Dicen que todo origen es húmedo.
Dicen que los sonidos de la palabra humana
surgen del caudal fecundo de las profundidades.
Allí el pez abre su boca y aspira la sólida materia nutricia.
Todo colabora.
Dicen también que hay peces creadores de olas que perturban la superficie del agua.
Alejan. Espantan.
Arrastran del fondo toda aquella materia
que estaba callada y la vuelven palabra,
sonido humano, talismán que flota, desea.
Dice, entonces, que el corazón humano se vuelve pez.
Daniela Mac Auliffe