martes, 26 de enero de 2016

La maternidad, la infancia y el león


Dice en feis Mariana Komiseroff
7 horas
Cuando Elías era chiquito le hablaba pronunciando bien las palabras y no me gustaba que en el jardín personificaran las cosas. Me esforzaba por parecer más grande de lo que era. La pelota se va a dormir, decía él y yo; que las cosas no duermen. Hasta que lo convertí en un adultito de tres o cuatro años que te ofrecía té si caías de visita y a los ocho planteaba problemas relacionados a la constitucionalidad de la (aun por aprobarse en ese momento) ley de matrimonio igualitario.
Mi hijo ahora tiene quince e insomnio. Lo heredó de mí como tantas otras estupideces solemnes. Porque sí, qué cosa más estúpida y a la vez seria no poder dormir. Ahora estoy trabajando y recibo un mensaje de él que dice que está dibujando un león y se acordó de ese poema de Luis Pescetti que recitábamos cuando era chico. Me encantaba ese poema, me escribe y yo le digo que a mí también. Me quedo melancólica. Tal vez porque ese poema era una licencia donde yo podía darle rienda suelta a la maternidad y a la infancia.

Uh, qué lino (Del libro Nadie te creería)
para ser leído en voz alta.
– ¿Mo me quelé?
– Chi.
– A mer…¿cuánto?
– Muto.
– ¿”Muto” o “muto muto”?
– Mtísimo…¡Achí!
– Uh, qué lino.
– ¿Y mó? ¿Me quelé?
– ¡Uh! Maquel chol.
– ¿El chol nomá?
– El chol, la luna, lasteyas, la tiela…toro. Toro, toro, toro. Achí, má que toro nel nivercho
– Uh, qué lino…Amél, namun mechito.
– Tomá…muá.
– Oto.
– Muuá.
– Oto.
– Muuuuá.
– No, oto y oto y oto.
– Muá. muá, muá. ¡Milá que te como, ¿eh?!
– Uh, qué meio, ¿cherio?
– ¡Chi! – ¿Y polqué meván comé?
– Polque choi…¡un león!
– ¡Uh, qué meio, chenor león! ¡Nome coma!
– ¡Chi! ¡La como! ¡Aaah!
– ¡No! ¡Qué meio!
– No, no tena meio, era mabloma.
– Ya ché, cho tamén era mabloma.
– ¿Tonche? ¿Te como?
– ¡Y chi!
– Am aam, ñam,ñam, qué lico, aam, ñam. Chatá. Te comí.
– ¡Uh, qué lino!
– ¿Yhora me quelés?
– Chi, muto, aquíntu pancha.
– ¿Cuánto?
– Parichempre de parichempre.
– ¡Uh, qué lino! Cho tamén.
– ¿Mamo pachear nela mano?
– Cho te chevo.
– No, achí cunto nelamano, men cherquita.
– ¿Cómo cherquita?
– Chote poyo la cabecha aquí nelhombro, y mamo nela mano. Cuntito.
– Uh, qué lino, mamo. Chí, mamo. No, pelá queme peinun poco.
– Palaqué tepeinás?
– Palachel la pelchona malina nel muno. Pala voch.
– Vochasós la pelsona malina nel muno, ¿nontendé? Cho…cho…chote quelo achí como chos. Note vachá peiná.
– Mamo, mamól.
– Mamo cocha monita.

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Lunes por la madrugada...

Yo cierro los ojos y veo tu cara
que sonríe cómplice de amor...