Tirá todos esos diarios me dicen. Es verdá que desde que está la banda ancha no los reviso casi nada (antes "navegaba" en papel por lo menos una o dos veces al año). Pero guardo suplementos culturales y revistas desde el 82, algunos enteros, algunos recortados, algunos en orden, otros vaya una a saber. ¿Cómo voy a tirarlos? ¿Para qué? ¿Para guardar qué en mis armarios y bajos de biblioteca y cajones y cajas y modulares?
Todo ese papelerío agazapado es como la bitácora dispersa y caótica de mi vida intelectual. Como el colchón sobre el que me muevo, la base que me sostiene. Los respeto tanto como a mis libros. No sé si los leeré de nuevo (si alguna vez los leí) o si alguien leerá en su existencia y acopio cosas sobre mí.
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