faro que ilumina las costas del lugar donde vive, ella ha descubierto una realidad que sólo era poética en potencia, ya que estaba a la espera de una mirada que supiera transformar el caos en orden, la dispersión en sentido. Ver por primera vez es establecer - reestablecer- el otro orden, impensable para la ciega costumbre.
Nuevamente se percibe cómo los relatos para niños de Silvina Ocampo configuran, y lo siguen haciendo dentro del campo de la literatura infantil argentina, lectores predispuestos a ver por primera vez. O, al decir de Cortazar, “lectores dispuestos a aceptar lo inaceptable, a vivir en un estado permanente de suspensión de la incredulidad, a cruzar ciertos límites e instalarse en el territorio de ‘lo otro’”; sin que los aliente la promesa de recompensas, ni los intimide la amenaza de aventuras aleccionadoras.
Bibliografía específica
*
CORTAZAR, Julio (1983) Obra crítica/3 Madrid, Alfaguara, 1994.
*
DRUCAROFF, Elsa (2000) Pasos nuevos en espacios diferentes, en Historia Crítica de la Literatura Argentina: La narración gana la partida de Noé Jitrik (director de la obra), 461-486. Buenos Aires: Emecé.
*
DÍAZ RÖNNER, María Adelia (2000) Literatura infantil: de “menor” a “ mayor”, en Historia Crítica de la Literatura Argentina: La narración gana la partida de Noé Jitrik (director de la obra), 511-531. Buenos Aires: Emecé.
*
OCAMPO, Silvina (1977) La naranja maravillosa. Buenos Aires: Ediciones Orión. 1985, 4º edición.
*
(1999) Cuentos completos II. Buenos Aires, Emecé Editores.
*
OSTROV, Andrea (1997) Vestidura/ Escritura/ Sepultura, en Atípicos en la Literatura Latinoamericana de Noe Jitrik (compilador) 97-105. Buenos Aires, UBA, Fac. De Filosofía y Letras, Oficina de Publicaciones.
*
PEZZONI, Enrique (1986) El texto y sus voces. Buenos Aires, Sudamericana.
[1] En Estética feminista de Sigrid Weigel , Barcelona, Ecker editores, 1986.
[2] En La naranja Maravillosa (1985)
[3]En Cuentos completos II (1999).
[4] En La naranja Maravillosa (1985)
viernes, 13 de marzo de 2009
Derechos de las humanas
DECLARACION DE LOS DERECHOS DE LAS HUMANAS
1.- Todas las mujeres tenemos derecho a la felicidad!!
2.- Todas las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas.
3.- Todas las mujeres tenemos derecho a gozar sexualmente de nuestra sexualidad.
4.- Todas las mujeres tenemos derecho a ser madres y a no serlo.
5.- Todas las mujeres tenemos derecho a decir nuestra palabra y a callarla.
6.- Todas las mujeres tenemos derecho a amar a hombres o mujeres o a cualquier persona de la opción sexual que sea.
7.- Todas las mujeres tenemos derecho a interrumpir un embarazo no deseado, y a continuar un embarazo deseado. Todas las mujeres tenemos derecho a respetar nuestro deseo y a exigir que sean respetados.
8.- Todas las mujeres tenemos derecho a exigir una educación sexual adecuada. Todas las mujeres tenemos derecho a recibir gratuitamente anticonceptivos. Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir.
9.- Todas las mujeres tenemos derecho a creer en los dioses o en las diosas que los acompañen en nuestras resistencias. Y también el derecho a no creer en dioses o diosas, sino, en las brujas milenarias que arden en las piras fundamentalistas.
10.- Todas las mujeres tenemos derecho a no ser desaparecidas en democracia, a no ser secuestradas por las redes mafiosas de la trata de personas.
11.- Todas las mujeres tenemos derecho a denunciar el feminicidio como un crimen de lesa humanidad, A buscar a los culpables y a exigir justicia, verdad y castigo.
12.- Todas las mujeres tenemos derecho a nacer con esperanzas en el mundo y a envejecer con dignidad.
13.- Todas las mujeres tenemos derecho a ser izquierda y a no entregar nuestro apoyo a quienes desconocen nuestros derechos y nuestras izquierdas, aunque sean mujeres
14.- Todas las mujeres tenemos derecho al trabajo, a igual salario por igual trabajo, a la salud, a la educación, a la vivienda, a la tierra, a la identidad cultural originaria, a la soberanía alimentaria, a la soberanía de nuestros cuerpos. A la reforma agraria, a desalambrar nuestros cuerpos y las creencias religiosas, científicas y políticas sobre nosotras.
15.- Todas las mujeres tenemos derecho a rebelarnos frente al patriarcado y a todas las opresiones. Tenemos derecho a desobedecer frente al orden que manda y disciplina. Tenemos derecho a gritar frente al poder que silencia.
16.- Todas las mujeres tenemos derecho a vivir en paz. A enfrentar el orden imperialista que invade y mata, que vuelve nuestros cuerpos trofeos de guerra.
17.- Todas las mujeres tenemos derecho a bailar, para celebrar nuestros derechos y para olvidar los mandatos y las culpas impuestas. Todas las mujeres tenemos derecho a cantar en el coro inconveniente de todas las rebeldías.
jueves, 12 de marzo de 2009
martes, 10 de marzo de 2009
Revista Pròxima
NOTICIAS DEL 02/Marzo/09
Llega PRÓXIMA, una nueva revista de Ciencia Ficción
Próxima es una revista trimestral dedicada a la difusión del género Fantástico y la Ciencia Ficción producidos en el mundo hispano hablante.
Llega PRÓXIMA, una nueva revista de Ciencia Ficción
Próxima es una revista trimestral dedicada a la difusión del género Fantástico y la Ciencia Ficción producidos en el mundo hispano hablante.
El propósito de esta nueva publicación es generar un espacio fresco y nuevo, activo.
Albergará tanto a escritores e ilustradores reconocidos como a nuevos talentos, los acompañará en sus aventuras espaciales, en sus búsquedas interiores o cuando desafíen los límites de la realidad, y les ofrecerá un sitio donde exhibir sus mejores trabajos.
En esta galería se podrán hallar relatos e imágenes crudos y fascinantes, de esos que inquietan, conmueven, cuestionan, de esos que no se olvidan con facilidad, y quienes la visiten serán testigos de cómo el futuro comienza a hacerse presente.
[Logo] ediciones ayarmanot
EN EL PRIMER NÚMERO:
[Portada] La Era de Acuario, de Carlos Gardini
Ilustrado por Fraga
Además, cuentos de:
Germán Amatto
Laura Ponce
Diego Escarlón
Paula Salmoiraghi
E ilustraciones de:
Reiq
Pedro Belushi
Nahuel Ponce
MC Carper
Néstor Toledo
Tapa de: Guillermo Vidal
Dirección: Laura Ponce
Diseño y Dirección de Arte: Bárbara Din
Distribución: Martín A. Ramos
Correo electrónico: edicionesayarmanot@yahoo.com.ar
Fuente: Gacetilla. Aportado por Eduardo J. Carletti
Más información:
Más noticias sobre Revistas en Axxón
Martín mami
Y bué, haremos con él una excepción a la regla que dice que está aquí quien me deja su comentario y diremos, a modo anécdotico de ejemplo de lo que èl es para mí y para mi familia, que mi hijo Rafael compara con Martín a mis novios: "no es como Maretín", "no me regala posters, pelis y etc como Martín", "no viene a casa como Martín", "no es buena onda conmigo como Martín"... Por ahora ninguno ha superado la comparativa.
domingo, 8 de marzo de 2009
El día que paralizaron la Tierra (1951)
La historia es ingenua, también los personajes y las resoluciones, pero se mira con gusto, con ese gusto arqueológico de ver "fósiles" de apenas 50 y pico de años.
Habrá que ver qué hicieron en la nueva versión...
Nuevos consejos de las yeguas, vìboras o similares que me rodean
No le cuentes tanto. Conservá un poco el misterio, che.
No hables tanto que lo vas a espantar.
Contale toda la verdad que con la verdad se va a todos lados. (La contradicción, si existiera es de ellas, no mía).
De vez en cuando sorprendelo con algo... ya sabés,¿no? Algo que diga: uy, mirá Pau... (No sé de qué me hablan).
Disfrutalo, nena, que no se encuentran como él todos los días.
¿Dònde decís que lo conociste? Ah, bruja, te lo tenías bien escondido, eh...?
Agarralo fuerte y no lo soltés.
¿No tiene un hermano, un primo, para presentarme?
Dale que va con los pebetes... Vos sí que sos una viciosa...
Comprate ese conjunto de Selú, no seas amarreta que 100 mangos no son nada... ¿No irás a su casa con esos calzones deshilachados que tenés por ahí, no?
Preguntale más, con carpa, vos sabés... Pero no te quedes con ninguna duda.
Que pague todo, che, que no se va a morir.
¿DEJATE QUERER, YEGUA DESAGRADECIDA!
(Ja, Mis chicas son de fierro...)
En el nombre de la madre
Viernes, 6 de Marzo de 2009
EPA
En el nombre de la madre
“Por el bien de niños y niñas”, eso esgrimen las voces más conservadoras cuando se alzan con palos y leyes contra la amenaza de las familias homoparentales que, dicho sea de paso, queridos terrícolas, ya están entre nosotros hace rato y gozan de buena salud. Esa cruzada por la felicidad de los niños, que implica escatimarle derechos y nombres propios, suena parecido a lo que dicen tantas buenas personas cuando se les pregunta sobre si les molestaría tener un hijo o hija homosexual: “Por mí no hay problema, lo que pasa es que no me gustaría verlo sufrir”. ¿Y quién va a hacer sufrir a ese niño si no este mismo padre que admite sin revelarse que las personas homosexuales llegan a este mundo para sufrir? ¿No es más fácil cambiar las leyes que andar por la vida poniendo o sufriendo estigmas basados en concepciones perimidas de lo normal?
En fin, algunos gobiernos así lo consideran y con el mismo lema, aunque un tanto más pragmático: “Para solucionarles la vida a tantos niñas y niños” y “para facilitarles las cosas a quienes efectivamente se ocupan de ellos”, el gobierno francés apura la aprobación de una ley que reconocerá la familia homoparental, hogares en los que viven unos 30 mil niños en Francia, según el Instituto Nacional de Estadística. Y desde el 1º de abril, en el Reino Unido, las madres lesbianas que conciban a sus hijos vía fecundación artificial podrán inscribirlos con los apellidos de cada una de ellas. El nombre de las madres como parte fundante de la identidad de una persona que crece criada por dos mujeres, o ha sido concebido a raíz del deseo de dos madres, contribuye a poner en jaque toda sospecha de “fenómeno extraterrestre” con el que se suele presentar esta realidad. El doble apellido por un lado compromete jurídica y económicamente a las responsables, y por otro otorga esa alcurnia, ya no de clase sino de orgullo de venir de donde se viene, de ser quien cada uno es.
Culo y calzón
Viernes, 6 de Marzo de 2009
CRONICAS
Culo y calzón
Por Juana Menna
Elena es esa clase de chicas que escriben mails, chatean, eligen qué ponerse y se pintan las uñas al mismo tiempo. Las uñas tardan en secarse, sobre todo si hay que pintarlas dos veces cuando se corrió el esmalte por no dejar las manos quietas. Cecilia conoce las costumbres de su amiga y sabe que tendrá que esperarla un rato extra. Se entretiene intercambiando mensajitos con alguien. Alguien que le gusta y que se interesa por lo atestado que está este restaurant de Caballito donde las chicas se citaron porque a las dos les queda a mitad de camino, cada una viviendo en una punta de la ciudad.
Cecilia no imagina que el autor de los mensajitos le propondrá pasarla a buscar después del almuerzo y a dormir la siesta. Pero sucede, ella responde que sí y luego se da cuenta de que tiene un problema. ¿En qué estaba pensando cuando agarró un calzón cualquiera, para colmo de color piel, tan funcional como desvaído, tan querido como obsoleto? ¿Hasta cuándo va a seguir guardando bombachas feas con elásticos descosidos sólo porque le traen buenos recuerdos? Y lo que es más preocupante, ¿hasta cuándo se las va seguir poniendo?
La intuición de Cecilia es acertada: Elena sale tarde de su casa y se mete en un taxi para llegar a tiempo. La razón esta vez se esconde en uno de los cajones del placard. Se dio la primera mano y se puso a revolver donde guarda muchas bombachas todas distintas. Tangas, cola-less, culottes. De algodón, de seda, de raso. Blancas, negras, coloradas, multicolores. Con transparencias, elásticos brillantes, flores bordadas, dibujitos, a lunares, con puntillas o flecos. Elena se queda con la que se adhiere al esmalte fresco y le arruina la uña del dedo índice. No importa.
La “adherida” resulta ser una vedettina de puntillas blancas y rosadas. Algo seductor pero no escandaloso, tan bonito como para que su dueña se ponga de buen humor, sabiendo del secreto que esconde. Porque en los encuentros entre amigas se habla de muchas cosas, pero ninguna se desvive por describir la bombacha que lleva puesta. A menos que se esté en alguna emergencia.
Abre la puerta del restaurant y Cecilia le hace señas para que la ubique entre las mesas apiñadas. “¡No sabés quién me acaba de mensajear!”, anuncia, todavía un poco incrédula. Y luego explica el problema. Su amiga piensa un rato mientras hojea el menú. Después las dos se van al baño.
Elena sube su falda hasta los muslos y comienza a quitarse lo que lleva debajo. “¿Te gusta? A mí sí. Además, está limpia porque me la puse antes de venir. Que no se enteren nuestras ginecólogas”, dice mientras se mata de risa. En definitiva, la bombachita color piel murió esa tarde en el tacho de basura del baño del restaurante. Mientras tanto, Cecilia podrá llegar donde quiera con una vedettina preciosa, de puntillas leves, que tiembla mientras va pasando del par de piernas de una al de la otra.
Tampones a prueba de mujeres
LA VENTA EN LOS OJOS
Tampones a prueba de mujeres
Por Graciela Zobame
Las mujeres en la publicidad dan asco. Se hinchan, engordan, se les reseca el pelo, se les engrasa, se arrugan, engordan, menstrúan con un dolor que las sorprende cruzando la calle o justo antes de salir, no les funcionan bien los intestinos. Las mujeres en la publicidad dan pena. Lavan pilas de platos en cocinas mugrientas llenas de grasa, luchan para que les brillen los azulejos y para que no huelan a lo que huelen sus inodoros, quieren medias y guardapolvos blanco tiza y sus hijos se revuelcan como bestias por el barro, se la pasan cocinando sopas, pastas y salsas fáciles. ¿Es que no hay lugar en la publicidad para las mujeres taradas? Claro que sí. Hay unas que ni son capaces de abrir tampones. Los tampones Days han puesto su mirada cubierta de algodón en las mujeres inútiles. O en la inutilidad que se atribuye a las mujeres: no sabe manejar, no sabe abrir un vino, no tiene fuerza para abrir un tarro de mermeladas, no te cambia una lamparita, no tiene pensamiento técnico, lógico, práctico, etcétera. En su campaña gráfica, se ofrecen unos tampones comunes y corrientes pero cuyos envases están provistos de un mecanismo especial que hace que la ceremonia de abrir sea a prueba de féminas. Disculpas a lectoras y lectores, pero mi condición de mujer me impide dar más precisiones técnicas de dicho mecanismo. La publicidad dice cómplice con nosotras: “Porque no le podés pedir a un hombre que te lo abra”.
Gracias tampones Days, porque bromear sobre la propia inutilidad nos hará más femeninas y entonces más vulnerables y con eso conquistaremos el mundo, o sea los hombres tras los cuales van corriendo las chicas estilo Sex and the city haciéndose las liberadas porque llevan tampones.
Algo es cierto, debe de ser difícil hacer una novedosa publicidad de este producto a esta altura que todas sabemos de qué se trata la cosa. Cuando recién aparecieron en el mercado era necesario explicar, hacer una especie de clase de educación sexual sobre uso y beneficios. Y entonces nos abrumaron con chicas en piscinas o chicas intrépidas dándose contra las olas. Porque ahora nos podíamos bañar con la regla. Pero ya hemos aprendido todo eso y entonces hasta que no saquen a la venta un tampón más barato o que avise cuándo hay que sacarlo, que absorba más que otros o que vibre, se hace difícil marcar una diferencia. Así es que esta publicidad no sólo se dirige a aquellas chicas con la neurona floja para abrir una lata sino a todas aquellas que se sienten avergonzadas de tener menstruación y de usar estos aparatitos. Porque el envoltorio, destaca la publicidad, no sólo es fácil sino atractivo. Vienen de varios colores para “que nadie se dé cuenta de lo que tenés en la cartera”. Son lindos, es linda siempre la variedad de colores. Para coleccionistas, para personas alegres, suman un punto. Pero hay que ser muy pero muy tarada, o tarado, si él es el que se mete a mirar la cartera de la dama, para no darse cuenta de que estos canutitos con punta de color son unos tampones de aquí a la China. Pobre las mujeres de la publicidad, a todos los problemas que ya tienen se les agrega ahora la necesidad de ocultar el producto que la publicidad les propone comprar. Pero, en fin, con el tiempo y la independencia que adquirirá abriendo ella misma sus tampones, tal vez encuentre un buen escondite para que nadie se entere de lo que le está pasando.
Próxima: Nueva revista de literatura
Su revista "Pròxima" es lo que todos llamaríamos "un lujo", una maravilla de la naturaleza (la naturaleza de la Ponce que mueve montañas) y un logro del esfuerzo y la decisión (de la Ponce que la tiene tan clara).
Es un orgullo para mí releer mi propio cuento, "El otro extremo", como si no fuera mío, cómo si lo dscubriera recién ahora que lo veo en papel y junto a cuentos de Germán Amatto, Carlos Gardini, Diego Escarlón y Laura misma con su "Ciudad del domo" que comienza con un poema mío. ¿No será mucho? ¿No será espectacular? Si, sí, sí.
("Próximamente" informaré puntos de venta. Ah, y el nùmero 2 ya está en la gatera, ya tiene tapa y sale en junio. Guau)
jueves, 5 de marzo de 2009
Del texto al sexo
Pablo Pérez Navarro
ISBN: 978-84-88052-62-9
Editorial: Editorial Egales
Fecha de edición: Marzo 08
Páginas: 186
Materia: Ensayo
18,95 €
La performatividad es un concepto relativamente reciente. J. L. Austin lo introdujo en la filosofía del lenguaje en la década de los cincuenta para designar aquellas expresiones que, en las circunstancias apropiadas, hacen justo aquello que dicen que hacen (como cuando alguien exclama «te lo prometo»). Desde entonces ha sido sometido a intensos procesos de discusión, crítica y resignificación que lo han conducido a terrenos de reflexión teórica, filosófica y política progresivamente alejados de su contexto originario.
Este libro explora, entre todos los trayectos posibles en el interior de estos debates, el modo en que la preocupación de Austin por comprender cómo hacemos cosas con palabras llegó a derivar en lo que Judith Butler, como feminista, como filósofa y como teórica queer, hace con la performatividad.
Con este fin se atiende, en primer lugar, a un contexto genealógico en el que confluyen trabajos y discusiones explícitas sobre la performatividad lingüística (como los de Jacques Derrida, Jonathan Culler o Shoshana Felman) junto a la obra de otros autores que, si bien no la tratan explícitamente, ha-cen posible su particular recepción por parte de Butler, como Michel Foucault.
En segundo lugar, se trata de entender la reformulación de la performatividad en el ámbito de las identidades sexuales y genéricas, con la que Butler desplaza género y sexo del conjunto de las cosas que somos al orden de las cosas que hacemos. Las relaciones entre cuerpo y lenguaje, materia y textualidad, sexo y género sufren así una transformación con efectos de largo alcance sobre la filosofía, los estudios de género y las políticas identitarias.
El intercambio de críticas entre Butler y autores como Seyla Benhabib, Nancy Fraser o Pierre Bourdieu contribuye a entender parte de esos efectos, y también a profundizar en algunas de las prioridades políticas de nuestra autora: la resistencia a los efectos excluyentes de la normatividad genérica y, en particular, del sistema «dos sexos, dos géneros», en dirección a una versión más abierta, inclusiva y proliferante de la identidad.
Debate: ¿El amor es heterosexual?
All you queer is love (Sejo Carrascosa)
Hace poco participé en un encuentro feminista porno punk en Donosti, organizado por Beatriz Preciado. Muchas conferencias, performances, videos, fotos, amistades, fiestas… Quizá lo más interesante del encuentro fueron las coaliciones, redes, y amistades que se fueron tejiendo esos días, entre un montón de bollos, maricas y trans que disponíamos de un espacio de encuentro y de fiesta. Creo que la aportación política más importante que está haciendo Beatriz en estos años no está en sus estupendos libros (recomiendo Testo yonqui a todo el mundo), sino en haber creado dispositivos de encuentro y de creación que dan poder y crean alianzas entre personas que viven en los márgenes del régimen heterosexual.
Pero hubo una constante a lo largo del festival que me inquietó y que llamó mi atención. La exaltación de la pareja y del amor. Elizabeth Stephens y Annie Sprinkle empezaron contándonos sus estupendos trabajos en el terreno del post porno, pero la intervención fue derivando hacia una narrativa sobre su enamoramiento y sobre sus diversas bodas en diferentes colores “celebrando el amor”; la pareja gay Massimo y Pierce, Black Sun Productions, nos contaron cómo “se enamoraron” rodando su primer porno. Maria Llopis nos contó que “ahora tiene novio y quizá se case y tenga un hijo”. Annie Sprinkle dedicó su intervención a “esa pareja maravillosa: Beatriz y Virginie”. Parte del público se deshacía ante tanto romanticismo, ternura, felicidad y Love Power. Otra parte del público se preguntaba qué hacíamos exaltando la pareja y el matrimonio en un encuentro presuntamente feminista, punk y queer.
Todo esto me dio qué pensar. Me pregunto si la retórica del amor no es sino otro discurso y otra práctica más que hemos adoptado desde el régimen heterosexual. En todo caso, es un discurso totalmente inofensivo y domesticado, algo que no molesta en absoluto al sistema patriarcal y homófobo. Por el contrario, los bollos, las maricas e incluso los trans son mucho mejor digeridos y aceptados cuando tienen pareja (“qué chicos más sanos, ya no son promiscuos”) y sobre todo cuando proclaman “su amor” (“fíjate qué majos, se quieren; son como nosotros”). Como decía Foucault, lo que molesta al poder no son las relaciones homosexuales, sino la amistad (http://www.hartza.com/fuckault.htm ). Es decir, la posibilidad de crear redes de amigos, apoyos, afectos, solidaridades, difíciles de localizar, que escapan al control social y que van más allá del modelo binario individualista o liberal: “pareja- amor- matrimonio”.
Mi impresión es que el amor sigue siendo el último bastión que nadie se atreve a franquear, a cuestionar. Se plantea como algo universal, ahistórico, intrínsecamente bueno, humano, positivo. Pero quizá no hay un amor en singular, no hay un amor sin historia, no hay amor sin relaciones de poder, de clase y de raza, quizá se puede vivir sin amor. Quizá “el amor” es más complejo de lo que suponemos.
Para mí el amor se basa en la insolidaridad. Me vinculo a una persona, de forma individual, y abandono el resto. La pareja. Dos individuos. Fin del vínculo social. La locura temporal que supone el sentimiento amoroso nos aísla del resto, o en todo caso convierte a la pareja en la prioridad: primero salvo a mi marido, luego ya veremos. Tampoco se recuerda lo cerca que está el amor del odio: cada semana muere en el Estado español una mujer a manos de su marido: “la maté porque la amaba”. La propia Elizabeth Stephens nos mostraba en el festival una foto de un pezón sujetado por una llave inglesa, y comentaba: “Es una foto del pezón de mi ex. Ahora pienso que debería haber apretado más fuerte”. Parece que la cosa acabó mal entre ellas.
El amor no tiene un original, ni es universal, es más, a mí me parece que es una noción absolutamente heterosexual, y quizá vacía. Es un código que repetimos y asumimos inconscientemente porque es el que recibimos desde las instituciones, en el cine, la televisión, la literatura, el discurso familiar, la escuela, la religión. Nada escapa al amor como valor universal. Haz el amor, no la guerra. Viva el amor. Te amo. All you need is love. Todo lo que necesita el poder para callarte la boca es el amor. Qué bonito es el amor. Millones de canciones repiten la palabra amor. Miles de películas (heteros o gays, da igual) sobre el amor. Miles de parejas se casan cada día “por amor”. Dios es amor. Psicólogos, pedagogas, historiadores, sociólogas, profesoras, militantes, políticos, curas, sexólogas, periodistas, cineastas, escritoras, antropólogas, psicoanalistas, humanistas, parados, comunistas, fascistas: todos adoran el amor.
Del mismo modo que la identidad masculina o femenina se adquiere por un proceso performativo de repeticiones de códigos que nos preceden y nos determinan (Butler), aprendemos a sentir y a desarrollar afectos bajo el referente de “el amor”. Como si fueran las únicas gafas de que disponemos para ver el mundo, para sentir, para establecer vínculos, para vivir en sociedad. Todos monolingües, hablando el lenguaje universal del amor. Pero hay más lenguas, la política se escribe desde lo intraducible, desde lo incomunicable, desde códigos secretos que tenemos que inventarnos. Babel contra el amor. El amor nos vuelve codificables, comprensibles, integrables, normales. La subversión pasa por otro sitio: que no sepan qué idioma hablamos.
Si queremos desafiar y subvertir el orden social y sexual en que vivimos, hay que acabar con el amor. Desprenderse de esa costra babosa, almibarada y ñoña donde perecemos como moscas en la miel.
Como decía Audre Lorde: “No podemos destruir la casa del amo con las herramientas del amo”.
El amor es la herramienta del amo. Estaba escrito, pero no lo veíamos: AMOr.
Javier Sáez
www.hartza.com
Respuestas de Beatriz Preciado y de Virginie Despentes a este artículo:
Respuesta a Javier Sáez y su El amor es heterosexual
Make love to the earth (decían Annie y Beth mientras besaban la tierra de Donosti)
B. Preciado
Qué decirte a todo lo que me cuentas si no es que TE QUEREMOS: políticamente, amicalmente, que te apoyo en tu lucha, que me gustaría poder estar cerca de ti si te sientes solo. Pero no me gusta el modo en que fríamente vomitas tu crítica sobre los otros y cuando toca dar la cara lo único que nos puedes decir son una lista de tristes incidentes... Quizás de lo que estés hablando sea precisamente de los afectos y su precariedad. Annie pasó por un cáncer terrible, del que pudo salir gracias a poder compartir la seguridad social de Beth al casarse con ella. No soporto que alguien que no ha trabajado en pornografía o en prostitución venga a explicarle a las trabajadoras sexuales que no pueden utilizar la palabra o la noción de amor porque ésta es heterosexual. Annie y Beth, como Massimo y Pierce, están re-inventando a través de su trabajo lo que significa amor, creando una cultura de amor disidente. Las bodas de Annie y Beth son performances colectivas, en las que participan cientos de personas, pero no como en las bodas tradicionales, sino creando una comunidad de afecto y de apoyo colectivo con la que precisamente podemos contar en momentos difíciles. Más que bodas podrían ser arquitecturas políticas en las que lo que se construye son redes y afectos. A mí la política sin AMOR no me interesa. Amor no es amor romántico. Eso yo también, Javi, sé que es un cuento de hadas. Amor es currarse los afectos allí donde más duele. Me gustaría que hubiera habido más tiempo y que hubieras podido conocer a Annie y Beth más de cerca: quizás hubieras podido casarte también con la tierra como lo hicimos nosotr*s. Yo lo que he sentido en tu texto es que nos tratabas de bobos: como si yo no supiera la crítica que Foucault y Butler pueden hacer a las estructuras normativas en torno a las que se construye la noción heterocentrada de amor. Pero no te olvides que Foucault tenía a Daniel y que Butler está casada con Wendy y tiene un hijo con ella. ¿Qué es lo que tanto te molesta? ¿Acaso desde la cultura feminista y queer no podemos transformar el amor, la pareja y la filiación como hemos transformado la masculinidad, la feminidad o el sexo? Hay que sobrevivir y nuestras vidas, tú lo sabes también como yo, son frágiles. Y ya basta de esa ecuación heterosexual= mal, es demasiado fácil. Como si nosotros no tuviéramos que aprender a relacionarnos, a amar, como si inventar nuevas formas de afección fuera tan sencillo. También he percibido en el texto una cierta forma de vigilancia: cuáles son las relaciones que merecen la etiqueta de políticas y las que no, de queer o no. Lo que yo te puedo decir, es que desde que conozco a Annie y a Beth, a Virginie, a Itziar a Maro, a Elena y Majo y tanta otra gente han llenado mi vida de amor, sí, te lo digo sin corte, porque no me da corte pronunciar esa palabra tan mal vista en nuestros grupos tan postporno, de AMOR y me gustaría seguir construyendo esos afectos.
Te mando un abrazo fuertísimo y te ofrezco desde aquí todo nuestro apoyo. Te envío el ritual de amor con la tierra que Virginie y yo compartimos el otro día con Annie y Beth:
Earth, we vow to become your lover.
With these steps,
Let us reach your love.
Through our senses we will become your lover.
Everyday we promise to breath in your fragrance.
And be opened by you.
Let us not be severed from your love.
Everyday we promise to enjoy your colors
And be surprised.
Let us not be severed from your love.
Everyday we promise to taste you
And be moved.
Let us not be severed from your love.
Everyday ears to the ground we listen, and are changed.
We promise to love you until death brings us closer together forever.
We are consecrated to you, Earth, through this dirt that we will become.
Lunes por la madrugada...
que sonríe cómplice de amor...