Ayer había arreglado con Ju y Belu que hoy iba a almorzar con ellos. Yo y en bondi. Pero anoche, mientras leía los capítulos de El resplandor que se centran en la personalidad de Jack y la relación con Danny (vayansé a interpretar a sus madres) me dio uno de mis ataques de ganas locas y le mandé a Gus mensajito: "Todo bien por acá. Gracias por no preguntar maldad. Mañana al mediodía voy a lo de Ju si querés." Me pareció un mensaje con onda, abierto a que él decidiera y sin arriesgarme yo a llamarlo y que me pusiera excusas o me haga sus jajajiji. Sonó el teléfono a las 2 de la mañana y pegué un salto. Pero se cortó al primer ring y él dice que no era él. Esta mañana me llamó tipo 11 cuando yo desayunaba y ya salía sin ninguna culpa si él no aparecía. Pero me dijo que se duchaba y venía, y le dije a Rafa y también quiso venir. Y antes de que yo me pusiera ansiosa estaba el auto verde oscuro (el nuevo) en la puerta. La cagada es que le había salido un viaje ya y estaba apurado y Rafa en la ducha y logré apurar a uno y frenar al otro con una bolsa de melón y ensaladas (en el medio parece que Fido se escapó y casi me muero cuando llegamos y no estaba, pero Rafa dijo que no me preocupara que ya es un perro confiable y lo fue a buscar a la plaza y este idiota volvió y ya lo cagué a pedos por asustar a mamita y no vigilar la casa).
La cosa es que salimos refamilia feliz a hacer todos el viaje acá cerca pero el tipo que lo había llamado viajaba con tres personas más. Así que mamita que es una santa se bajó del auto y se puso a caminar con Rafa por la calle Saavedra hasta que papi nos alcanzara. Mi ansiedad le mandó mensaje cuando llegamos a las vías y compró tarjeta SMS en la plaza Muñiz y fue muy feliz hablando de él con Rafa bajo los árboles y recibiendo un "x dónde?" cuando ya llevábamos como 20 cuadras.
Llegamos a lo de Ju con las perdidas típicas, de las que él no reconoce que se pierde (pero lo bueno es que preguntó como tres veces) y yo hago que me boleo y jugamos a llegar primero. (Cómo me gusta jugar con él)
No saqué ni una foto de la pile ni de Milena con el abuelo ni del pollito al champignon (Ah, Ju pidió champignons por el camino y yo en la verdulería no conseguí así que Gus compró en unos chinos). No me importa si otra vez estoy festejándole cualquier mínimo gesto: me gusta festejar sus mínimos gestos. Y me encanta oirlo a él contar anécdotas pedorras de nuestros hijos e hija bebés delante de la nieta. Y no estoy dejando ni que me impida hacer cosas ni que se meta en mi casa-cama. Así es.
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